El anuncio.

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Era un Londres envuelto en la quietud de la noche que había arribado hace ya bastantes horas a esa parte del planeta obligando a muchos a detener su ocupada vida, bastaba con despertar los instintos que llevara a la cama a más de uno y cerrar los ojos, pues siempre era la solución más productiva para recuperar las energías.

Pocas veces alguien logra escapar de aquellas sensaciones exquisitas que se hayan en al momento de dormir, sin embargo los dioses de la noche y del sueño, tenían cada madrugada el mismo problema, un violín y una joven, insistentes en romper con la monotonía y el silencio en aquella fría ciudad, cuna de tantos artistas que algún día aquella rebelde quería igualar. Para ella, los sueños no estaban al cerrar los ojos sino al tenerlos abiertos, al tener los sentidos en su máxima potencia, al imaginar que algún día sería tan grande como su Dios musical: Paganini.

Sabía que el camino era difícil, en una época donde casi en todos lados se había perdido el gusto por la música de corte clásico, el que alguien intentara incursionar con un violín y alejada del estruendoso ruido del Rock y otros géneros podía ser un suicidio, se debía tener grandes producciones en el escenario como otros valientes de los que ella conocía y amaba su música o por otro lado hacer toda una mezcolanza con lo popular, idea que no le disgustaba, pero tampoco le convencía mucho aunque amará el metal y otra géneros similares, además tenía que enfrentar el desacuerdo de sus padres, ellos querían otra profesión para su pequeña hija (Ya se sabe, la típica dramática historia del joven que quiere ser artista y la oposición eterna de los padres), a veces de tan solo recordar aquella triste y penosa situación las cuerdas eran tocadas con el arco a tal fuerza que se rompían una a una, pero la desesperación era a un mayor cuando se daba cuenta que por más esfuerzos hechos no lograba sacar una nota del ultimo fragmento de la voz de aquel instrumento como el violinista del diablo, según se cuenta, podía hacerlo sin ningún tipo de dificultad. Aún así estaba decida a no darse por vencida, Destiny era determinada y cuando algo se proponía pensaba al menos cuatro diferentes alternativas, para que el objetivo no terminara por perderse, según sabía esa era una característica de familia, lo mismo que sus cabellos largos y  color castaño claro, ojos marrones, piel blanca y complexión esbelta, el vivo retrato de la hermana mayor que tuvo alguna vez, pero que por causas misteriosas desapareció sin encontrar nunca un rastro de su paradero.

Pasadas las tres de la madrugada el violín paro su desenfrenado sonido y su dueña cansada y atormentada por saber que estrategia utilizar para continuar en la música se dispuso a ponerse cómoda y preparar finalmente su lecho, lo que no sabía es que no conciliaría el sueño, estaba ya en la mayoría de edad en la cual debía decidir su futuro, debía tener claro el como enfrentaría a sus padres, como se informaría de las escuelas de música y lo más importante, cual sería el método con el que lograría ingresar si solo tocaba por instinto, como ella escuchaba las piezas en su iPod, en su celular, ¿Como lograría ingresar?, era claro necesitaba un maestro que le mostrará lo básico o bien invocar al mismísimo Paganini para que le contase de sus secretos, si no entraba por conocimientos al menos tenía que sobresalir por su talento, con eso en mente se quedó dormida.

Al día siguiente mientras iba por la calle pensando en lo mismo, se topó con un anunció en un poste cerca suyo, en letras grandes y rojas se leía la palabra "convocatoria", sin saber porque Destiny se acercó, sorprendida con inmediatez ante el contenido del anuncio, se buscaban aspirantes a ser músicos en diversos instrumentos, el violín estaba incluido por supuesto, además no era cualquier escuela la que hacia el llamado, se trataba de Hathor Academy, una de las más importantes en Londres y Europa, además aquella academia contaba con facilidades para beca y con el escaso apoyo que obtenía de su familia, parecía ser la única opción a futuro para mantener sus estudios, arrancó el anunció y se lo llevó a casa, decidida a hablar con sus padres de una vez por todas.

La violinista:  Una historia del Fantasma de la Ópera.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora