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El diario de kagome higurashi 4

"la figura de negro"

Los días pasaron menguando la tristeza y el dolor que afligia los corazones de sus amigos y pronto siguieron con sus vidas y por supuesto, con su misión de destruir a naraku el cual aún estaba frustrado por no haber conseguido lo que quería, pero con tal de haberse librado de kagome, estaba dispuesto a pasar el incidente por alto, e incluso estaba algo feliz por ello.

Las cosas habían cambiado, eso era un hecho, el grupo de inuyasha se había dividido debido a la actitud del híbrido luego de la muerte de la miko pues no había tardado ni dos días en traer a kikyo para ocupar el lugar que había dejado vacío la chica, aquello obviamente era impensable para los amigos de ella quienes luego de un largo rato de discutir decidieron que si kikyo los acompañaba, ellos la ignorarian por completo.
-su excelencia, cree que hicimos bien aceptando a esa mujer en el grupo?
-es necesario, sango, ahora ella es la única que puede rastrear los fragmentos de la perla.
-pero no me siento bien teniéndola aquí, es como si inuyasha quisiera suplantar a kagome.
-hey, ustedes! - gritó inuyasha.-puedo escucharlos, dejen de decir esas cosas!!!
-basta, inuyasha. - lo calmó kikyo, al parecer lo tenía bien domesticado pues el híbrido se calmó de inmediato.
-y bien, señorita kikyo, ¿a donde nos dirigimos?
-a una aldea que ha estado sufriendo lo constantes ataques de un grupo de aves de paraíso que decidieron anidar cerca, al parecer ellos poseen un fragmento de la perla.
-como lograste saber todo eso? - preguntó sango.
-por mis serpientes cazadoras.-respondió tranquilamente.
-esas serpientes son muy útiles.
-por supuesto que si, con kikyo encontraremos más rápido los fragmentos. - dijo orgulloso inuyasha

El grupo siguió su camino hasta llegar a la dichosa aldea, a implementar vista podían ver los daños hechos por las aves de paraíso, sin embargo los aldeanos trabajaban arduamente para repararlos y además parecían no ser tan graves como ellos habían esperado.
-disculpe, ¿podrían decirnos quienes hicieron todo esto?. - le preguntó miroku a uno de los aldeanos que estaban martillando el techo.
-fueron unas aves monstruosas con la parte superior del cuerpo parecida a la de un humano, pero eran youkai de seguro.
-y puedo saber en donde se ocultan? Hemos venido a ayudarlos con ese problema.
-les agradecemos su ofrecimiento pero, ya una persona se ocupó de ellos hace un par de días.
-una persona dice?
-si, llegó durante el último ataque que estábamos sufriendo, fue asombroso cómo los eliminó a todos con una sola flecha, e incluso dijo que se encargaría del fragmento que esos monstruos tenían para que nosotros no tuviéramos que preocuparnos por eso.
-puedo saber dónde está esa persona?
-lo lamento pero, se marchó hoy a primera hora con rumbo al norte.
-ya veo, es una lastima que no hayamos podido alcanzarlo.
-le estamos muy agradecidos, al principio pensamos que podría ser un youkai también por su forma de vestir, pero tras salvarnos nos quedó claro que debía de tratarse de un sacerdote o sacerdotisa, no estamos muy seguros de si era hombre o mujer ya que usaba un holgado traje negro y se cubría el rostro con un velo oscuro que no nos dejó ver nada.
-entonces no están seguros de si es hombre o mujer?
-si, solo habló para preguntar si había algo en lo que podía ayudarnos y en esos dos días que estuvo aquí, curó a toda la gente enferma y trató a los heridos sin pedir nada a cambio, lo único que pudimos hacer que aceptara fue hospedarse en la casa del patriarca durante su estadía en la aldea, es una lástima que haya tenido que irse, pero dijo algo acerca de una misión y que debía seguir ayudando a quien lo necesitara, que los dioses estén con esa persona y lo protejan del mal.
-y no dijo su nombre?
-bueno, dijo que podíamos llamarlo Ao.
-muchas gracias por la información.

Luego de preguntar a varios aldeanos, todos corroboraron la misma historia, aquel misterioso ser vestido de negro parecía ser un nuevo aliado que viajaba ayudando a todos los necesitados, el grupo siguió avanzando solo para toparse con la misma historia en todos los pueblos que recorrían.

