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El diario de kagome higurashi 16

"prueba de fuerza"

Habían pasado tres meses desde aquella pelea, y en todo ese tiempo ella se había desquitado causando destrozos a su alrededor, había llorado cada noche de dolor suplicando a los dioses para que la ayudaran, había gritado de rabia por el destino que le había tocado vivir y había maldecido a todos los que tenían que ver en ello.
Desató su furia hasta que un día simplemente se cansó, era como si hubiese sacado todo lo que había acumulado en años y entonces se detuvo a meditar un mes más, pensó en todo lo que la había llevado hasta ese punto, cada decisión que había tomado y sus consecuencias, ella pudo elegir cambiar el futuro pero no lo hizo, sabía de antemano lo que pasaría y prefirió seguir en esa camino, eligió enamorarse de sesshomaru y entregarle todo lo que tenía, eligió luchar sola ese día y ahora era su elección seguir adelante con o sin él.
Ella no necesitaba que los demás la amaran para hacer cosas buenas, no necesitaba que le hicieran cumplidos o la adoraran como a un dios, ella no necesitaba de nada ni nadie para hacer lo correcto, solo necesitaba a sí misma y a su sentido de la justicia.
No necesitaba del amor de nadie más para seguir viviendo porque se amaba a sí misma y a los demás aunque éstos la odiaran.
Así era ella y su nombre era kagome higurashi, no era la shikon no miko, no era la reencarnación de kikyo ni la dayoukai amante de sesshomaru, era una mujer que siempre hacía lo correcto no por esperar una recompensa sino porque eso era lo que estaba bien.
No importaba que la odiaran y la insultaran, no importaba que la lastimaran o traicionaran, ella seguiría de pie, seguiría luchando por y para los demás porque así era ella y esa era su elección.
-qué es....?! - el diario brilló intensamente y fue a sus manos abriéndose automáticamente en la siguiente página a leer.

"felicidades, que leas estas páginas significa que has superado tu más grande prueba de fuerza, entender que lo que hagas no es para tu beneficio sino para los demás sin esperar nada a cambio.

Se que te parece injusto lo que has vivido y quizá tengas razón, pero ya deberías saber que a toda acción le corresponde una reacción de igual magnitud y en sentido opuesto, lo estudiamos en la escuela recuerdas?
A partir de ahora tienes la fuerza para derrotar a tus enemigos y finalmente librarte de tus desgracias, medita tanto como lo necesites y no dejes que tu corazón se perturbe, aprende a seguir adelante sin guardar rencor, haz madurado y se que a partir de ahora estarás bien.
Eres fuerte, nunca lo olvides, tu esfuerza no va a abandonarte, no eres la única que sufre así que tampoco seas la única que se detenga por ello, levántate y sigue adelante, eres kagome higurashi y nadie debe olvidarlo, mucho menos tú.

Lo anexo a estas páginas son cosas irrelevante para la pelea que te espera, debes estar a finales de tu cuarto año de pelea, lo que sigue después no será desafío para ti, de todas formas te dejo algunos datos muy útiles acerca de los acontecimientos que vendrán en el futuro hasta que tu puedas tomar las riendas de tu vida por completo, que tu corazón te guíe siempre.
K. T "

Kagome se rió como nunca en la vida, maldita fuera su sentido del humor en el futuro, parecía una nota sacada de alguna galleta de la fortuna, no podía ser más ridículo que eso.
-así que de eso se trataba... Debo tener un mal sentido del humor al haber escrito esto..

Se cambió de ropa colocando un aori blanco en lugar de su ropa rota, esta cansada de las faldas largas así que cortó su falda negra hasta dejarla del mismo largo que la que solía usar como uniforme, se colocó la armadura y la espada en el obi rojo de la cintura, también estaba cansada de esa coleta larga por lo que decidió soltar su largo cabezo azul oscuro sintiendo una gran libertad, no tenía porqué ocultarse, ella era kagome higurashi y no debía avergonzarse de ello.

Guardó los fragmentos en su pecho y el diario dentro de la armadura antes de elevarse por los cielos dejando atrás su lugar de meditación y descanso para nuevamente volver a la pelea.

