Capítulo 22

1K 42 5
                                    

A tres meses de estar acá puedo confirmar que estoy embarazada. El vientre abultado, pero chiquitito, ya se empieza a hacer presente en mí cuerpo, y aunque trato de ocultarlo lo más que puedo para que Marcos no sé de cuenta y me haga, no sé, abortarlo, mí intento es un poco fallido.

Sinceramente cuando me di cuenta no sabía cómo reaccionar. No sé quién es el padre, aunque en las circunstancias en las que estoy no quiero que sea de ninguno de los dos, no sé cuanto tiempo más voy a estar acá, y tengo demasiado miedo de que por alguna enfermedad que me pueda transmitir de este lugar asqueroso tenga un aborto espontáneo y mí bebé muera.

El sol se está escondiendo en el horizonte por lo que calculo deben ser entre las seis pasadas casi siete. El sonido de la puerta hace que me de vuelta para ver de quién se trata, aunque ya se la respuesta.

- ¡Sentate! - me indica en un tono autoritario, cosa que me sorprende ya que siempre me habla de manera cínica e hipócrita. Hago lo que me dice solo para no hacerlo enojar.

Ahora tenés otra vida de la que cuidar además de la tuya, Oriana.

Se me acerca muy despacio, logrando erizarme la piel como cada vez que lo hace.

- ¿Te pensas que no me di cuenta? - deja en el piso lo que creo es un celular, una billetera y unas llaves, para después, apoyarse en los apoya brazos de la silla.

- ¿D-de? - tartamudeo tratando de sonar lo más clara posible, cosa en la que fallo, ya que se puede notar a mil kilómetros el miedo que me recorre el cuerpo.

-De que estás embarazada - Suelta de la nada y yo siento mí corazón dejar de latir y mí sangre dejar de recorrer mí cuerpo. Hice el mayor esfuerzo posible para que no se de cuenta pero fallo, otra vez. - No estoy seguro si es mío o de tu estúpido noviecito, pero ese bastardo es un problema.

- No lo llames así - espeto con rabia. - Es mí hijo.

-Por eso mismo - carcajea - Un bastardo. No me importa si estás o no de acuerdo pero ese bebé me va a complicar los planes.

- ¿Q-qué pensas hacer? - le pregunto aunque no sé si quiero saber la respuesta.

-Mañana a la mañana te llevo a abortarlo - Dice como si nada.

- ¡NO! - me largo a llorar desesperada al solo pensar una vida sin mí bebé .

- Si, y no me importa si querés o no, lo vamos a hacer y punto. - sin decir más sale por la puerta y yo me dejó caer en el piso.

No puedo hacer nada, no tengo ventana por donde salir ni lugar a donde ir. Estoy agotada. Quiero mí vida devuelta, quiero volver a lo que era.

Todo esto paso cuando conocí a Julián, todo es su culpa. Él era el famoso, yo la chica común y corriente que estudiaba. Él estaba metido en este quilombo, yo solo iba a bailar con mis amigas. Él me busco y yo como boluda le di bola. El primer mes fue amor, risas, viaje y al segundo estoy secuestrada por alguien que ÉL y su ex conocían.

Y aunque lo amo de una manera que no me cabe en el cuerpo y que no logro entender, no puedo evitar echarle la culpa.

Algo cuadrado se clava en la palma de mí mano por lo que miro para abajo para ver qué es. Me encuentro con las cosas que había dejado en el piso cuando entro a la habitación.

Sin pensarlo dos veces agarró el celular y lo prendo.

No tiene contraseña.

Abro el teléfono y marco rápido 911. Mis manos tiemblan debido al nerviosismo de que entre y me encuentre en está situación.

Llevo el pequeño aparato a mí oído y por un momento me resulta extraño sentir esa sensación. Hace tanto que no toco un teléfono.

Escucho los pitidos del otro lado de la línea y le ruego a Dios que por favor atiendan rápido. Cuando ya estoy por tirar las esperanzas a la basura y cortar, me atienden.

- ¿Hola 911 en que puedo ayudarle? - se escucha la voz de una chica del otro lado de la línea.

Echo una última mirada a la puerta para asegurarme que no viene antes de volver mí vista al medio de la nada.

Es ahora o nunca Oriana, me repite mi mente, pero por alguna razón no me sale la voz de la garganta. 

- ¿Hola? ¿Hay alguien ahí? - insiste la chica del otro lado y solo tengo que pensar en una cosa para animarme a hablar.

Tengo que salvar a mí bebé. 

InstagramDonde viven las historias. Descúbrelo ahora