Capítulo 13

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Una gentil corriente de aire cálido agitaba las tranquilas aguas del lago; el intenso azul turquesa de un cielo sin nubes se reflejaba en él, algunos pequeños peces podían apreciarse nadando en la superficie, creando agradables hondas a su paso, una pareja de ancianos navegaba a la distancia en un pequeño bote, se alejaban lentamente, hasta que fue imposible distinguir sus rostros. Habían pasado junto a él hacía solo unos momentos, tomados de la mano, sus sortijas de boda aun brillando en sus dedos anulares. Reflejaban la luz del sol tal y como sus ojos lo hacían con sus emociones...sonreían, reían ajenos al mundo que los rodeaba y a su presencia.

Uno existía solo para el otro, al menos esa era la impresión que tuvo al ver la forma en la que ellos sonreían. 

— Algo especial...— no estaba especialmente interesado en el romance o en la idea del amor entreno, pero en momentos como este y en su estado, le era inevitable preguntarse cómo habría sido su vida si hubiera hecho las cosas del modo correcto o con quién estaría compartiéndola — Bueno...no importa mucho — sin embargo, era una pérdida de tiempo ¿Verdad? No podía volver al pasado, solo seguir con lo que tenía.

— Entonces ¿Eso es un sí? Puedo tomarlo como un si ¿Verdad? — la voz de Bokuto lo sacó de sus pensamientos, su rostro estaba inclinado cerca, demasiado, del suyo y tuvo que retroceder un paso por la impresión de casi sentir su aliento rozarle la nariz. Este chico no parecía entender lo que era el espacio personal — ¡Papá! ¡Él dijo que si! ¡Te dije que aceptaría! — exclamó apartándose repentinamente de él para dirigirse al hombre a unos metros de ellos.

El aludido rió agitando lo que parecía ser una llave de presión en la mano y exclamó con diversión — Felicidades pequeño casanova, te debo una hamburguesa doble.

Parecía divertido y Tsukishima frunció el ceño — Ya te dije que no voy a subirme a esa cosa.

— ¿Eh? Pero acabas de decir que si...y no es una cosa es un bote. Mi bote, mi abuelo me lo regaló.

— No accedí a nada, solo...— no estaba prestando atención y había olvidado por un momento lo que estaba haciendo y dónde estaba parado — Escucha, ya te lo dije...esa cosa — rodó los ojos, Bokuto estaba frunciendo el ceño — Ese bote...no pienso subirme a él — no en su estado y definitivamente no con él, el chico ya había demostrado ser un poco confiable, sin embargo la energía que tenía para desperdiciar era tal que le asustaba que algo que estuviera fuera de su control ocurriera mientras estuvieran en medio de ese inmenso lago — Olvida la idea — Bokuto abrió la boca, pero Tsukishima lo cayó alzando una mano — Y lo que sea que digas está fuera de cuestión, un no es un no y ya.

El chico de hebras bicolor apretó los labios y su tambaleante mirada bajó hacia el suelo en un fugaz movimiento, entonces fue donde su padre y se sentó en el césped para observar cómo trabajaba en el motor del bote; todo en silencio...uno muy inesperado. Tsukishima lo miró con duda, esperaba algo diferente. Lo inquietó. Algo parecía no estar bien, Bokuto era extraño, se deprimida con la misma facilidad con la que su ánimo subía, hacia rabietas a veces y no parecía comprender el significado de la palabra no (o quizá solo lo ignoraba) pero nunca lo había visto lucir tan decepcionado o forzar una sonrisa mientras hablaba con su padre.

Eso le dejaba un mal sabor de boca, no creía que le gustara mucho verlo así.

— ¡Hey! — el padre de Bokuto se acercó hacia la pequeña sombra donde descansaba; un pañuelo azul oscuro le cubría la cabeza, gotas de sudor corrían por sus sienes, frente y cuello, humedeciendo más su camiseta — Lamento que Fuku-chan sea tan molesto a veces — tomó un pañuelo de su bolsillo trasero y comenzó a limpiarse el sudor, tensando sus pectorales y bíceps con cada movimiento — Todavía tiene la energía de un niño, sabe muy bien como causar problemas.

Ruptura [Editado]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora