Colin POV 1982
Mi madre nos había tejido unos suéteres navideños a Jonathan y a mi, y nos los hizo poner de inmediato. El mio tenía la cara de un reno.
Empezó a nevar, como si fuera la típica película de navidad. Veía, por la ventana el atardecer, que daba inicio a la noche buena.
El dolor de cabeza usual, retumbaba cada vez más fuerte en mi hemisferio derecho, como si aquella maldita bala estuviera tronando mi cráneo justo en ese instante. Mi pierna y mano izquierda temblaban discretamente. Sin embargo, a pesar de todo eso, era noche buena; mi padre horneaba unas galletas, mi madre tarareaba villancicos mientras ponía la mesa, Jonathan les ayudaba, y yo, debo admitirlo, estaba feliz sentado junto a la ventana.
- Colin, ¿estas bien?- preguntó mi madre preocupada.- Estas temblando.
-Si, es normal. Sólo es la jaqueca que me da por...ya sabes...- dije insinuando con la palma de mi mano señalando la cabeza.
-Oh. ¿Necesitas algunas pastillas o algo?- dijo hospitalariamente.
- No. Solo necesito aire fresco quizás.
-Tú y Jonathan pueden ir a comprar algo de vino. Olvidé comprarlo, y sirve que te sientes mejor.
-Si...¡Jo!, ven.- le grité.
-¿Qué?
-Vamos a la vinatería.
Ambos salimos sin abrigarnos para la nieve, sólo nuestros súeteres tejidos. Sentía que el frío me ayudaba a sobrellevar mi dolor de cabeza, así que no importaba si quedábamos congelados en un glaciar.
-¿Qué opinas?- dijo Jonathan mientras me empujaba por la acera en rumbo a la vinatería.
-¿Qué opino de qué?
-Pues, de ahorita. Digo, estar los cuatro juntos. Que por fin estés una navidad con nosotros.
- Oh ¿Te refieres a que mis padres de pronto me traten como si todos los conflictos entre nosotros hubieran desaparecido por el simple hecho de que ahora soy un veterano?- dije cínicamente.
-No es un simple hecho. Mira,- suspiró- a ellos les preocupas mucho. La noche que llamaron del ejército para decirnos sobre tí, fue... Dios, Colin, pensamos que ibas a morir.
-Todos pensaron que iba morir. ¿Y?- dije ya algo molesto.
-A lo que me refiero es que, en serio les importas. No te odian, en serio que quieren lo mejor para tí. El problema es que ni ellos saben como tratarte y tu tampoco a ellos. Y creo que ahorita están haciendo el intento de mejorar la relación. Aunque sí, no creo que deberían hablarte como si nada hubiera pasado, es muy cobarde. Quizás solo es que no quieren discutir en Navidad.
-Quizás.- murmuré.
Llegamos a la vinatería. Jonathan me dejó afuera, mientras él entraba a comprar. Saqué mi cajetilla y encendí un cigarro, cuando de pronto una voz molestamente familiar se acercó.
- ¡No puede ser, de lejos pensé que eras un viejo raro, pero resulta que eres tú, Frothy! Hahahahah, ¿cuántas veces te tuvieron que violar en prisión para que ya no te pudieras levantar?- dijo Rupert, que al parecer decidió pasar la Navidad borracho.
-Vete a la mierda.- le contesté con todo el rencor del mundo. Si alguien ha sido una mala influencia en mi vida, fue Rupert.
- Oh, calmado.- dijo riéndose- A ver, dame Frothy.- me arrebató el cigarrillo, burlándose de mi.
-¡Hijo de puta!- mi fiebre aumentó y con las fuerzas que tenía en mi lado derecho, intenté abalanzarme sobre de él, pero fracasé y terminé callendo de boca sobre el asfalto cubierto de aguanieve. Mis temblores en el brazo y pierna izquierda aumentaron, no me podía levantar.
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Treinta y Cuatro Años
ФанфикEmma es una chica de Seattle que vive en Nueva York gracias a una beca en la prestigiada Juilliard School, en la cual estudia drama. Entre una vida llena de asuntos de la escuela, de su carrera actoral y su novio, se topa con alguien inesperado: Col...