Informacion del segundo año y el diario

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Severus le había llevado el bálsamo de moretones a Harry, solo para encontrar al adolescente profundamente dormido, él no quería despertarlo.

No se hubiera pensado que Harry tenía el peso del mundo sobre sus hombros, o que acababa de ver morir a alguien si uno lo veía dormido. Estaba tan en paz, un ángel que yacía allí descansando pacíficamente, sin darse cuenta de su destino.

Incluso si Severus no conocía todo el contenido de esa maldita profecía, ya había captado la esencia, y no era exactamente prometedor. Él había jurado proteger al niño y seguía fallando. Sabía que en algún lado, de alguna manera, le faltaba una visión más amplia de las cosas. O mejor dicho, la imagen más grande de todo según Dumbledore, y por su vida de él no podía entender de qué se trataba.

Había salido de la habitación después de poner un analgésico en la mesita de noche para cuando Harry se despertara. Había revisado a Harry otra vez un poco más tarde, pero todavía estaba dormido, sin embargo, el analgésico había estado vacío, por lo que sabía que el niño había estado despierto en algún momento.

- Buenas tardes, Señor Potter, ¿Cómo se siente? ~ Severus preguntó suavemente cuando Harry finalmente se despertó. ~

- Lo siento por haberme dormido. ~ Murmuró Harry con cautela, preguntándose si iba a ser el receptor de un regaño. ~

- No pedí una disculpa, te pregunté cómo estabas. ~ Dijo Severus, cortando las disculpas de Harry. No estaba enojado con el chico por haber dormido, pero no quería escuchar balbuceos sin sentido, muchas gracias. Había sido la razón principal por la que había liberado a los elfos domésticos y les había dicho que se fueran, porque se había vuelto tan malditamente harto de que se inclinaran a sus pies. Nada de lo que él dijo o hizo les había llegado hasta que les dio ropa y les pidió que se fueran. Poco después, comenzó a progresar con ellos. Ciertamente no quería tener que escuchar a Harry Potter suplicando que no había tenido la intención de dormir. ~

- Estoy bien, gracias, profesor Snape. ~ Le dijo Harry, con una expresión en blanco, parecía completamente desconcertado por que alguien le preguntara cómo estaba. ~

Se le revolvió el estómago a Severus, después de todo este tiempo pensando que era un malcriado, se enteró de que Harry ni siquiera parecía saber que pensar de alguien que se preocupaba por él.

- ¿Estás adolorido? ~ Preguntó Severus, sus ojos serios. ~

Harry parecía profundamente en conflicto, su respuesta habitual sería decirle a Snape que estaba bien. Sin embargo, su maestro siempre supo cuándo estaba mintiendo, ¿Le dijo que estaba bien y siguió actuando o le decía la verdad? Se suponía que no debía lloriquear ni quejarse, esa había sido la primera regla que le enseñaron cuando era un niño pequeño.

- Quiero la verdad, Señor Potter. ~ Dijo suavemente Severus. Podía leer a Harry Potter como si fuera un libro abierto, y podía ver el conflicto en esos ojos verdes. Al ser abusado, sabía lo que probablemente estaba pensando, si decir la verdad o no. ~

Una vez que le dijeron que diga la verdad así lo hizo.

- Son solo moretones.

Admitió Harry suavemente, preguntándose si esto era lo que era tener un padre. Había estado pensando mucho en eso últimamente, no sabía por qué, pero no podía apartar ese pensamiento de su cabeza.

Porque su maestro le dio el bálsamo para sanar sus ampollas, lo llevó a comprar ropa, lo ayudó con sus cuentas y ahora le preguntaba cómo estaba, parecía un padre preocupado.

Mientras más lo pensaba, le hacía extrañar a sus padres aún más, pero también le hizo darse cuenta de que había más de una manera de cuidar a alguien. Snape lo había atendido, a regañadientes desde que había entrado en el mundo mágico, lo extraño era que él sabía con una profunda certeza que lo odiaba, por lo que todavía lo confundía sin fin. Tal vez algún día tendría el coraje de preguntarle por qué siguió ayudándolo y salvando su vida. Fue algo bueno que Snape lo hiciera, o no hubiera sobrevivido más allá de su primer año... o tal vez lo hubiera hecho, ¿Quién sabe?.

Un nuevo lugar para quedarseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora