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El diario de kagome higurashi 6

"la no grata vida de un youkai"

Una cosa era leerlo en el diario y otra muy distinta era vivir lo en carne propia.
Los humanos ciertamente podían llegar a ser más crueles que los demonios, ese temor y odio a lo desconocido los terminaría matando alguno día.

Sin velo y con su imagen expuesta ya no podría ayudar a los aldeanos aunque quisiera, no era como si no lo hubiese intentado varias veces, pero todas terminaron de mala manera, ella apenas y había abierto la boca para hablar y la alarma ya había sonado, los aldeanos se armaron y la atacaron antes de decir algo siquiera, sin importar a quien se presentará todo terminaba igual, huían de ella, la insultaban y atacaban constantemente a donde fuera, eso la hizo sufrir.

Había tardado tiempo en adaptarse a ello y entender la vida que llevaría ahora que ya no era humana, finalmente comprendía el porqué los youkai se alejaban de los humanos y los despreciaban, los humanos se creían merecedores del mundo y siempre querían más, más tierras, más riquezas, más sirvientes y más poder, los youkai tenían sus dominios establecidos por acuerdos milenarios y lo único que hacían era proteger sus dominios y a su gente.

Lloró lágrimas amargas al enfrentarse a la injusta manera en que los demás la veian, con miedo, odio y desprecio, por más que trataba de no odiarlos ellos seguían enviando a sacerdotes y sacerdotisas tras ella sin motivo alguno, trató de hablar con sus perseguidores, trató de hacerlos entrar en razón, pero nadie quiso escuchar, todos estaban decididos a matarla por no ser humana, solo por eso.

Tal y como había leído en el diario, terminó por acostumbrarse a ello y sin importar los doloroso que fuera, le dió la espalda a los humanos por completo, al principio trataba de no hacerles daño y evitar matar cuanto fuera posible, pero con el paso del tiempo se fue hartando, de que siguieran persiguiendola y comenzó a tratarlos fríamente, solo les hacía una advertencia y si ellos insistían en seguir atacando.....
Entonces los asesinaba.
..

Habían pasado tres meses desde su muerte y a esas alturas de su nueva vida ya no le importaban los humanos tanto como antes, sorpresivamente sus problemas habían disminuido desde que tomó la decisión de darles la espalda, dejaron de cazarla y ahora solo se enfrentaba de vez en cuando con algún monstruo de rango menor o soldados, los sacerdotes dejaron de perseguirla por completo lo cual la alivió, pero tenía un presentimiento extraño acerca de eso, como la calma antes de la tormenta.

Hacia días que no tenía peleas ni disgustos, llevaba mucho camino recorrido y no le pareció mala idea refrescarse un poco, así que se desvió al río más cercano, se quitó las botas y apartó su larga falda negra dejando salir sus piernas por la apertura lateral mientras se sentaba en la orilla del pasto y remojaba sus pies en el agua cristalina del río, sacó la pequeña bolsa donde guardaba los fragmentos que había logrado recolectar hasta entonces y la abrió para asegurarse de que no estuviesen contaminados.

Aún estaba intrigada por el tipo de poderes que tenía, pues seguía conservando algunos de sacerdotisa tales como purificar y sellar, se preguntó si algún día desaparecerían o si los conservaría en un balance con sus poderes de demonio.
-¿eh?...

Tan concentrada estaba en los fragmentos que el ataque la tomó casi por sorpresa, esquivó la flecha por unos metros saltando y girando en el aire para aterrizar delicadamente en el otro extremo del río, olfateó el aire aunque sabía de sobra quien había arrojado tal flecha.
"kikyo"

Lo que sí la sorprendió fue ver a su antiguo grupo con ella y saber que ya se había integrado por completo.
-keh!? Tanto alboroto por una mujer?! No tienes porque molestarte con ella kikyo, yo la acabaré.
-inuyasha.. - susurró sin querer.
-me conoces a caso?! Bueno, si sabes quien soy... Entonces imaginarás que no saldrás viva de esto.
-¿que asunto tienen  conmigo? - les preguntó, aunque ya sabía por dónde iba aquello.
-no te hagas la tonta, has matado a docenas de sacerdotes y sacerdotisas por toda la región, has causado caos y destrozos en muchas aldeas!. - le reclamó sango.
-eso sin mencionar que posees fragmentos de shikon.

