Capítulo 3

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Tsukishima esperaba despreocupadamente junto a la entrada del parque de diversiones, la mirada fija sobre la pantalla de su móvil y su conciencia absorta en una de las muchas canciones que conformaban su lista de reproducción favorita. Personas entraban y salían sin prestarle la más mínima atención, se movían en grandes grupos cuyos murmullos y risas a veces escandalosas a duras penas conseguían traspasar la barrera de sus audífonos. Parecía un fin de semana como cualquiera, él parecía tranquilo, sin embargo sus ideas seguían agitándose del mismo modo que las emociones en su pecho, ese día no era un día como cualquiera para el rubio y para la persona con la que había acordado reunirse ahí, y si podía ser totalmente sincero, tendría que admitir que estaba tan nervioso que había salido un poco más temprano de lo que imaginó.

Afortunadamente Tsukishima había conseguido encontrar un poco de calma dentro del constante y casi rítmico ir venir de las personas. Estaba mucho más tranquilo y centrado, volvió en sí mismo, sin embargo su cuerpo se estremecía de vez en cuando bajo el peso de una insistente e intensa mirada. Trataba de ignorarlo tanto como podía, no quería que ese extraño individuo creyera que había ganado algo, pero comenzaba a inquietarlo y a hacerlo sentir de una manera que le resultó, inusual y en la que no quería pensar.

Alzó la cabeza, casi con resignación y no tardó en dar con la persona cuyos ojos parecían querer atravesarlo. No era más alto que Tsukishima, pero sin duda destacaba entre la multitud; su cabello era oscuro y estaba peinado de forma que cubría una pequeña parte de un rostro cubierto por facciones agradablemente masculinas. Era el objeto de sonrisas y miradas coquetas, el centro de atención de varias mujeres, sin embargo la de aquel moreno parecía ser solo suya. Sus ojos eran de un avellana cubierto de dorados destellos que brillaban como el oro ardiente. Despertó una extraña inquietud en él, le hizo sentir como un conejo expuesto, indefenso, ansió huir...pero no fue capaz de apartar siquiera la mirada.

Como si hubiera sido atrapado...como si no tuviera escapatoria.

Entonces, sin previo aviso, aquel extraño moreno avanzó hacia él a grandes zancadas, lo sorprendió, pero las incomprensibles palabras que comenzó a vociferar lo hicieron aún más — ¡Policía! ¡Policía! — caminaba apresuradamente, lo señalaba con el dedo, su voz era tan fuerte que varias personas se detuvieron a observar presa de su curiosidad. Confundido Tsukishima volteó hacia los lados, buscando alguna señal que le indicara que esto era una confusión, pero ese dedo, tanto como la mirada de aquella persona, estaban sobre él y no era capaz de entender qué demonios estaba pasando.

— ¿Cuál es el problema? — un oficial acudió rápidamente a su llamado, Tsukishima jadeó, sudor le cubrió la frente. No tenía la menor idea de dónde había salido, su confundida mente parecía haber entrado en una especie de parálisis momentánea, pero ya estaba ahí. Los dos estaban ahí y por algún motivo el rubio estaba en medio de todo esto.

— Este joven me ha robado — aquel hombre lo señaló sin dudarlo al mismo tiempo que lanzaba esa letal declaración y Tsukishima negó con la cabeza a lo repentino de esa irracional acusación ¿Qué demonios estaba pasando? — Me robó — repitió. Esto no tenía sentido, tenía que ser una confusión o alguna clase de mala broma, pero la sería expresión del moreno parecía tallada en frío granito.

Ese tipo estaba hablando en serio y tenía que ser la locura más grande que Tsukishima jamás habría podido imaginar.

— No — negó con la cabeza, tenía que hacer algo. Esto era un muy terrible y desagradable error, no conocía a esta persona y nunca le habría robado nada a nadie — Creo que es un error, yo nunca hice...nunca hice algo así — las personas comenzaban a murmurar a su alrededor, no le gustaba esto, sentía que podría salirse de control en cualquier momento, que ya estaba haciéndolo y Tsukishima comenzaba a sentir inquietud, su corazón disparándose en su pecho y sudor frío cubriendo sus palmas.

Ruptura [Editado]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora