Alejandra se encontraba apoyada en su escritorio, tobillos cruzados y manos a cada lado de sus caderas. Nuestras miradas se cruzaron de inmediato y aquello solo hizo que la emoción y los nervios solo se multiplicaran en sobremanera.
-Pasa y cierra la puerta tras de ti, por favor - pidió en la misma voz tranquila, con aquella media sonrisa que, para mí, reflejaba claramente autosuficiencia, tal vez algo de diversión. Le obedecí mientras sentía su mirada aun anclada sobre mí - Tenemos cosas que discutir ¿no es así?
-¡Lo siento! - solté rápidamente, mi voz saliendo algo aguda, mostrando lo avergonzada que me encontraba - realmente no sé lo que me paso, sé que fue atrevido e irresponsable de mi parte, más siendo mi superior, no sé qué me paso realmente, no quería y.. - se levantó rápidamente, acercándose lentamente a mí, aun con aquella media sonrisa y mirada pesada sobre mi estabilidad, haciéndome callar toda aquella disculpa y palabrería estúpida
- Solo quiero que contestes una cosa para mí, Melisa ¿bien? Tienes que ser sincera - dijo a centímetros de mí, aun guardando lo que sería espacio personal, pero sobrepasándolo tal vez un poco, solo un poco.
- B-bien... - respondí con voz baja y avergonzada, sin embargo sin apartar la mirada de la impropia, tan hipnotizante.
-¿Por qué me besaste? - preguntó lentamente, con voz que derrochaba confianza, aquella sonrisa aun allí - Y no quiero un lo siento o excusas, dime el por qué - me interrumpió cuando hice el amago de hablar.
-Bueno, y-yo... ¿qué era lo peor que podía pasar después de todo? ¿No era ya una mujer hecha y derecha como para estar con esto juegos? Si sentía algo solo debía decírselo, era ahora o nunca, no podía hablar de esto con nadie, ni con Rouse, ni con algún amigo externo o familiar porque todos conocían a Leo, muchísimo menos podía hablar de esto con Leo, así que ¿por qué no? Lo peor que podía pasar era que me despidiera, y me había preparado todo el día para ello. Nada me lo impedía. Así que cerré mis ojos con fuerza, soltando el aire retenido y comencé a hablar - Simplemente lo quería de aquella manera, no sé lo que has hecho conmigo, pero desde el momento en que te vi. Solo... he tenido ganas de besarte, y aquello ha sida más fuerte que yo, supongo que el alcohol fue un ayudador, pero definitivamente no la razón, me he fijado más de la cuenta en tus ojos, tus labios, tu rostro en general y tu cuerpo... tus piernas largas y lisas, con esos zapatos que las hacen lucir aún más estilizadas, yo solo... - paré un momento soltando un suspiro, había hablado tan rápido y no había escuchado nada desde que empecé a hablar que, abriendo mis ojos lentamente me di cuenta que ella seguía allí, frente a mí, incluso más cerca.
Sus ojos seguían clavados sobre mí, pero su mirada era distinta, aquella sonrisa mostrándose maliciosa, comenzando a avanzar, acorralándome con su cuerpo y la puerta
-Es todo lo que necesitaba confirmar, Mel - fue lo último que dijo como un susurro, tan cerca de mis labios que le tomaron milisegundos unirlos con los suyos, y me tomo más que eso reaccionar a lo que estaba pasando.
¡Me estaba besando! Me tomó al menos 20 segundos darme cuenta que tenía sus manos en mis caderas, acariciándolas con un poco de presión, y 30 segundo comenzar a corresponder aquel anhelado y desesperado beso. Sentir aquellos labios de nuevo contra los míos era el paraíso, se movían de una manera tan erótica e indescriptible, mis piernas se sentían como gelatina y electricidad recorría mi cuerpo.
¿Cuándo un beso me había hecho sentir de esta manera? La sensación era incluso mejor de lo que podía recordar con ese pequeño y corto beso. Mis brazos rodeaban su cuello, mis manos acariciando su nuca y algunos suspiros comenzando a salir de mis labios al momento que nuestras lenguas tuvieron contacto, cada una por su lado buscando demandar en el beso haciendo todo mucho más erótico, aumentando cada fibra de adrenalina en mi sistema.
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¡¡No me gustan las mujeres!!
Teen FictionMelisa, una joven con una vida común y corriente llega a trabajar en una empresa bastante conocida, en donde busca desempeñar adecuadamente sus estudios, su empresa soñada. Su vida siendo rutinaria pero definitivamente no aburrida gracias a su prome...