Beso, beso 2/2

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De vuelta al trabajo realmente no hablamos más de lo necesario, comíamos a gusto mirando a las personas que transitaban a esa hora, probablemente encaminándose a almorzar.

Realmente, tenía la mente en blanco, demasiadas verdades, sentimientos y casas en las cuales pensar, no quería saturarme con todo ello, no aún. Sí, había aceptado el hecho de que Alejandra me atraía pero empezaba a sentir culpa sin haber hecho nada, ¿Y si realmente ella sentía algo? ¿Y se confesaba? ¿Con que cara miraría a Leo? Porque ya estaba suficiente consciente de que no se quedaría en su confesión.

Era demasiado complicado, como una historia adolescente en donde la protagonista debe elegir entre 2 de sus pretendientes, sólo que en mi caso, una es chica y mi jefa y el otro es mi futuro esposo, quien a cumplido con el cielo y la tierra que me ha prometido.

La respuesta sonaba bastante obvia, pero no lo era, o para mí. Demasiado implicado, un sentimiento crecía mientras el otro sólo se apagaba hasta quedar en un "segundo plano".

Pero eh, que tenía "la mente en blanco".

- ¿Ya terminaste con los correos? - me preguntó ya dentro del ascensor, aproveche para mirar que no tenía rastro de helado en el gran espejo.

- Aun me faltan unos... ¿40? Tal vez más, no lo sé - dije en tono de pena.

- Wow ¿de verdad? Estas tardando bastante Mel, y tienes que acompañar a Alejandra.

- ¿Acompañarla? - pregunté ¿a dónde? ¿porque no sabía nada?

- ¿No te lo dijo? Tienes su acompañarla a la sede del sur, tienen un contrato importante que terminar y necesitan ir allí. Creí que sabias, la información llegó desde el miércoles.

- No me dijo nada... - suspire cuando llegamos a piso, caminando de nuevo a la división.

- Estaba muy concentrada mirándote en su auto - rió callándose después en cuando la mire mal - Lo siento, ya paro.

- En fin, ¿a qué hora debo estar lista? - me senté en mi lugar al igual que ella, encendiendo de nuevo el computador.

- Irán a las 5:00, a esa hora está oponible quien maneja el contrato allí.

- Me pregunto cómo sabes tanto de lo se tengo que hacer y yo no - reí abriendo de nuevo el correo.

- Por si no recuerdas soy un refuerzo de tu puesto, tengo que estar pendiente de cuando ni estarás y así tener en cuenta si llega algo y yo poderlo cumplir.

- Okey, entonces me quedan... 3 horas, puedo terminar - estiré mis dedos y comencé a escribir y abrir y cerrar documentos.

- Si dejas de pensar en Leo seguro terminaras más rápido - rió un poco, pero no le reclamaría.

Porque no estaba pensando en Leo desde un principio.

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Suspire cuando terminé, mirando satisfecha mi trabajo terminado, eran las 4:30 así que aún tenía tiempo para relajarme un poco y "alistarme" con calma.

¿Y si...? Sería mejor si voy hasta su oficina ¿no? ¡Claro! Así no tendrá que venir hasta aquí para avisarme que ya nos vamos y, ¿para qué mentir? Ya quería verla. Realmente estaba regresando a mi comportamiento de jovencita enamorada.

Sin importarme mucho me puse de pie, colocándole nuevamente los zapatos y el abrigo tomando igualmente mi bolso.

- Voy a ir junto a Alejandra de una vez, ya sabes ahorrar tiempo o lo que sea - sonreí cuando Rouse levantó su mirada - No hagas nada que me corresponda a menos que sea urgente ¿bien? Me encargaré de lo demás mañana o si termino allí pronto, vuelvo.

¡¡No me gustan las mujeres!!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora