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El diario de kagome higurashi 3

"lamentos"

Todo pasó demasiado rápido, casi ninguno alcanzó a reaccionar y para cuando lo hicieron, ya era demasiado tarde, el cuerpo de kagome caía a ese repugnante líquido siendo absorbida por la infinidad de almas.
-kagome!!. - gritó sango horrorizada por lo que sus ojos estaban viendo.
-kagome!!! - koga trató de lanzarse tras ella más sin embargo fue detenido por sus compañeros quienes tuvieron que sujetarlo de brazos y piernas para evitar que se lanzara.

Luego del destello purificador el dolor se hizo presente pues era la señal de que kagome definitivamente había muerto y aquel rosal en medio del valle era el símbolo de que su alma ahora mismo se batia en duelo contra las almas de todos esos espíritus.

Naraku intentó en vano destruir aquel rosal solo para ser repelido por un potente campo de fuerza, sesshomaru no tenía interés en ello pero si se trataba de frustrar los planes de naraku, protegería aquella planta y así lo hizo.
Apartando la tristeza que sentían, los presentes desencadenaron su furia, sobre todo los amigos de kagome quienes atacaron sin piedad obligando a naraku a retirarse por el momento.
Su plan había fallado.

El albino ya no tenía nada más que hacer allí y no pensaba quedarse a lamentar la muerte de la miko como los demás, él ni siquiera la conocía tan bien, mucho menos sentía aprecio por ella, lo único que sí hizo fue mirar el rosal y guardar un momento de silencio como símbolo de respeto, una vez hecho eso se marchó pensando en que los humanos eran demasiado frágiles.

Y ahí estaban ahora , 24 horas después poniendo una pequeña lápida de piedra con su nombre en ella, la noticia de su muerte se había extendido como el fuego y eran cientos las personas que acudieron a rezar por ella, algunos sacerdotes y sacerdotisas, aldeanos y desde luego, sus amigos sobrenaturales, todos por igual a guardaron bajo la incesante lluvia hasta que la lápida fue colocada.

Los truenos iluminaron el oscuro cielo mientras la lluvia empapada a todos los presentes camuflado sus lágrimas, era como si el cielo también llorara con ellos la pérdida de la sacerdotisa, poco a poco fueron abandonando el lugar hasta que ya no quedó nadie.
Inuyasha no se dignó a acercarse al lugar, quizá por la culpa que sentía ya que de no haberla descuidado para ir con kikyo, ella probablemente seguiría viva, la mujer cadáver ni siquiera se presentó a pesar de tratarse de su reencarnación.

Los amigos de la chica estaban consternados ¿como se lo dirían a su familia? No había manera de explicarles que la joven había muerto para salvarlos a todos, seguramente estarían tan destrozados como lo estaban ellos en ese momento.

Luego de que todos se fueran, una figura albina llegó con su grupo para presentarle su respeto a la fallecida, realmente aquello era un gesto por consideración a la pequeña rin quien se había encariñado con la joven últimamente hallando en ella a una hermana mayor.
-señorita kagome... ¿Por qué tuvo que morir? - dijo la niña entre sollozos mientras dejaba un pequeño y humilde ramo de flores al pié de la tumba junto a las demás ofrendas. - la voy a extrañar mucho, ojalá que pueda ir al paraíso ya que usted siempre fue una buena persona.
-rin, es hora de irnos.
-vamonos niña! No es bueno que permanezcas tanto tiempo en la lluvia, además ella ya murió, no hay nada que hacer.
-no diga eso, señor yaken, la señorita kagome fue una buena persona y se merece al menos un rezo de nuestra parte!
-haz lo que quieras.

Sesshomaru esperó a que la niña terminará de rezar antes de marcharse del lugar y buscar un sitio donde resguardarse de la lluvia.
-señor sesshomaru?
-que pasa amo?
-.... No es nada.

Habrá sido su imaginación? Pero por un momento le pareció ver a una figura vestida de negro en el borde del valle, fue tan solo un instante ya que tras un fuerte trueno desapareció.

"quizás alguno de los amigos de la joven"
Se dijo a sí mismo.

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