Capítulo 21

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>3< Actualización final >3<

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— Kuroo, es media noche...

No ahora ¿Por qué estaba aquí? Estaba confundido, no sabía cómo sentirse; él no podía aparecerse así después de casi seis meses. Trató de ser comprensivo con Kuroo, sabía que necesitaba tiempo, que quizá su presencia le resultaría desagradable ahora, pero ¿Qué con Hotaru? Ella era su hija y lo necesitaba. No tenía muchas expectativas, sin embargo creyó que después de conocer la verdad querría conocerla de inmediato y tuvo miedo de que también la odiara a ella cuando Yamaguchi aseguró que se había marchado el mismo día en el que recibió los resultados de las pruebas. La idea le aterraba.

Estaba bien para él si lo odiaba ahora, pero Hotaru era inocente en todo esto.

— Solo un segundo — insistió Kuroo, su semblante, aunque algo apagado, era el de alguien que no pensaba desistir. Tsukishima lo conocía demasiado bien como para dudarlo — Tengo que verla.

Tsukishima apretó el borde de la puerta, entendía que quisiera hacerlo, pero no podía solo llegar y esperar que realmente atendiera a sus demandas obedientemente. Existía un momento para todo y aunque Kuroo hubiera esperado mucho para conocerla, suponiendo que realmente fue así, este no lo era y tenía que comprender eso — Deberías volver mañana.

— Quiero ver a mi hija, Kei ¿Vas a negármelo? Soy su padre — masculló él, alzando la voz. Hizo amago de avanzar, sin embargo Tsukishima se lo impidió — Quiero verla.

El rubio apretó los labios y su agarre, no quería tener una discusión aquí, sin embargo el rumbo al que apuntaba esta conversación era exactamente ese. Había imaginado que no podrían reunirse en términos muy civilizados, no era difícil notar la aversión de Kuroo hacia su persona incluso en medio de esta oscuridad, lo percibía en la piel — No, por supuesto que no, pero ¿Te das cuenta de la hora que es? Este no es momento para...— calló.

El pasillo, que hasta hace unos segundos era total oscuridad, se iluminó por la débil luz que repentinamente se filtró por debajo de la puerta vecina. Debió suponer que esto sucedería, ya era el tema de conversación favorito de sus vecinos y no ansiaba contribuir más a sus habladurías, no por él, sino por Hotaru. En un futuro ella comenzaría a notar ciertas cosas...o circunstancias y sería muy difícil de explicar para él si otros la envenenaban con sus historias. Sobre todo por qué las personas tendían a exagerar demasiado.

Miró al moreno, lamentablemente no había mucho que pudiera hacer ahora.

— Tal vez deberíamos hablar dentro — se apartó de la puerta e inmediatamente lo hizo, Kuroo se precipitó al departamento. Lo conocía, sabía que no se marcharía fácilmente, él era una persona insistente y también muy imponente...era eso último a lo que más le temía. Su vida, si bien no era lo que soñó, estaba comenzando a tomar un rumbo y su presencia amenazaba con desestabilizarlo todo — ¿Te das cuenta de la hora que es? No es momento para una visita sorpresa, Hotaru está dormida.

— Solo quiero verla un segundo — Kuroo se peinó el cabello con una mano, parecía ansioso y cansado...también muy incómodo — Han pasado meses.

¿Y de quién era la culpa? No estaba tratando de jugar al digno, sería muy hipócrita de su parte después de lo que había hecho, pero esto no se trataba de él, se trataba de su hija ¿Qué estuvo haciendo en todo este tiempo? ¿Dónde estuvo cuando Hotaru tuvo su primer resfriado? Ella era un bebé, pero Tsukishima sabía que resentía su ausencia y que lo necesitaba.

Ruptura [Editado]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora