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El diario de kagome higurashi 15

"agonía"

Con una gran herida abierta en la espalda y varias contusiones en el cuerpo caminó tambaleante por el bosque manchando todo a su paso con su propia sangre la cual no paraba de brotar, había sido mucho para ella pelear tres contra uno, quizá de no haber estado tan perturbada pensando en sesshomaru hubiese podido dar una mejor pelea, pero no podía evitarlo, recordarlo le causaba un dolor mayor que el de sus heridas.
El diario tenía razón, no matar a inuyasha había sido su gran error, ¿por qué ella tenía que sufrir así? ¿Por qué tenía que ser la mala de la historia si lo único que quería era el bien de los demás?
-sesshomaru... - la lluvia comenzó a caer sobre ella, el cuerpo le pesaba, estaba exhausta, no podía exponerse en ese bosque durante la noche, necesitaba ir a un lugar seguro, pero ¿en quien confiar?. - totosai... Debo... Ir... - estaba muy mal herida, apenas tenia fuerzas para seguir en pie, no tenía otra opción, haría un último esfuerzo para llegar hasta él ojalá y no quedara a medio camino.

Mientras tanto bajo el mismo cielo nocturno a muchos kilómetros de distancia se hallaba el albino maldiciendo su suerte, ¿por qué la mujer de la que se había enamorado tenía que ser ella? Maldita fuera esa humana y la hora en la que sus caminos se cruzaron, maldita una y mil veces!
Pero que podía reclamarle? Haberse sacrificado por todos, insistir en estar sola, ceder ante su insistencia, entregarle su castidad, dejar que la marcara??!
No! Eso no borraba sus acciones, le había estado viendo la cara todo el tiempo, y el había caído como un idiota ante su belleza, se dejó llevar por la imagen de una completa desconocida exótica la cual sólo lo usó.
¿Puedes decir que te usó sesshomaru? En todo el tiempo que estuvieron juntos el único que obtuvo algo fue él, ella lo dio todo de sí y a cambio.... ¿Que había hecho él? Oh sí, claro, la había abandonado en medio de una pelea a muerte, quizá ahora estuviese bien muerta y él tenía gran parte de culpa en ello.
Felicidades sesshomaru, acabas de traicionar y asesinar a tu mujer.
-no! Ella no es nada mío!!!-gritó combinando su potente voz con los truenos que retumbaban en el cielo.-esa mujer... Esa humana no es nada mío, solo... Un error.

Pero si era así porque se sentía tan mal, porque la furia corría por sus venas quemandolo desde dentro, le había dicho palabras crueles y la había dejado a su suerte, no quería volver la ver y ojalá estuviese bien muerta, o al menos eso se repetía una y otra vez queriendo convencerse a si mismo de que había hecho lo correcto y no una cobardía.
.......

El cuerpo de kagome cayó del cielo justo en la guarida de totosai para sorpresa de éste quien salió de inmediato a ver de qué se trataba, la halló en el suelo al borde de la muerte con más heridas de las que podía curar un dayoukai.
-pero que te sucedió?!
-toto..... Sai....-alcanzó a susurrar en medio de su inconsciencia antes de caer definitivamente en un sueño profundo del cual no sabía si regresaría.
El anciano la tomó con cuidado y la llevó dentro de la cueva tratando de no lastimar más su cuerpo, podía olfatear tres aromas en ella, inuyasha, naraku y uno más que no logró identificar, se suponía que ella viajaba con sesshomaru, pero había llegado sola y en ese estado, lo cual era imposible si el albino estaba con ella lo cual significaba que la había abandonado.
-que barbaridad, con esas heridas es casi seguro que morirás, pero ¿por qué sesshomaru no te ayudó? Dudo mucho que él esté muerto, bueno él es impredecible aunque me cuesta trabajo creer que te abandonó en medio de una pelea, pobre de ti, tu destino es sufrir.-decía él hablando consigo mismo mientras le quitaba la armadura y las ropas a kagome con cuidado.
Halló el dichoso diario oculto pero decidió no abrirlo por temor a causar alguna desgracia, le quitó la espada aún manchada de sangre, una que reconocía perfectamente..
Inuyasha.
-entonces finalmente murió, que lamentable.

Calentó una espada corta hasta ponerla al rojo vivo y la usó para cerrar las heridas en la espalda de la chica.
Dolió.
Aquello dolió tanto como para mantenerla despierta y evitar que su alma se fuera al otro mundo, los gritos de la chica se escucharon a kilómetros a la redonda, para cuando él terminó de cauterizar las heridas ella ya no tenía fuerzas para seguir gritando, tan solo permaneció despierta pensando en todo lo que había pasado ese día.

Lo bueno era que el tiempo pasaba rápido para los youkai, lo malo era que luego de superar el dolor físico la asaltó el dolor emocional, apenas se pudo moverse se fue por miedo a poner en riesgo al herrero, anduvo por el bosque durante días tratando de contener sus lágrimas hasta que ya no pudo más y en medio de la nada gritó, lloró y destrozó todo a su paso.
¿Por qué?
¿Qué había hecho para merecer todo eso?
¿Cuál era el punto de hacerla sufrir así?

Deseaba tirar todo por la borda, irse lejos y mandar el mundo al demonio, que se defendieran como pudieran y que dejaran de sacrificarla para todo!! Ella siempre tenía que sacrificarse por los demás!! Pero cuando tenía un poquito de felicidad alguien llegaba y lo hacía pedazos,.

Maldijo todo y a todos hasta que su rabia se calmó, para ese entonces ya habían pasado varios días y había causado grandes destrozos a su alrededor, necesitaba donde reposar sin temor a ser atacada o encontrada por esos miserables, lo único bueno de conservar un poco de energía sagrada era que podía esconderse en lugares donde ellos dos no podrían seguirla, así que se escondió en un antiguo templo abandonado junto a una cascada, nadie entraría allí mientras ella estuviera recuperándose, puso un campo de energía y tan solo se arrojó a la caída del agua bajo la cascada dejando que las cosas pasaran.

El tiempo pasaba mientras ella se recuperaba lentamente, el diario decía que meditara para no perturbar su corazón y eso hacía de día, pero en las noches las lágrimas y los recuerdos la abordaban lastimando su frágil alma o lo que quedaba de ella.
Necesitaba sacar ese dolor de su pecho, pensaba todas las noches en él sin imaginar siquiera que su compañero también pensaba en ella, sólo rondaba por las noches aullando a la luna el dolor de sí corazón con una gran ira hacia ella y la tristeza que sentía por ello, la maldecía al mismo tiempo que le implora bajo al destino la trajera de vuelta, había vuelto al lugar donde la abandonó para descubrir que solo quedaban los restos de su hermano y una gran cantidad de sangre que le pertenecía a ella, la buscó sin descanso, quería pelear con ella, reclamarle sus mentiras y abrazarla aunque no sabia si para matarla o para pedirle perdón, se sentía traicionado por ella y al mismo tiempo sentía que él la había traicionado.

¿Que hacer si ambos odiaban y amaban al mismo tiempo a su compañero?

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