Ticket to ride.

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NOTA DE LA AUTORA: ¡Hola a todos!, primero que nada quiero agradecer el infinito apoyo que le están dando a mi historia, creanme que mi pasión por escribir crece cada vez que me encuentro con una nueva lectura. En verdad lo agradezco, porque para ser sincera pensé que nadie me leería.

La segunda cosa que quería decirles, es que se supone que este iba a ser un capitulo con más acción y movimiento, pero cuando lo escribí me encontraba con el ánimo por los suelos y creo que se vino a reflejar aquí, aún así espero que lo disfruten y sea de su agrado.

Nos leemos en el siguiente capitulo.

Con todo cariño:

Montse.


No sé por qué vuela tan lejos 


debería pensárselo dos veces

aunque sólo fuese por mí

 
antes de decirme adiós 


debería pensárselo dos veces

Ella tiene un boleto para viajar

y no le importa...

Ticket to ride - The Beatles.

—¿Sabes?— preguntó Destiny despreocupadamente mientras Nicolas solo rodaba los ojos —Me pregunto cómo es posible que hubiese una cuerda allí y nadie se diera cuenta.—

—Lo hicieron después de que arrancara el tren— respondió aquel chico, su cuerpo y una parte de su conciencia parecía estar en el techo, pero otra parte estaba perdida en la inmensidad de algo que ella no pudo distinguir. Nicolas tenía la mirada clavada en el firmamento y sus estrellas, no le daba importancia que un poco de cabello tocará su rostro porque ni siquiera hacia el mínimo esfuerzo para retirarlo, estaba tan perdido en su mente que su melena era el ultimo de sus problemas.

—Oye...- susurró la joven, titubeante entre posar su mano en el hombro del fantasma o solo decir lo que pensaba —Todo estará bien— sonrió confiada y segura. Por primera vez tenía que ser quien realmente era y no la falsa niña sumisa que sus padres querían, necesitaba mostrarse así por si su joven amigo o algo así, perdía la fe como suponía tras su comportamiento —Yo sé que hago demasiadas preguntas y eso fastidia a la mayoría— encogiéndose de hombros, su mano llegó a su destino, tomándolo por sorpresa —Tal vez por eso no tengo amigos o... es un factor en realidad— resolvió con rapidez antes de que le dijera algo más —Pero ese no es el punto, a donde quería llegar... ¡Ah! no soy tan buena con las palabras— quedó en silencio, aún con su mano apoyada en Nicolas —Amm... bueno, solo quería decirte que no te preocupes, estoy segura de que una vez en el Garnier arreglarás todos tus asuntos y podrás regresar en paz a casa, a nuestra casa... claro, tú en el... El Velo y yo... aquí— asintió entusiasmada —Estoy segura que la fuerza con la que deseo ser una violinista será un punto en contra de quien sea que te este impidiendo el paso hacia la ópera. Lo hará, te dejará pasar— ella también observó las estrellas, finalmente en silencio.

—Gracias Destiny- tomó un respiro profundo, intentaba articular alguna palabra, pero aunque no lo iba a admitir en voz alta, lo cierto es que nadie le había dicho algo similar en siglos, además llevaba tanto sin comunicarse directamente con mortales que había olvidado lo que era la empatía pura y sincera —Había... había intentado buscar la ayuda de varias personas antes que tú, pero ninguna llegó al final o no terminaba siendo suficiente para que me dejaran pasar— desvió la mirada hacia sus manos —Nadie ha entendido que lo único que quiero es descansar en El Velo en paz, ver a los mortales desde lejos y no mezclarme con ellos a cada siglo para averiguar si pueden hacerme un favor... Encontrar un aspirante con verdadera vocación a músico es más complicado tan pronto avanza el tiempo— apenas esbozaba una sonrisa, asintiendo con calma, como si asimilara una verdad, absurda, pero al final, una verdad —En estas épocas, el que quiera ser músico bastará con desarreglarse los ropajes, ser más o menos parecido y tener maquinas que arreglen la voz o el instrumento para que suenen bien. Nadie lucha porque su fama perdure, sólo basta con tener tu temporada y luego desaparecer o retirarse demasiado pronto—apartó sus cabellos y por primera vez en todo el día, Nicolas se digno a ver el rostro de Destiny, su mezcolanza de emociones estaba anunciada en cada facción, si no se estuviera sincerando y le hubiese costado más trabajo convencerle de ir a París, lo más probable es que se estuviera partiendo de risa —Pero tú no eres como los otros jóvenes, no quiero decir que eres única, allá afuera hay más con las mismas aspiraciones que tú y con la misma vocación que tú, pero ya es difícil dar con ellos por lo mismo...-

