MY BOY.

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Después de aquella fiesta y los sucesos que habían pasado Michael había tenido que contarle todo a sus hermanos, les había dicho que ya no regresaría con Dylan, cosa que ellos aceptaron.

Avril y Robert estaban orgullosos de la decisión que Michael había tomado, ya era hora de que dejara a ese patán.

Michael había preferido no contarles sobre Luke, ni mucho menos sobre la escasa felicidad que ya sentía al poder relacionarse con un chico como Luke.

(...)

Robert ya tenía lo que quería, los motivos para golpear a Dylan, había anhelado eso con todo su ser desde la primera vez en la que le rompió el corazón a Michael.

Motivos, ahora los tenía y motivos muy buenos.

Robert se dirigía al campo de la preparatoria, él y su amigo John.

-Rob, ¿estás seguro de que no te meterás en problemas?

-No, no hay guardias, así que.

-Pero...

-John lárgate si no piensas ayudarme, más tenso me pones cuando empiezas con tus ataques de estrés.

-Cálmate, vamos, le daremos una paliza a Boyle.

Dylan pudo haberle roto el corazón a Michael, pero, ¿humillarlo? No, eso jamás.

-Ahí viene tú cuñado, Dylan.-Habló aquella voz que provenía de alguno de los amigos de Dylan que se encontraba ahí.

Dylan lo vio por lo más bajo.

-¿Qué quieres Robert? ¿Venir a decirme que el estúpido homosexual ya salió del closet?

Robert sabía todo desde un principio y sí que cobraría una venganza.

-Efectivamente, pero ese no el punto en este momento.

-Entonces, ¿cuál es?

-Este.

Después de decir aquella palabra, Robert le soltó un buen golpe a Dylan.

-Te vuelves acercar a Michael y créeme, te mataré.-Soltó aquellas palabras llenas de coraje.- Ah y estamos en 2015, es ridículo llamarle homosexual a un tipo que también lo es o al menos una cuarta parte.

Dylan lo miraba con odio, mientras se limpiaba la sangre que provenía de su nariz.

Ninguno de los amigos de Dyla lo habían defendido, sabían que Robert era muy bueno para dar golpes.

Robert se fue alejando con su amigo John.

-¡Eso fue increíble bro!-Habló John.

-Fuego, por favor.

John saco un encendedor de su mochila y lo acercó al cigarro que sostenía Robert.

-¿De verdad fue un buen golpe?

-¡Claro que sí!

(...)

Hoy Michael tenía que regresar al trabajo en aquella tienda de discos.

Cuando se dirigía al salón notó que Luke estaba recargado en su casillero, realmente frustrado.

Y bueno, Bárbara le decía miles de cosas provocando el chico rubio un enojo muy claro.

Bárbara se fue y Michael decidió acercarse a Luke.

-¿Te encuentras bien, Luke?

-Abrázame Michael.

Michael abrazó a Luke y Luke comenzaba a llorar.

-¿Qué pasa?

Luke se separó de Michael.

-No puedo, es eso.

Después de decir eso, el rubio se marchó y Michael hizo lo mismo.

Ambos por diferentes caminos.