Revenge

XXXI

Estaba que me orinaba en los pantalones del miedo.

Este miedo tiene varias razones, la primera, que mi hermoso padre puede descubrir que me escape por la ventana solamente para encontrarme con un tipo que puede ser un mafioso de las drogas y la segunda, que este tipo intente violarme y nadie pueda escucharme.

No se cuál de las dos eran peor.

—¿Hola? —pregunte asustada mientras encendía las luces del lugar, la academia New Hopes era mi refugio desde hace años. Más específicos un mes después de que Vivian y papá se divorciaran.

—Justo a tiempo, pensé que no vendrías.

Bien, necesito ir al baño con urgencia.

—No te acerques más —dije atemorizada a lo que el sonrió — ¿Quién eres?

—Connor. ¿Por qué no tomas asiento? Tengo una propuesta que darte —ofreció mientras señalaba con sus manos la silla delante de el

—¿De qué trata esa oferta? —cuestione y luego la pregunta salió a borbotones —¿No es algo relacionado con droga?

Por favor, que no lo sea.

—No te preocupes linda, no es nada con la mafia o drogas. Solamente toma asiento y empezare a decirte para que te necesito.

Asentí tomando asiento un poco asustada y agradecí de haberme quedado con los jeans porque mis piernas rozaban las de él.

—Sé que estabas planeando una venganza contra tu hermana así que pensé ¿Por qué no? —dijo con una sonrisa, como vio que no entendí  nada de lo que decía levanto una ceja —Quiero que me ayudes a vengarme de Vivian. Sé que no es tu persona favorita.

—Bien —susurre sin saber que decir —¿Quieres que te ayude a vengarte de Vivian?

En respuesta asintió.

—¿Tienes alguna razón para ello? Que yo sepa, alguien que trama una venganza es por alguna razón, por ejemplo, yo quiero hacer que Charlotte por todas las cosas que me hizo. ¿Qué te hizo Vivian para querer venganza?

Nos quedamos en silencio desafiándonos con la mirada hasta que el suspiro

—Creo que es tiempo de que vayas a tu casa. Pero antes creo que responderé a tu pregunta. Por culpa de Vivian mi hermana ahora está muerta y no con sus hijos. Buenas noches Chelsea, espero que duerma sin pesadillas.

.

.

.

Decir que dormí algo es una completa mentira.

Alegando que ya estaba bien le dije a papá que fuera a trabajar, le dije que necesitaría ayuda de Charlotte así que estaba sola en casa.

Resople furiosa y me fije en la hora de mi teléfono una vez más.

Las nueve y quince de la mañana.

Por alguna razón las palabras de Connor se repetían una y otra vez.

Por culpa de Vivian mi hermana ahora está muerta y no con sus hijos.

Muerta.

Sacudiendo mi cabeza decidí que tendría que hacer algo grande para distraerme.

Busque el reproductor de música en la oficina de papá y conecté el iPod que encontré en mi armario. Cuando la música empezó a sonar por toda la casa baje corriendo hacia el salón y empuje los muebles hacia una esquina, fui a la despensa del área de lavado donde saque el jabón para suelo, el trapeador y la escoba.