—No te angusties, conmigo eso no pasará, solo quiero que alguien me escuche, no busco la fama... quiero ser grande como Paganini, es cierto pero... solo es un referente, un ídolo como cualquier otro aspirante a músico— Destiny se detuvo de golpe, su sonrisa se borró a medio camino, había algo, ese algo le impedía seguir hablando —Solo quiero que alguien me entienda y ese es el Fantasma, mis padres no me escuchan, lo intentan pero no me escuchan. Cuando les hablo del tema, del camino que deseo recorrer, parecen entenderme por una fracción de segundo, pero luego... luego regresan a la misma idea de siempre, forzarme a ser una científica como ellos.— una lágrima resbaló por su mejilla lentamente —Intentó decirles que acepten el camino que yo elegí, pero solo se quedan callados y siguen su vida. En vano les di señales de mi pasión, jamás supieron interpretarlas—.

—Yo lo veía, no es necesario que me cuentes esto... yo sé que tu eres la que me sacará de este infierno. Solo me queda una duda, ¿Porqué nunca los confrontaste de manera directa?—.

—Estas loco ¿verdad?— interrogó Destiny limpiando su mejilla —¿Si lo has visto todo, no te imaginas como reaccionarían?— suspiró sin saber que más agregar —A ti te consta que jamás me he revelado contra de ellos... hasta ahora que estoy aquí con un invisible boleto para viajar. Sé que sino pongo todo en juego ahora, me arrepentiré después. Viviré infeliz, eso es seguro y más sabiendo que tuve la oportunidad de dedicarme a la música y no la aproveche—.

Los esfuerzos de Destiny por limpiar sus lágrimas eran inútiles, conforme hablaba, otras tantas volvían a sus mejillas dibujando rutas diferentes, era lógico que ella reaccionara de esa forma, nunca había hablado con nadie sobre lo que sentía o pensaba, jamás había sido sincera ni se había permitido sentir la tristeza que la embargaba. Desde que era muy pequeña tomó la decisión de crear una imagen fuerte, ya que alguna vez su padre le había mencionado que llorar era para personas débiles y en su familia no las había, pero para su desgracia su hija era bastante sensible y los problemas en la escuela iban de mal en peor. Le lastimaba que sus compañeros no la aceptarán en el grupo por ser la típica sabelotodo, que participaba porque conocía de los temas vistos en clase únicamente porque ya había leído de eso en casa. Su refugio eran los libros en tiempos difíciles y no era su intención sobresalir, intento explicarlo pero nadie la escuchó.

Jamás dijo nada de lo que sucedió, tenía que ser fuerte para sus padres, para sus compañeros y para ella, simular que su vida marchaba normal y que tenía muchos amigos, mostrar que no lloraba, porque no era débil.

—Tal vez, alguna ocasión escuchaste que mi padre me dijo que la gente no siempre vive de lo que quiere ni hace lo que más le gusta, que están obligados a hacer lo que les queda porque no hay más oportunidad— asintió intentando recobrar la calma —¡Yo quiero ser la excepción a la regla!, por eso vuelo tan lejos, por eso no lo pensé dos veces para decir adiós o por mis padres, es algo que tengo que hacer Nicolas— volvió a secar sus lágrimas —Tengo un boleto para viajar y no me importa—.

—¡Miren, encontré un vivo y un muerto!—escucharon una voz detrás de ellos dos interrumpiendo la charla.

—¿Aquí en el techo?— dijo otra voz a lo lejos.

—¿Que nadie les dijo nada?... Eso ya es burlar a las autoridades mortales de la estación en nivel legendario— dijo otro más entre risas —Pensé que jamás vería eso ni estando muerto, tengo que comprobarlo con mis propios ojos—.

—Esperen, podrían ser peligrosos—inquirió un último joven.

—Vamos, ¿qué más nos pueden hacer? ¡Estamos muertos Galen!— dijeron dos al unísono.

—¿Que diablos?— Protestó Destiny, levantándose bruscamente sin entender lo que pasaba, de pronto un sujeto estaba delante de ellos y otros tres se acercaban por el frente corriendo a toda velocidad —¿Amigos tuyos?—.

—Son fantasmas si, pero jamás los he visto por estos parajes, tampoco en El Velo me he topado con alguno. No parecen de los que roban mortales— inquirió Nicolas, su postura cambió por una más desafiante.

—¿Y hasta ahora me dices que hay sujetos que se roban mortales?— Destiny se cruzó de brazos. Por dentro su corazón estaba latiendo desbocado, ¿a que se refería con que no parecían sujetos que robaran mortales?.

—Solo lo preguntaré una vez— se alzó la misma voz que dio aviso a los otros de su presencia —¿Que hacen ustedes dos en nuestro tren? ¿Que buscan aquí?—.

La violinista:  Una historia del Fantasma de la Ópera.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora