Tiempo después había un gran aviso que decía el nombre del pueblo. No quedaba lejos, en realidad eran solo 2 horas y media aproximadamente y el clima estaba bastante bien, cálido pero sin llegar a ser hostigante.
Fuimos recibidas por un montón de gente muy amable que hacía del sitio un lugar más encantador. Ahora no solo se veía y sentía cálido por el clima, las personas le daban el toque que lo hacía perfecto para aquel día.
-Es realmente increíble- sonrío emocionada mirando por la ventana. Era como la escena familiar perfecta por donde le mirases, niños correteándose, mayores sentados en alguna banca charlando o jugando ajedrez y parejas caminando de la mano comiéndose algún helado o solo charlando.
-Hay mucho más por ver así que guarda tus energías.
Aquello solo me hizo sonreír más ampliamente, el día iba fantástico y Alejandra estaba maravillosa y afortunadamente para mis ojos bellísima como siempre. Pintaba para ser un gran día y totalmente haría aún mejor mí fin de semana.
-Debo confesarte que tengo una pequeña y hogareña cabaña aquí - comentó mientras bajábamos del auto y me extendía un sombrero color pastel para protegerme del caliente sol - O bueno, no tanto así como aquí exactamente, pero la caminata hacia allí vale totalmente la pena.
-El lugar es muy lindo y el aire - respire hondo, la sonrisa sin poder darle descanso a mis labios - tan fresco y limpio.
-Fue una de las razones para escogerlo - ella también tenía una gran sonrisa en sus labios haciéndola ver, si es que era posible, muchísimo más guapa - ¿te parece si primero vamos a almorzar y luego damos un paseo por el pueblo? Como último podemos ir a la cabaña.
-Me parece bien, muero de ganas por conocer más el lugar - me acerqué para caminar a la par, tomándome totalmente por sorpresa cuando tomó mi mano, su agarre algo vacilante aun. Sin embargo apreté cariñosamente su mano, sintiendo una calidez recorrerme, llenándome entera de emoción.
No nos habíamos tomado de la mano de aquella manera en ninguna ocasión y caminar tan libremente tomada de la mano con ella se sentía tan correcto que despejaba todo pensamiento externo, ayudando a concentrarme únicamente en ella y yo en aquel hermoso lugar.
Que por cierto me encantaba con cada paso y lugar que veía, era de aquellos que conservaban sus calles empedradas, casas antiguas y parques llenos de flora. Parecía que los pájaros cantaran para darle aquel toque de cuento de hadas. A nadie parecía importarle el que estuviésemos bastante cariñosas y tomadas de la mano, tomándonos alguna que otra foto y riendo por nuestros propios comentarios.
-Estuvo delicioso - halagué mientras salíamos de aquel restaurante estilo rústico que tenía una atención impecable. Y la comida muchísimo mejor que cualquier restaurante cinco estrellas.
-Puedo asegurarte que es de los mejores lugares aquí - comentó mientras, naturalmente, me tomaba de nuevo de la mano.
-Y no me creo capaz de dudarlo - reí - ¿vienes mucho por aquí? - pregunté localizando un sitio de helados locales.
-Cuando me siento muy estresada me escapo uno que otro fin de semana, o viajo a otro lugar, varía realmente - me miró interrogativamente mientras la conducía hacia la heladería - ¿quieres uno?
-Sí, pero pagaré yo, me has traído aquí y pagado el almuerzo, quiero compensarlo un poco.
-No debes sentirte como si me debieses algo, tu presencia es el mejor pago - aseguró con una sonrisa.
-¿No sientes también como si estuviésemos en una cita adolescente? - reí - yendo de aquí para allá, bromeando y apunto de comprar un helado.
-Sí, así se siente - me apoyó con una sonrisa.
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¡¡No me gustan las mujeres!!
Fiksi RemajaMelisa, una joven con una vida común y corriente llega a trabajar en una empresa bastante conocida, en donde busca desempeñar adecuadamente sus estudios, su empresa soñada. Su vida siendo rutinaria pero definitivamente no aburrida gracias a su prome...