El grupo entero miró a la mujer cadáver con sorpresa, pero eso los animó aún más a pelear.
-lo que dicen es cierto, aunque solo en parte, si he matado a todas esas personas, pero solo en defensa propia ya que no dejaban de atacarme, lo de las aldeas no es cierto del todo, si me presenté en ellas pero no lastimé a nadie, los humanos fueron los que causaron el caos y los destrozos sin mencionar que me atacaron sin razón.
-no mientas!. - le gritó enfadada la exterminadora.
-yo no miento, los humanos son una raza caótica y problemática, tú. - dijo señalando a inuyasha. - de no ser porque viajas acompañado de ellos, causarías un gran caos en cualquier lugar, lo sabes ¿no? Lo que es que te persigan siendo inocente, tener que mancharte las manos de sangre para poder sobrevivir.

Aquellas palabras lograron llegarle al híbrido y a los demás, pero como siempre, kikyo tuvo que arruinarlo todo.

-aún así, debes entregarnos los fragmentos de shikon. - le ordenó altiva.
-¿y por qué he de hacerlo?
-la señorita kikyo es la shikon no miko, es su responsabilidad custodiar los fragmentos. - explicó miroku.
-mientes. - le respondió kagome exaltando a los demás. - la shikon no miko murió hace alrededor de tres... Lunas. - por poco y decía meses antes de recordar que debía mantenerse en su papel de demonio antiguo y usar lunas para referirse a meses. - ésa mujer ni siquiera está viva, además de haberle entregado a naraku varios fragmentos que le robó a la verdadera sacerdotisa de la perla, estoy al tanto de sus acciones y definitivamente no es de fiar.

Aquellas palabras dejaron mudos a los cuatro quienes parecieron recordar que si era cierto, ni siquiera se molestaron en pensar cómo esa información había parado a manos de esa youkai.
-tch! Cómo te atreves a hablar así de kikyo?! Acaso tu crees merecer los fragmentos más que ella??? Seguramente los usaras a tu beneficio!!.

"ah, inuyasha, así que tanto es tu amor por kikyo"
-todo lo que dije es cierto, ella no vale nada como persona, de seguro los traicionara a la primera oportunidad que se le presente y en cuanto a tus preguntas... No sé si sea completamente digna de poseer los fragmentos, pero sin duda soy más digna que ella, al menos yo no los usaré para mi propio beneficio sino para destruir al causante de tanto caos, todo lo contrario a ella quien está empeñada en verlo desarrollarse por completo.

Ésta vez fue interrumpida por la misma kikyo quien le lanzó una flecha purificadora muy poderosa pues no soportaba que la humillaran de esa manera y menos una desconocida youkai, kagome pensó en esquivar la flecha pero, decidió hacer un homenaje al dayoukai albino y la detuvo con una de sus manos justamente como él lo había hecho con ella en el pasado, la desintegró con su propio poder demoníaco lanzando una mirada desafiante a la miko.

"que se siente saber que tus poderes son basura?" pensó la youkai.
-ésta será la primera y única advertencia, no se interpongan en mi camino o me veré forzada a deshacerme de ustedes.

Kikyo estaba enfadada, su aura se hizo visible, no sabía por qué pero, esa mujer la hacía enfadar como sólo la difunta kagome lograba hacerlo, había algo en ella que la irritaba hasta el alma, su manera de hablar parecía como si conociera todo sobre ella y lo que había hecho, incluso sango y miroku tomaron distancia al ver a kikyo y a inuyasha ponerse serios.

Kagome tenía unas inmensas ganas de pelear, ¿donde demonios había quedado la lealtad  y la amistad?!! Tan pronto había muerto ya la habían reemplazado con kikyo y apenas tres meses de su muerte ya la trataban como amiga y la defendían!! De inuyasha podía entenderlo, ella sabía que ellos se amaban y aunque le doliera debía aceptarlo, pero de los otros... De ellos no se esperó esa traición.

Aquello estaba apunto de encenderse, incluso se quitó la tela que cubría la parte baja de su rostro, no esperaba que la reconocieran pero, quería que la vieran sonreir cuando acabará con ellos.
Traidores.

Justo entonces alguien más decidió unirse a la fiesta..

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