Iba patinando, con la pequeña esperanza de verlo, hacia las bancas donde siempre me sentaba. Entonces caí a la cuenta de que llevaba casi todo el día pensando en Colin. No tenía sentido, sería mejor que me quitara todas esas ideas que solo me nublaban la mente. "Debo dejar de pensar en tanta estupidez." empecé a reflexionar, "simplemente se me hace interesante y además se podría decir que ya tenemos una amistad entablada. Nada más."
Sentí unas pequeñas gotas de sudor cayendo por mis sienes. Me las sequé con las manos y luego intenté secar las manos en mi pantalón.Me iba acercando poco a poco a las bancas donde siempre me siento. Entonces me pregunté si él coincidiría conmigo. "Si, ¿por qué no? Él siempre viene los sábados en las mañanas."
Entonces del horizonte salió el grupo de bancas y ahí estaba, sentado en una leyendo como siempre. Me apresuré más. Él estaba demasiado sumergido en su lectura como para notar que me acercaba a una gran velocidad. Pero yo sí lo noté, debía de frenar pronto. Maniobré pero solo logré que se me doblaran las rodillas para que cayera a sus pies.
Maldición. Intenté no llorar de nuevo y pararme lo más rápido posible para disimular mi caída; si no, pensé, que ya parecería bastante coincidencia y podría pensar que era sospechosa. Pero ya era demasiado tarde. Colin había dejado su libro en la banca y me estaba ayudando a levantarme del pavimento a un metro de su banca.
-Creo que deberías tener más cuidado para frenar.- dijo sonriendo.
-Dios, ahora estoy sangrando.
Tenía toda la rodilla derecha raspada. "Creo que ya no debería traer shorts para ir a patinar".
-Quizás también debas usar rodilleras.- arqueo sus cejas.
Me cargó hasta la banca y me sentó en ella.
-Traigo gasas en mi mochila.- le dije señalando al bulto de tela al cual yo le llamaba mochila que se encontraba entre el pasto y el camino.
Colin volteó a verla y luego se volvió a mi.
-¿Enserio?
-Si, ya sé que es extraño pero tengo mis razones...
Fue por ella y la puso sobre la banca a un lado mío. Yo abrí los cierres y tomé una desde el fondo de esta. También saqué cinta y desinfectante.
Colin solo se me quedó viendo, inexpresivo, sabía que estaba sacando de onda.-Si quieres yo te la pongo.
-Gracias.- contesté.
Empezó a rociar el desinfectante.
-¿Puedo preguntar por qué traes todo esto en tu mochila?
Reí nerviosamente. "Soy una rara"
-Lo que pasa es que mi mamá es dueña de una ambulancia y desde chiquita me ha enseñado sobre primeros auxilios y usar el botiquín, etc. Así que básicamente ha criado a una paranoica que cree que a donde vaya puede que pase un accidente. Que en parte es cierto. Uno nunca sabe si tiene que evitar que alguien se desangre o que necesite RCP. Siempre llevo estas cosas cargando, incluso vendas. Hasta el otro día traía estas cosas.
De nuevo solté una risita. Sacudió su mano izquierda y empezó a ponerme la gasa.
-Pues eso es bueno, casi nadie trae un botiquín consigo mismo; y efectivamente, uno nunca sabe.
Su acento me tentó a conversar de algo diferente a mis extrañas manías y traumas de la infancia inculcados por mis padres.
-¿De dónde eres? Obvio que eres de Inglaterra, pero, ¿de qué parte?
-Soy de Hampshire pero cuando crecí me mudé a Londres.
-Oh.- "Demonios, ahora no sé qué más decirle para seguir en conversación."
-Listo, terminé. ¿Qué tan malos son mis primeros auxilios?- sonrió.
"Y volvemos al mismo tema"
-Gracias, de hecho son bastantes buenos. Podrías salvar vidas. ¿Sabes hacer RCP?
Se incorporó de su pose antigua (en cuclillas) y se sentó en la banca. Tardó bastante en responder, se preocupó más en mirar al horizonte que en contestar mi pregunta. Fue extraño...
-No, no sé hacer RCP.
-Si yo fuera mi madre ya te estaría enseñando a hacerlo.
Se quedó callado y se produjo un silencio incómodo. Pero gracias a Dios, mi celular interrumpió el momento, alguien me llamaba.
Saqué mi celular de la bolsa. Luke me estaba llamando; le colgué molesta. Pero en cuanto colgué volvió a llamar.
-Asshhh
Volví a colgar. Pero volvió a llamar.
-Maldición, ¿acaso no se cansa?.- colgué.
Volteé a ver a Colin mientras apagaba mi celular.
-¿Problemas con alguien?
-No... Sí. Luke 😁
-Hmm. Sabes el otro día lo mencionaste bástate.
-¿Enserio?.- me sonrojé, la próxima vez mediría mejor cuantas rondas me tomo.
-Si... "los hombres jamás maduran, Luke jamás madura, Sam tampoco..." Y otras cosas... pero eso era lo que más repetías.
Solté otra maldita risa nerviosa.
-Je! Bueno...eeemmm, Luke es mi ex, rompimos no hace mucho, pero no lo puede superar. Y la semana pasada se dio de golpes con Sam, mi mejor amigo. Desde entonces no le he hablado a ninguno de los dos, aparte fueron a parar a la cárcel.
-Y me imagino que han peleado por ti, ¿no?
-Si.
-¿Y eso te hacer enojar?
-Sí, porque a los dos los aprecio mucho y no me gusta verlos golpeándose entre ellos. Además pienso que las cosas no se deben de arreglar a golpes.
Colin se encogió en hombros.
-Tienes razón, hay mejores cosas que usar los golpes. Deberías hablarles entonces.
Él tenía razón. Debía de ser congruente. Debía de solucionar las cosas de una forma madura. Me di cuenta de que era mi culpa que ellos pelearan. Hablaba mucho de Luke en la presencia de Sam y viceversa. A la mejor también me había puesto en muy mal plan en la forma que había cortado con Luke...
-Eemm, ¿quieres ir a tomar un café?- me preguntó Colin.
-Eh, sí, claro, supongo.- risa nerviosa... "¿Por qué tengo que reírme así con él? Este hombre hace que me den ataques de risa nerviosa. Ugh mugre yo."
Nos levantamos de la banca y fuimos en busca de un café.
*Hagan de cuenta que en lugar señora rubia esta Colin.
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Treinta y Cuatro Años
FanficEmma es una chica de Seattle que vive en Nueva York gracias a una beca en la prestigiada Juilliard School, en la cual estudia drama. Entre una vida llena de asuntos de la escuela, de su carrera actoral y su novio, se topa con alguien inesperado: Col...