Sorpresa

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- ¿Leo ya viene por ti? - me preguntó Rouse al verme saliendo de la oficina de Alejandra.

-No lo creo, en la mañana me había llamado diciendo que posiblemente llegaría del viaje temprano para ir a almorzar pero se le presentó algo - mentí descaradamente desinteresada volviendo a mi lugar soltando un suspiro y dejando los zapatos un rato de lado.

Me sentía tan devastada, buscaba la manera de ocupar mi mente todo el día y el almuerzo sería una maravillosa oportunidad para lograr mi cometido, sin embargo ahora que me encontraba sin nada que hacer, todas las preguntas y búsquedas de escape del desastre que se había vuelto mi vida me golpeaban como un torbellino.

Ayer siquiera me preocupo Leo, incluso esta mañana pensaba en que no deseaba verlo para así no sentir la culpa. El sentimiento hacia Alejandra se volvía más fuerte que el mínimo respeto por la relación que mantenía con Leo y la confianza que siempre ha puesto en mí, en el nosotros.

¿Y si hubiese conocido a Alejandra después de haberme casado con Leo? ¿Hubiese roto aquel lazo de todas formas? ¿Que era realmente lo que sentía por Alejandra? ¿Qué era lo que sentía ahora por Leo? Todo era tan confuso y difícil de asimilar, como en una película donde todo es un desastre tras desastre.

Y en mi sano juicio desearía que todo esto fuese solo un sueño, pero no es así, no en este caso. Solo deseo volver a besar a Alejandra y sentir cada uno de sus toques, y aquello solo me confunde más y me hace sentir peor, realmente no sé qué sucede conmigo.

-Hey amiga – llamaba Rouse frente a mí – Sí que estas perdida – soltó una suave carcajada sentándose en mi escritorio.

- Si, lo siento, no está siendo un buen día – me disculpo pasando mis manos por mi rostro, restregando con cuidado mis ojos por el rímel- ¿decías?

- Y eso que esta mañana andabas de tan buen humor – negó con su cabeza, pasando los dedos por su cabello – decía que, ya que ambas estamos sin compañía para almorzar, podríamos salir y comer algo juntas.

- No – negué acomodándome en la silla - ¿podríamos pedir un domicilio? Realmente no me siento en condiciones para salir.

- Claro ¿Qué pido? – preguntó mientras alzaba el teléfono lista para llamar.

Terminamos pidiendo arroz chino, aunque no comí mucho, al menos pude despejarme un poco por la conversación fluida que tuve con Rouse. Mientras disfrutaba del arroz chino, mi celular vibró avisando que había un mensaje nuevo, era Leo que dio señal de vida.

Amor 😍

El viaje está tardando más de lo que pensaba, incluso tuve que comprar ropa porque no traía la suficiente. Espero estés bien amor, no me extrañes demasiado.

Tomate el tiempo necesario cariño y no te preocupes por mí, espero verte pronto, besos.

Sin duda vivía más ocupado que yo, en su trabajo las tareas que realiza son las que el jefe debería hacer, pero lastimosamente le tocó ser casi un esclavo liderado por un jefe idiota que cree que con el dinero puede hacer lo que quiera y Leo nunca se queja, después de todo es feliz en su trabajo y nadie le podría quitar su ilusión. Y lo que más admiro de él es que aun así tiene la energía suficiente para recogerme y después comer juntos cualquier cosa o cocinar si estoy muy cansada.

Apagué el celular y me dediqué a comer para no pensar en nada más.

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Tiempo después llevaba encima un dolor de cabeza insoportable, solo pensaba lo muy feliz que estaría de llegar a casa y tomar una larga ducha en la bañera mientras disfrutaba de una copa de vino y si tenía suerte lograr comer junto a Leo.

¡¡No me gustan las mujeres!!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora