Capítulo 9

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El día se pasó volando ante mis ojos, como siempre cuando tenía muchas que hacer, siempre era así, por muchas horas, minutos y segundos que tuviera un día, era insuficiente el tiempo para permitirme hacer todos mis deberes.

Desde la muerte de mamá todo se ha vuelto más difícil e intenso, echarle de menos es poco en comparación a lo que siento cuando se trata sobre ella. Mi madre fue mi pilar, mi ancla de vida, mi cable a la tierra, ella lo era y es todo para mi, al más mínimo problema sabía que podía contar con ella para lo que fuera, incluso cuando eran cosas triviales y de menor gravedad, pero  sabía cómo manejarlo todo. Mi madre siempre tenía las palabras exactas para cada ocasión, como solía decir:

"Todo pasa por algo, mi niña. Esto es parte de crecer"

Sus consejos siempre fueron llenos de sabiduría y amor. Amaba escucharla hablar sobre su trabajo, sus amistades y sus anécdotas, amaba tanto verla cocinar y de vez en cuando darme algunos consejos de cocina que hasta ahora me han venido como anillo al dedo, mi madre era la mejor, tan positiva, luchadora y amable, la mejor persona que un ser humano podría conocer, por eso... ella nunca debió haber muerto. No ella, mi madre aún debería estar aquí conmigo, a mi lado, como las cosas siempre debieron haber sido.

—¿Entrarás al coche o te quedarás todo el día contando mosquitos? —la voz de Jordan me sorprendió para cuando salí de aquel corto trance me lo encontré apoyado en la ventana del auto observándome atentamente con una expresión divertida en su rostro.

—Novecientos noventa ocho, novecientos noventa nueve y... —hago una pausa dramática mientras con mi dedo índice apunto hacia cualquier lugar del cielo— mil.

—¡Venga ya! —dice entremedio de una risa contagiosa.

Me río con él para después rodear el coche y subirme en el asiento de copiloto.

—Es interesante cuántos mosquitos pueden haber en el aire, y eso que solo ha sido media hora —pego una carcajada abrochando mi cinturón.

—¿Media hora? ¡Venga, Anastasia! Tú si que sabes como exagerar —mueve en desaprobación la cabeza a la vez que pone el coche en marcha dejando la universidad a nuestras espaldas.

—Yo diría que más —exagero mirando mis uñas solo para fastidiarlo.

Jordan hecha un rápido vistazo hacia mi regalándome una expresión de desconcierto para después volver su atención hacia el camino.

—Enana exagerada —finge toser.

—¿Sabes que de todas formas igual puedo escucharte y entender lo que dices? —ruedo los ojos mientras tanto prendo la radio y la dejo en la misma emisora de todos los días.

Me quedo mirando a Jordan por unos minutos y luego concentró mi atención en el camino.

Pensar en todo lo que esté agradable chico ha hecho para mi me mantiene perdida es mis pensamientos por varios minutos. El ha sido mi salvación en varias ocasiones, mi hombro de consuelo, mi pañuelo de lágrimas y al único que le confiaría la vida después de Olivia, es por la misma razón que me negué en aceptar su ayuda en el traslado desde la mansión a la universidad y viceversa, simplemente quería darle ese tiempo libre para que pudiera pasarlo con su novia, como chofer las veinticuatro horas sabía que apenas tenía tiempo para comer y descansar por eso decidí que lo mejor sería caminar, pero desde que este jueves me comento sobre su ruptura amorosa con su ex novia y el hecho que no quiere tiempo a solas porque solo piensa en ella y en todo lo que no puedo hacer debido a su esforzado trabajo, es que no dudo un día en solicitar su ayuda. Al fin y al cabo, ambos gozamos de nuestra compañía, al menos eso siento.

Las vueltas de la vida Donde viven las historias. Descúbrelo ahora