cap ‹‹9›› parte 2

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La cena prosiguió al igual que nuestro plan, Nico y yo no parábamos de hablarle a Gino y él se prendió bastante en la conversación ya que nos preguntaba cosas sobre nuestra "relacion". Obviamente, tuvimos que mentirle. Aunque no dejaba de sentirme Incomoda ya que Agus me clavaba la mirada, casi ni le prestaba atención a lo que Clara decía, tenía que hacerle saber cuanto antes que esto no era verdad.

Me levanté de mi lugar con la excusa de que iría al baño, tomé mi celular y le envíe un mensaje.

Mensaje a Agus:

Hermano no te enojes, lo de Nico es mentira es parte del plan, para que Lucas no sospeche el porque estamos tan juntos.

Volví a la mesa, escuché su celular vibrar. Lo tomó y al leer el mensaje dio un suspiro de alivio para posteriormente dedicarme una sonrisa cómplice.

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Ya era hora de irnos, nuestro plan salió a la perfección

— Gracias por todo.

— De nada — Me guiña un ojo — Cuando quieras.

— Nicolas deja de hablar con tu novia y vamonos — Le pidió Lucas casi como un reclamo.

Él viró los ojos

— ¿Y ahora como le explico esto a Lucas?

— Vas a encontrar la manera. Solo no le contes el secreto ¿Si?

— Bueno. Chau.

Nos despedimos con un beso en la mejilla, él se fue con Lucas y yo con Agustín.

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Caminaba con Agus hacia la casa, en el camino hablamos de todo lo bizarro que ocurrió en esa casa.

— Te salió muy bien el plan. Gracias.

— De nada ¿Posta te enojaste con eso de que Nico y yo eramos novios?

— Obvio. Nadie toca a mi hermana, me dio una rabia ver como se agarraban las manos.

Reí.

— Sos re celoso.

— Si, obvio que soy celoso y más con vos — Me abraza y le correspondo.

Hice una risa nerviosa, mi cara era igual, Agus me vio y lo notó. Paramos y me di cuenta de que habiamos llegado a casa.

— Porque si era mentira ¿No? — Si tono era amenazante y ala vez misterioso.

— Claro que era mentira. Chau, nos vemos — Quise meterme a casa pero el me lo impidió.

— Ah no, vos no te vas — Me tomó de los hombros, me hizo regresar y me dio vuelta. Se puso en cuqulillas para mirarme — Mirame ¿Por qué te pones así de nerviosa?

— No estoy nerviosa.

— Se te nota. Valentina, soy tu hermano no me ocultes las cosas, confia en mi para contarme todo.

— Bueno Agus, pero encerio te digo, no pasa nada entre Nico y yo.

— Te creo. Pero cuando tengas un novio quiero ser el primero en enterarme ¿Dale? Te prometo que voy a trarar de no matarlo.

Se me escapó una risa.

— Si, te prometo que vas a ser el primero en enterarte el dia que yo tenga una relación.

— ¿Sin secretos?

— Sin secretos — Nos abrazamos, entré a casa y me fui a descansar.

GINO

Nico y Valentina me perturbaron toda la noche, no dejaban de hablarme y por ende no pude hablar con Clara. Para colmo Valen me manchó el pantalon y cuando salí me di con la sorpresa de que eran novios pero yo estoy seguro de que no lo son, tonto no soy, ingenuo tampoco. Esos dos tenían planeado arruinarme la noche y estoy seguro que Parra tiene que ver con esto.

Cuándo los chicos se llevaron a sus hermanos Clara se puso a lavar los platos. Papry estaba demaciado cansada por lo que se fue a dormir, Ale y Agus estaban jugando en la play y yo no pensaba dejarla sola. Fui con ella y me ofrecí a ayudarla. Ella lavaba mientras que yo secaba y guardaba.

Cuándo terminamos nos quedamos hablando un poco.

— ¿Y como te estas sintiendo con nosotros acá?

— Demasiado comoda, siento que en esta semana que pasé aquí los conocí a todos muy bien

— Eso me alegra

— ¿Como te estuviste sintiendo vos? Ya sabes, por lo de Magda y eso.

— Ahh, me siento mucho mejor — Acerqué mi mano y tomé la suya que estaba apoyada en la mesa — Creo que la extraño menos y por ende sufro menos su ausencia.

Clara sonrió de lado al ver nuestras manos juntas y no articuló ni una sola palabra.

Había un completo silecio, su mirada estaba clavada en nuestras manos unidas y la mia en su angelical rostro.

Parra entró a la cocina y nos vio, al instante Clara trató de soltar mi mano disimuladamente pero no la dejé.

— Parra, ya llegaste.

— Si — Respondió seco.

No despegaba su mirada de nuestras manos, Clara tenía la mirada perdida, sabía que lo único que quería en ese instante era que se la tragara la tierra. No sabía que hacer.

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