Muchas cosas habían pasado durante su recuperación, sesshomaru no había escatimado esfuerzos persiguiendo a naraku y a Pandora, ésta última se había desaparecido de la escena esperando a que kagome saliera de su escondite mientras los otros dos se enfrentaban en batallas caóticas que destrozaba cuanto hallaban a su paso, todos la habían buscado por cielo mar y tierra exasperados por no hallar ni una pista de ella, lo único seguro era que todavía seguía con vida, al menos sesshomaru sabía eso ya que de estar muerta él sería el primero en saberlo y llorar por ella.

Aún estaba dolido por sus mentiras pero, no podía odiarla como quería, su corazón se lo impedía, ¿como odiar a la única persona que amas? Estaba confundido entre sus ideales, lo que creía de los humanos y las acciones de ella claramente contradictorias a sus teorías y creencias sobre los de su especie.
.....

No necesitaba buscarla, sabía que tan solo al salir de su campo de energía ella vendría a su encuentro y no se equivocó.
-finalmente sales de tu madriguera, te he buscado por mucho tiempo, pero debes ser especialista en esconderte como una sabandija.
-di lo que quieras, Pandora, sé que solo hablas por rencor, odias que sesshomaru me haya preferido a mi en vez de a ti.
-grr... No tientes a tu suerte niña! Yo puedo obtener lo que sea si me lo propongo incluyendo a ese hombre!!!
-por qué no vamos a donde empezó esto y vemos quien puede más?
-me parece bien, tengo una sorpresa esperando por ti.
-lo sé, naraku está esperando nuestra llegada cierto?

Pandora estaba harta de aquella mujer que parecía un oráculo siempre viendo a través de sus planes, no le dio tiempo de contestarle debido a que la youkai voló en dirección al valle del caído donde todo debía terminar.
Por otra parte sesshomaru percibió de inmediato su olor a pesar de hallarse a kilómetros de distancia, su corazón latió y sin pensarlo dos veces fue a su encuentro, necesitaban hablar de tantas cosas, él tenía que reclamarle sus mentiras sacar lo que llevaba en el pecho.
Mientras tanto naraku esperaba ansioso la llegada de kagome pensando que su muerte finalmente le traería lo que él deseaba, la perla y una infinidad de seres con los cuales fusionarse, no pensaba dejar que esa mujer occidental le quitara lo que con mucho esfuerzo había conseguido, estaba seguro de poder vencerla y si era posible absorberla también aumentando su poder, nadie sería capaz de detenerlo y el mundo sería suyo.

Sus pensamientos fueron abruptamente interrumpidos por la caída de un cuerpo femenino frente a él, pudo imaginarse cientos de cosas excepto lo que vio..
. Pandora en el suelo tratando de mantener su apariencia en su lugar y no mostrar su verdadero ser, el cofre lejos de su alcance con suerte aún cerrado y una fría y centrada youkai descendiendo lentamente hasta posicionarse delante de ellos.
-que significa esto, señorita Pandora?
-cállate!. - le gritó la aludida mientras se levantaba con dificultad mirando con detenimiento a la mujer objeto de su odio.
-ha pasado tiempo desde la última vez, naraku, y es bueno que los dos estén aquí.
-señorita kagome, pensé que habría muerto luego de recibir tan terribles heridas, pero me queda claro que es un oponente difícil de derrotar.
-dejemos las charlas, este día terminará todo.
-¿por qué está tan segura de eso? Sabe que sin mi corazón no hay manera de matarme.
-hay más de una manera de detenerte naraku.
-basta! Que esperas? Matala!!. - le gritó Pandora al híbrido, no le agradaba recibir órdenes de ella pero aún no podía mostrar sus verdaderas intenciones así que optó por atacar a kagome mientras la griega iba en busca de su cofre.
Kagome no tenía intención de acabar solo con naraku y lo demostró lanzando una ráfaga de energía con su espada en dirección a Pandora quien apenas y pudo esquivarla, sin el cofre no era nada.
-que rayos haces? Ya Matala!!
-si tanto quiere que muera, ataque usted también!
-eres un inútil!

Kagome se interpuso entre el cofre y Pandora luchando con ambos al mismo tiempo, era mucho más fácil que la última vez, estar en equilibrio y control sobre sí misma le ayudaba a pelear con más determinación, no necesitaba a nadie y sin embargo él apareció en el cielo, tan frío como siempre y la miraba fijamente.
"sesshomaru"

"kagome"

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