Reconciliación

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Advertencia: El siguiente capitulo tendrá una escena lemmon HETERO. Si no es de su agrado se puede saltar ya que no será un capitulo "relevante"

Ahora si, pueden continuar, nos leemos abajo <3

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Narra Leo

La luz que entraba por la ventana fue la causante de mi despertar, en el suelo, suspire cansado, mi espalda dolía pues, definitivamente no estaba acostumbrado a dormir en el sofá. Era mucho más cómodo si solo dormía la siesta.

Me levanté estirándome nuevamente y recogiendo todas las cobijas, subiendo con ellas después hasta la habitación para así colocarlas en el armario nuevamente.

Al entrar a la habitación me encontré con la tierna imagen de Mel profundamente dormida, así que, después de dejar las cobijas organizadas en su lugar, me acerque a la cama para poner a Mel mas hacia el centro de la cama pues estaba a punto de caer. Me quede varios minutos admirándola.

Se veía tan tranquila... ¿Cómo podía ser tan linda incluso con su maquillaje corrido y pelo desordenado? Sus ojos se notaban levemente hinchados y la almohada manchada de maquillaje. Había llorado.

No debí reclamar, soy demasiado idiota. Nada de esto habría pasado, ella no hubiese llorado al igual que no hubiésemos peleado. Pero no, debía ser desconfiado.

Al verla así ya no sentía ni una pizca de rabia, simplemente sentía culpa. Y nada más que culpa.

Decidí salir de la habitación después de tomar lo que usaría aquel día y la toalla, bajando a la cocina para hacer un poco de café y luego irme a cambiar, percatándome frente al espejo de aquella marca de labial en mi frente. Un sabor amargo se posó en mi boca, porque sabía que ella era de un corazón tan noble que no podría estar totalmente enojada conmigo.

Ya pasado un rato, me encontraba listo para salir de casa, después de haber fracasado totalmente en hacer mi corbata la dejé con desgana sobre la mesa y así por fin subirme al auto directo al trabajo.

Con un mal sabor de boca porque, por primera vez, no despertaba a Mel y le daba todo los besos que quería.

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Al llegar al trabajo, no me encontraba lo suficiente concentrado para nada, tanto así que no me di cuenta incluso cuando me saludaban algunos compañeros o en qué momento llegaban correos. Sólo me encontraba allí, pensativo sobre Mel y cómo arreglar las cosas, realmente quería estar bien con ella.

¡¡No me gustan las mujeres!!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora