Capítulo 9

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"Nunca me imaginé siendo madre, los niños me asustan; son pequeños, no pueden hacer nada por sí mismos, son ruidosos, lo desordena todo, parecen criaturas incontrolables y tan complicadas que parece aterrador. Pero, aunque parezca increíble incluso para mí misma, ahora, no puedo esperar a que ese día llegue para mí. Estoy embarazada, está sucediendo y aunque estoy aterrada en todos los sentidos, me emociona. No recuerdo haberme sentido más eufórica antes. Es una locura. Ya quiero que se me note y que todo el mundo sepa acerca del bebé que espero, me veo todos los días al espejo y trato de imaginar cómo sería y sonrío. Keiji me descubrió una vez cuando estaba de visita, mi impaciencia le pareció muy dulce, estaba riéndose un poco, pero fue muy gentil y dijo que iba a suceder con el tiempo. Lo sé muy bien, pero no puedo esperar más...simplemente no puedo" 

— Que dulce...— Tsukishima recordó ese cortó pasaje del diario al mismo tiempo que contemplaba la escena que se presentaba ante sus ojos — Son ruidosos — sí; las gemelas reían a carcajadas mientras corrían de un lado a otro escapando de Hinata. Este parecía estar haciendo todo lo que podía para llegar a ellas — Lo desordenan todo — sí; había listones, crayones, fotografías, cojines, ropa y mantas esparcidas por el suelo, también sobre los muebles, incluso la escalera; era todo un desastre y había sucedido en menos de diez minutos...lo hacía cada día — Pero...— eran dulces, no podía negar eso, sin embargo tampoco podía hacerlo con la idea de que podían ser aterradoras.

— Tsukishima, va hacia ti...es tu oportunidad — exclamó Hinata llamando su atención ¿Que estaba diciendo? ¿Era su oportunidad? ¿De qué era su oportunidad? El tiempo repentinamente se ralentizó y los segundos cayeron sobre él con cada paso que la pequeña corría en su dirección. Esto no le gustaba, no podía estar sucediendo, el pelirrojo no podía estar diciendo lo que creía ¿Verdad?— ¡Sujétala! ¡Rápido!

— ¿Que...? — el tiempo repentinamente volvió a su curso ¿Era en serio? Jadeó ¿Hinata estaba hablando en serio? Si, lo hacía — Espera, yo...— pero ella estaba llegado. No sabía qué hacer, la niña corría como un vendaval en su dirección, con una gran sonrisa y entre risas que delataban lo divertida que encontraba esta situación. Daba miedo, tanto que estuvo a punto de retroceder casi por instinto — No creo que pueda...

¿Por qué estaba haciendo esto? ¿De verdad tenía miedo? Era solo una niña, una pequeña que se movía a toda velocidad. Tsukishima ya era un adulto, no podía huir de una niña, no tenía mucho sentido. No se reconocía como el tipo de persona que se asustaba de una niña de tres años, pero tampoco era tan imposible si se detenía a pensar en lo nervioso que estaba a medida que esa dulce criatura daba un giro por toda la sala y volvía a correr en su dirección. Apretó los labios, esto ni siquiera era difícil, era claramente más grande y fuerte que ella. No había nada que temer. Podía hacerlo y armándose de valor, antes de que la pequeña Haruka hiciera uso de su sorprendente agilidad para esquivarlo, la atrapó.

La niña reía, y se agitaba entre sus brazos, divertida por el juego de atrapadas que ellas decidieron iniciar por cuenta propia, como parte de su ritual matutino para cepillarles el cabello y vestirlas. Era la primera vez que se atrevía a participar, verlo ya resultaba algo agotador, pero hacer eso todos los días debía ser estresante y una locura, sin embargo Hinata parecía muy feliz a pesar de sus primeros intentos infructuosos por detenerlas. Realmente era todo una locura.

No comprendía como dos niñas de tres años podían causar tal desastre, el pequeño hijo de Yamaguchi era muy tranquilo y obediente, incluso podría decir que era muy maduro para solo tener cinco años. Fue así desde que era pequeño, mientras que las hijas de Hinata eran tan...tan ¿Hinata? Podrían no compartir el mismo color de ojos y cabello, pero era obvio que compartían los mismos genes. Ciertamente tenían mucha energía para desperdiciar y estaban llenas de vida, especialmente la mayor de las gemelas.

Ruptura [Editado]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora