VIII

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  • Dedicado a Jesus Manzueta
                                    

29 de Agosto 2012

-¡Vamos cariño! ¡Ni que nos fueran a descubrir! -exclamo Nate mientras me arrastraba hacia el pasillo más privado de la mansión Hale y solté una risilla

-Si me sigues arrastrando así no tendré aire para cuando lleguemos –solté y sentí como era cargada como un saco de patatas mientras Nate continuaba corriendo a lo que solté otra carcajada

Éramos perfectos según mis amigos, estúpidos pero inteligentes al mismo tiempo, además de apasionados. Según Jessica nos vamos a casar en el 2019 y en el 2025 estaremos celebrando el cumpleaños número uno de nuestro tercer hijo.

Era una descabellada

Sonreí coqueta cuando Nate paró, me puso de pie y me recostó de la pared de un modo de que nadie podía ver mi rostro y me beso tiernamente. Sonreí mientras llevaba mis brazos alrededor de su cuello y lo acerque más a mí. Unos minutos después estábamos besándonos con toda la pasión que siempre teníamos

Mi pelo estaba en rizos y al cortarlo se veía diferente, Nate tomo uno de los mechones negro cuando nos separamos y levanto una ceja

-¿Por qué escogiste el negro?

Me mordí el labio sonriente mientras contenía las risitas que estaban por salir

-Me veo peligrosa con el negro

-Definitivamente si pero amo el color rojo en ti –susurro mientras volvía a besarme y esta vez enrede mis piernas en su cadera lo que hizo que el gruñera

Nos separamos rápidamente cuando escuchamos un carraspeo y mi corazón empezó a latir a mil kilómetros por hora

Nate giro protegiéndome con su cuerpo, tenso pero dejo salir todo el aire

-No hagas eso. Por favor –suplico a lo que escuche una risa masculina y peculiar

-¿No saludaras a tu padrino? –protesto el hombre y Nate dio un paso adelante olvidándose de protegerme para darle un abrazo al hombre

Mire sus rasgos y me parecían familiares pero no tanto, su pelo era completamente negro como la noche y sus ojos verdes. Todo lo contrario a Nate quien tenía el pelo color chocolate y unos ojos color pardo.

-Chels, él es Justin West, mi padrino. Padrino, ella es Chelsea, mi novia –nos presentó y agradecí de corazón que no dijera mi apellido ese hombre no me daba buena espina

-Un segundo más y pensaría que eres Charlotte –fue lo único que dijo mientras ofrecía su mano

Así que conocía a la perra esa

-No conozco a ninguna Charlotte señor West

.

-West -salude una vez baje las escaleras mientras dejaba atrás los recuerdos y solo por educación

-No sabía que se conocían –soltó Vivian mientras nos miraba de uno a uno

-Tengo la desgracia

West solo soltó una carcajada mientras observaba el tono sorprendido de Vivian

-No te preocupes Viv, la pequeña Chels esta resentida conmigo –murmuro sarcásticamente -¿Qué le paso a tu pelo? Te veías más adorable

-Eso lo sé, solo le di un poco de cambio. ¿Te gusta? –conteste sarcástica y sentí como me apretaban la mano, gire mi rostro y observe el de Charlotte contrariado

-Un segundo más y pensaría que eres Charlotte

Apreté mis dientes mientras mis ojos explotaban por la furia contenida, ese hijo de su mamá pensaba que arruinaría mis planes

RevengeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora