XXVIII

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Chelsea

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A veces pienso que mi maldad supera los límites de una chica en un cuerpo de dieciocho con una mente de dieciséis.

Pero luego pienso que Charlotte era más mala que yo y no le hago daño a nadie, solo le devuelvo el favor de la maldad.

Volví a sonreírle al espejo y luego termine de acomodar mi cabello para volverme a sonreír.

Esta noche destruiría la vida ‘‘perfecta’’ de Vivian.

Mi vestido negro me quedaba genial y digamos que con el peinado aparentaba el look perfecto de la chica que no rompe un plato, además que me había puesto labial rosa.

En mi camino a la cocina donde Megan estaba organizando todo le sonreí y di una vuelta completa para que admirara mi look a lo que ella asintió de acuerdo

—Aunque está un poco corto —discrepo una vez que Vivian entro a la cocina a buscar algo de agua, usaba una falda de tubo roja y una camisa blanca, su pelo rojo en una coleta y nada de maquillaje con excepción de labial y delineador

—Yo lo encuentro bien, ni que estuviera en la escuela —me queje a lo que ella levanto una ceja

—Gracias por recordarme que mañana te llevare a comprar el uniforme.

Fruncí el ceño y camine furiosa hacia el sofá donde me tendí mientras esperaba que todo el mundo estuviera listo.

Mi papá, Megan y Vivian estaban listos, Darren y Charlotte aun no bajaban y la reservación era a las ocho.

Dudo que lleguemos a tiempo

—¡Avancen que no tenemos toda la noche! —exclame en tono neutro para disimular mi emoción

Todos estarían allí, incluso Justin West.

Voy a hacer lo que la otra Chelsea no se atrevió a hacer.

Los desenmascaré.

Esperamos unos minutos más hasta que estuvimos listos y nos dividimos en dos grupos aunque no quería.

En pocas palabras, a mí me toco ir con Darren y Charlotte pero termine haciendo un berrinche en el que me toco conducir

Ellos iban hablando entre sí, de un tema que no me importaba ya que tenía casi dos semanas planeando esto.

Jessica me había ayudado mucho y solo se me ocurrió una idea para reunirlos a todos en un mismo lugar.

Quiero hablar con todos ellos, juntos. En un lugar neutro para todos.

Mis pensamientos se fueron tan lejos que el camino de casi media hora se me hizo en cuestión de minutos, papá y los otros estaban sentados.

Solo faltaba Elliot.

—¿Y bien? —Pregunto Justin quien estaba acomodado junto a mamá —¿Qué quieres contarnos?

Sonreí tranquilamente haciendo que Vivian mirara extrañara a Justin

—Falta alguien.

Estaba acomodada justo en el otro centro de la mesa para ocho, mi padre estaba en el otro espacio y solo quedaba un asiento vacío a mi izquierda.

—Se supone que esto es familiar Chelsea, privado —dijo Charlotte en respuesta a lo que no respondí

—Solo falta alguien, ni que fuera a traer a toda la familia —replique haciéndola quedarse en silencio

Nos quedamos en silencio hasta que un camarero sirvió vino para los adultos y por cuestiones de los padres, nosotros tres terminamos tomando jugo de manzana.

RevengeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora