Extra: El lamento de un amante enamorado

1.1K 110 98
                                    

>3< Actualización >3<

.

.

***************

La sortija que bailaba entre los dedos de Akaashi resplandecía en todo su brillo bajo la tenue luz del bar en el que se encontraba. Elegante y discreto, el diamante que lo adornaba arrojaba una sutil explosión de colores, tintes delicados e intensos que rivalizaban con la belleza del arcoíris. Tan resplandeciente. Era una pieza sencilla, sin embargo no menos exquisita, fina, de un corte perfecto, era capaz de robarle el aliento a cualquiera que posara los ojos sobre ella...de la misma forma que quién fue su dueño lo hacía. Era la representación perfecta de lo sencilla y a la vez abrumadora que resultaba su belleza.

No pudo quitarle los ojos de encima cuando la vio en aquella vitrina de cristal. Una única palabra resonó en su mente en aquel instante transformado en eternidad "Perfecto" tan perfecto que debía pertenecerle solo a él, tanto que evocó en Akaashi las ilusiones más dulces. Quería ofrecerle algo especial, algo que contara una historia solo para los dos, que representara el momento en el que decidieron caminar por una misma senda. La unión de sus vidas, el principio de un sueño eterno. Quizá solo se trataba de un capricho suyo, tal vez estaba yendo demasiado lejos, estaba perdidamente enamorado, sin embargo en verdad deseaba que fuera de ese modo, con toda el alma y cada latido. Pero a veces también le preocupa, no quería que él se sintiera presionado, quería que supiera que tenía la libertad de negarse, que era su decisión.

Porque lo amaba...lo amaba tanto.

— Kei...— incluso el susurro su nombre le dejaba una agradable sensación en la boca, dulce como un beso, pero también amargo como el alcohol...y adictivo. Todo en él lo era y Akaashi sabía muy bien que estaba mal, pesaba en su conciencia, sin embargo no podía resistirse a las tormentosas emociones que despertaba en su piel — Kei...— su añoranza lo estremeció. Recordó viejos sueños que creía olvidados, sueños e ilusiones muertas que le provocaron dolor y una amargura que acompañó al sabor del alcohol acariciando las paredes de su esófago. Sonrió con amargura, ansió deseó y por un instante, con rabia, con toda su frustración y angustia, se permitió desear volver el tiempo atrás, hacer las cosas diferentes y atraparlo.

Haber podido retenerlo a su lado, que hubiera sido solo suyo, suyo, suyo, maldita sea suyo y no de él...de ese tipo.

Porque ¿A quién quería engañar? Era un hombre egoísta y quería monopolizar todo de él, tomarlo todo hasta que no quedara nada para el mundo, ser su único dueño. Sin embargo también ansiaba verlo libre, como un ave que extendía sus alas y volaba hacia el cielo azul en busca de lo que su corazón añoraba. Como el sol, como la luna. Que brillara, que sonriera solo para sí mismo, para cautivar al mundo. Nada podía compararse con esa belleza, no existía nada más maravilloso. Nada.

Era contradictorio y a veces lo atormentaba. Tanto. Tanto. Tanto.

— Sírveme otro...doble — empujó el vaso hacia el barman, el movimiento evocó el tintineo de los cubos de hielo a medio derretir dentro de este, rompió con la atmósfera que había creado para sí mismo y con la corriente de agridulces pensamientos en su mente — Tal vez debería pedir la botella — murmuró para sí mismo ¿No sería lo más conveniente? De ese modo evitaría ser molestado o incluso tener que hablar con alguien más. Parecía una buena idea, pero ¿Qué debería pedir ahora? ¿Whisky? ¿Bourbon? Le gustaba el color de este último.

— Señor ¿No cree que ya ha bebido suficiente? — Akaashi hizo una mueca fugaz, entonces un vaso con un líquido rojo oscuro apareció en su campo de visión, pequeñas burbujas emanaban de los hielos y desaparecían en la superficie. Repentinamente sintió la garganta reseca — Debería parar.

Ruptura [Editado]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora