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Kim Taehyung
Ya hace meses que Jimin y Suga se fueron, desde entonces no he vuelto a saber de ellos.
Miles de escenas pasan por mi mente como si fueran pequeños rayos de luz en mi cabeza, flashbacks de lo que supuestamente viví, mientras balanceo mis piernas sentado al borde de la azotea.
Mi memoria, la única cosa que creía que me quedaba, me estaba fallando. Mis pensamientos están desordenados, mi cordura dejó de existir hace tiempo, desde que él se fue.
El otro día tuve un sueño muy raro. Al principio de éste, estaba en una sala atado a una silla y sin posibilidad de moverme, me habían secuestrado. Sé que en todo momento él estuvo en esa sala, pero en un inicio no le pude reconocer. Me dijo algo, me dijo que me amaba.
A partir de ahí los recuerdos son borrosos y lo único que logro recordar es su nombre: Jeon Jungkook.
Más flashbacks. El viento de estar a diez pisos de altura toca mi piel.
Una pequeña risa con dientes de conejo, un museo lleno de gente pero sólo me puedo concentrar en él, una dulce melodía que llega a mis oídos y la identifico como su voz, él llorando, nosotros siendo uno, él marchándose.
Grito a la ciudad que tengo bajo mis pies debido a la impotencia. Mi maldito cerebro no puede recordar nada relevante, ni siquiera sé si eso son recuerdos reales.
Ni siquiera sé si alguna vez llegué a tocar los labios de ese chico y llamarlo mi novio, pero sé que yo estuve enamorado. El vacío en mi corazón, la falta de algo, me lo demuestra.
He visto las marcas en mi pared, que me dicen que antes había colgadas miles de fotos. Pero no recuerdo nada, o más bien, mi mente no me deja recordarlo. Siento como este bloqueo, este muro, me hunde la vida cada segundo que pasa. Pero oh, mi corazón no lo ha olvidado.
Es muy difícil saber qué es real y qué no cuando no tengo a nadie a mi lado para decirme lo que realmente pasó. No me fío de mí mismo, admito que me he vuelto loco.
Incluso creo que alguien me vigila, cada día, en cada momento.
Me pongo de pie y grito ¿Kookie, dónde estás?
Ahora mis rodillas tocan el suelo. Aquel nombre, dios mío, me dejaba un sabor de boca que sabía a amor, a felicidad. Pero se convierte en dolor, una flor marchita al instante en que sale por mis labios.
¿Existió y murió? ¿No es eso lo que me dijo Jimin? Si tan solo pudiera volver a verle y que me aclararse todo.
Entonces, ¿por qué tengo la sensación de que he vuelto a ver a Jungkook desde que nos dejó? ¿Por qué tengo esta idea en la cabeza de que debo encontrarle?
¿Qué es lo que mi mente no quiere que recuerde?
Lo que sí tengo claro en este desastre de realidad es que sólo me queda una esperanza, descifrar este enigma.
