-¡Oye! ¡Luchamos demasiado para llegar hasta aquí y un infeliz músico no me va a quitar a mi elegida!- Nicolas trató de abalanzarse contra Galen, pero Ralph y Julius lo sujetaron por detrás para impedir cualquier acercamiento.
-¡Créeme Destiny yo no estoy de parte de mi compañero, pero este cretino debe tener un merecido de una buena vez!- La joven solo se limitaba a ver de un lado a otro, con espanto no sabía con que preocuparse más, si con los policías allá abajo buscándola, Galen a punto de entregarla o Nicolas a punto de pelearse contra Julius. Tenía ganas de gritar, de llorar... de arrojarse por el tren, tal vez si lo hacia los chicos paraban de inmediato, era difícil adivinarlo, resultaba ser su primera vez rodeada de hombres, además le faltaba carácter y valor, no podía arrojarse sabiendo que se acobardaría, tenía que hacer algo y más valía que fuera rápido. Dejó que su imaginación, inactiva por mucho tiempo le dictase una solución rápida, la lógica típica de los Massenet la dejaría para otro momento.
Tomó el brazo de Galen con la mano que quedaba en libertad -Tienes razón- dijo ella dócilmente, limpió sus lágrimas y volvió a tomarlo -Tengo que hacer lo correcto- asintió, tomando un respiro. Los cinco fantasmas quedaron desconcertados, Nicolas paró de forcejear y los otros cuatro miraban atónitos, hasta que Destiny aprovechó el momento de desconcierto para empujar a Galen y escapar de su agarre.
Torpemente y sin mirar atrás corrió por el techo lo más rápido que podía, caía y se volvía a levantar aún sabiendo que no llegaría muy lejos, solo alcanzaría la cabina del conductor, pero no importaba por el momento solo quería alejarse antes de que la entregaran, alguna solución igual o peor se vendría hacia ella mientras corría.
Su corazón latía tan rápido y comenzaba a fatigarse, no hacia nada de ejercicio y por tanto su esfuerzo era sobrehumano para el organismo, sus piernas temblaron antes de ponerse duras e impedirle el paso -¡No, maldita sea no!- exclamó, desbordándose en llanto producto de su frustración, su miedo y su culpa, ella sabía perfectamente que no pudo hacerle daño al fantasma porque ya estaba muerto, pero nunca se había comportado así,jamás se había atrevido a empujar a alguien, vamos, ni siquiera levantado su mano contra otro, desde muy pequeña anularon ese comportamiento propio de su naturaleza.
-Tranquila Destiny, por favor...- Galen apareció delante suyo, con semblante preocupado y un cuanto apenado -No temas, no voy a entregarte, de verdad, lo que intenté decir es que, siempre he sido una persona que hace lo correcto Destiny y más ahora que estoy condenado entre un mundo y otro, pero por esta ocasión estoy dispuesto a romper las reglas, porque para llegar hasta donde estuve alguna vez, tuve que hacer algo parecido a lo que tu haces- él asintió, sus ojos redondos enmarcados por sus cejas tupidas y su flequillo pesado iban de Destiny a sus espaldas -Escucha debí de darme a entender mejor pero... ah...- su mano delgada se dirigió a la chica -Tienes que confiar en mí, creo que hicimos escándalo de más-.
-¿Que quieres decir con eso?- preguntó Destiny sobresaltada y entre jadeos debido al esfuerzo por correr, por un momento no entendió lo que Galen intentaba advertirle por prestar atención a otro pensamiento peor...Que tonta había sido al correr, un fantasma podía alcanzarla fácilmente si le apetecía, lógicamente ellos podían desaparecer y llegar a donde sea en cuestión de segundos.
-Esos hombres saben que estas aquí arriba, van a subir- Galen interrumpió su pensamiento y de nuevo su sentido de alerta y miedo aparecieron, paralizando su cuerpo por completo, no sabía que hacer, no había escapatoria.
-¡Ya vienen!- Julius gritó a lo lejos acompañado de Ralph, que estaba más asustado que la misma chica, Nicolas apareció detrás de ellos, su rostro estaba tenso y preocupado. Su melena se había alborotado y sus ojos negros estaban más opacos que de costumbre.
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La violinista: Una historia del Fantasma de la Ópera.
Mystère / ThrillerDestiny, es una joven inglesa que desea con toda su alma ser una violinista tan grande como Paganini, -su ídolo y ejemplo a seguir- lo fue en su tiempo, sin embargo al no contar con el apoyo de sus padres para pagar a un maestro de música adecuado...