Los detalles eran diferentes pero en general la historia era la misma, la figura de negro se deshacía de monstruos y demonios por igual sin pedir nada a cambio, recolectaba los fragmentos y seguía su camino una vez asegurada la seguridad de los aldeanos, kikyo envió a sus serpientes cazadoras a buscarlo, pero él era muy rápido, tanto que llegaron a la conclusión de que no era un humano común y corriente.

Pronto los rumores acerca de él se extendieron en toda la región llenando de esperanza a los aldeanos quienes rezaban a los dioses por el bienestar de aquella persona, por desgracia con semejante fama también llegaron celos de sacerdotes y sacerdotisas que no veían con buenos ojos la manera de ser de ese sujeto y planearon una trampa para él.

Dejaron correr los rumores de que un demonio se hallaba escondido en las viejas ruinas de lo que había sido un templo y que al ser despertado debido a un fragmento de shikon éste había comenzado a devorar a todo aquel que se acercara al lugar.

Tal y como esperaban la figura se hizo presente y mientras yacían escondido tras campos de fuerza y pergaminos, lo analizaron a detalle.
Su complexión era algo delgada, ese largo traje negro no les permitía ser si era hombre o mujer, traía puesta una armadura alrededor del tórax muy ajustada al cuerpo y un velo negro de seda que ocultaba la parte superior de su cuerpo sin dejar ver el rostro.
-ahora!!. - gritó un sacerdote, sus compañeros salieron de sus escondites activando un diagrama en el suelo mientras lo rodeaban y lanzaban pergaminos a su cuerpo para inmovilizarlo.
-eh? Ah.. - el individuo fue paralizado por los conjuros de sus enemigos y uno de ellos se acercó a él y le arrancó el velo de forma violenta.
-muéstranos quién eres!!!!

Todos exclamaron al mismo tiempo tras observar la figura oculta bajo la tela, usaba una máscara de tela ocultando la parte inferior de su rostro, su largo cabello color azul marino oscuro y brillante atado en una coleta alta era de lo más hermoso, sus ojos eran color avellana con un delineado púrpura oscuro sobre el párpado superior, poseía orejas puntiagudas típicas de los youkai y rasgos androginos que no dejaban adivinar su género.
-eres un demonio...
-no de vieron hacer eso. - les dijo el ser con una voz suave como si se tratase de un susurro en sus oídos.
-maldito monstruo, este será tu final!!!

El monje dio la señal a sus compañeros para que aumentaran el poder de los sellos mientras las sacerdotisas se preparaban para disparar flechas purificadoras, el individuo exhalo y sin esfuerzo dejó salir un ráfaga de energía de su cuerpo la cual destruyó todos los pergaminos y mandó a volar a sus atacantes estrellandolos contra los árboles y construcciones a su alrededor.
-les dije que no debieron hacer eso.
-Arg..... Eres un demonio... Debes morir.
-bajo que acusaciones? Por ayudar a los aldeanos y eliminar el mal de este mundo? Por hacer el trabajo que ustedes deberían hacer pero que no hacen debido a que están más ocupados meditando que actuando?! Ustedes no merecen ser llamados sacerdotes ni sacerdotisas, son unos viles farsantes que solo se decidieron a actuar para destruir a la única persona que hace el bien con el pretexto de no ser humano, les tengo noticias señores, los humanos pueden ser mucho más malvados que los demonios y a veces un demonio puede ser más puso que cualquier humano en el mundo.
-no digas tonterías, los demonios merecen morir!!
-yo pienso que la gente malvada merece morir, y ya que ustedes son malvados, les daré una lección que nunca olvidarán.

Los gritos de terror y dolor combinados con un poderoso remolino de energía demoníaca llamaron la atención de un dayoukai albino quien pasaba por ahí casualmente, a él no le interesaban los conflictos ajenos, pero su olfato pareció percibir un aroma peculiar que le recordaba al pasado y basándose en su instinto decidió mirar desde lejos.

Allí estaba un youkai de muy alto nivel por lo visto, tal parecía que había acabado con unos monjes que le habían tendido una emboscada, flotó sobre él durante unos momentos antes de que se diera cuenta de su presencia y voltear a a mirarlo, luego de eso rápidamente se cubrió con el velo y desapareció como un fantasma dejando muy intrigado al albino quien tras olfatear un poco el aire pudo descubrir que no se trataba de un macho.
Sino una hembra.

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