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Suga

Es curioso recordar la última vez que nos encontramos aquí, era yo el que había llegado primero y ni de broma conocía tanto a Taehyung como lo hago ahora. Qué poco sabíamos los dos.

Yo esperaba a mi amigo en un banco, ansioso por compartir aquello que había descubierto, que no era precisamente algo bueno sino un mar de interrogaciones. Vi llegar al chico mariposa.

-Será mejor que te sientes, esto va a ser largo-Taehyung obedeció- oye...¿No has notado nada sospechoso o fuera de lo normal en Jungkook?

-¿Sospechoso? ¡Ni que fuera un asesino, hyung!-se rió, pero a mí no me hacía ninguna gracia.

-¿Me ves reírme? Esto es un tema serio, por el amor de Dios, no creas que quedo contigo a solas por diversión.

Me hubiera reído ahora mismo al recordar la inocencia de mi amigo de no ser porque estoy muy nervioso. Lo tengo ahí, en el banco, pero no me atrevo a acercarme. ¿Por qué? El peso en mi conciencia se apodera.

Hago de mi mano un puño para dejar de temblar y me acerco lentamente a Taehyung, respirando profundamente o al menos lo mejor que puedo. Mierda, está recorriendo la plaza con la mirada. Y ésta se ha posado en mí.

Me quedo paralizado en mi sitio, como si fuera una estatua. Veo como los ojos de mi amigo se cristalizan y, después de un minuto sin hacer nada, viene corriendo hacia mí.

¿Para pegarme dos ostias? Lo tendría bien merecido, pero no. Kim Taehyung me está dando un abrazo. Está llorando en mi cuello, más bien sollozando. 

Le rodeo la espalda con mis bazos, lo más fuerte que puedo, pero aflojo un poco por miedo a poder dejarle sin respiración.

-Min...Min Yoongi...-el pobre chico no podía ni hablar-estás...estás aquí.

Sentía todo su cuerpo temblar de manera increíble, joder, lo siento mucho. Siento haberte ocultado todo.

-Sí, lo estoy. ¿Creías que me iba a olvidar del mocoso más feo del mundo?

Él lo sabía, sabía que esa era mi manera de pedirle perdón. Siento un cálido aliento, es una pequeña risa. Sale atascada y ronca, pero al menos es una risita. Aunque bien sé que no es de felicidad sino de alivio.

-Tenemos poco tiempo, Kim. Te he prometido respuestas y es lo que voy a darte-me separo de él y le seco las lágrimas que quedan- ya nos pondremos sentimentales cuando...todo esto acabe. Será mejor que te sientes, esto va a ser largo.

Ambos lo hacemos, pero ninguno de los dos estamos preparados. Yo para decir la verdad que he ocultado y él para escuchar la mentira en la que ha vivido. En la que le hemos metido.

Él no paraba de reajustar la boina de su cabeza, nervioso. Jugaba con sus manos y me miraba con ojos de cachorrito herido. De cachorrito destrozado mil veces, quizás millones. Tragué saliva y esperaba a que me preguntara algo, pero ese momento no llegaba.

-Supongo que quieres toda la historia desde el principio, ¿no?-Taehyung asintió- mierda, espero que no se te haya vuelto a comer la lengua el gato, esa etapa ya la pasaste.

-Por favor, hyung.

Joder, lo sé. Debería empezar a hablar pero me cuesta muchísimo. Yo pensaba que iba a ser más fácil. Cierro los ojos por un instante y cuando los abro ya he cogido fuerzas. Allá vamos. La verdad y nada más que la verdad. 

-No sé qué parte de tu vida no recuerdas pero te voy a resumir todo, al menos desde que yo te conozco. Estuviste en una relación tóxica con ella, te destrozó y te perdiste a ti mismo.