Siete.

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– Fue un sueño, es todo – repetía en su mente cada vez que veía sus manos y recordaba cómo éstas habían estado cubiertas de lodo al despertar –

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– Fue un sueño, es todo – repetía en su mente cada vez que veía sus manos y recordaba cómo éstas habían estado cubiertas de lodo al despertar –. ¿Fue un sueño? – se cuestionó, teniendo muy en cuenta que aún no había dormido nada desde que soñó aquello –. ¿Acaso estoy despierto?

Llevaba mirándose al espejo por más de cuatro horas, y aún así, Derek seguía creyendo que se hallaba envuelto en un sueño, o pesadilla...
¿Pero qué le estaba pasando? Nunca pasó por sueños tan traumáticos en toda su vida, y ahora que se hospedaba en la casa de los Stilinski, toda esa tranquilidad había dado un giro total.

Pero...¿Por qué?

Derek soltó un suspiro, alejándose por fin del espejo para encontrarse con la fría realidad de la habitación. Tomó sus prendas limpias, y cambió su pijama por un conjunto de ropa casual; pues su vestimenta era lo de menos. Se miró de nuevo al espejo, y le dio una breve cepillada a su cabello mientras que su atención seguía clavada en aquellos ojos verdes inquietos. Y por más extraño que pareciera, Derek no tomó sus libros y apuntes como era de costumbre, al contrario, salió con las manos vacías de su habitación.

El pasillo yacía solitario, y el único sonido que podía percibirse a lo lejos, era el típico chirrido que creaba el aceite cuando éste se ponía ante el fuego.

– Te amaneció tarde – bramó Olivia, escuchando claramente cuando Derek entraba a la cocina. Luego de notar que los segundos pasaban y que nadie le contestaba, la mujer decidió quitar su atención del sartén –. ¿Derek?

El nombrado asintió, parpadeando un par de veces antes de mirar a Olivia, quien fruncía el ceño ligeramente.

– Necesito ir a la ciudad – dijo Derek, ignorando por completo la frase anterior de la mujer –. ¿Cómo llego ahí? ¿Necesito a un chófer? – insistió.

– Sí, puedes llamar al chófer o...puedes tomar el auto de John – Olivia cruzó los brazos –. ¿Ha ocurrido algo? Pareces desesperado, ¿Estás bien?

– No...– susurró el profesor, dejándose caer sobre la silla –. Nada de esto está bien...y usted lo sabe, sabe que esto es una mierda, una mierda de la cual nadie me quiere hablar.

– ¿Qué? – Olivia carraspeó –. ¿Por qué piensas eso?

– ¿Por qué pienso eso? – ironizó él, soltando una risa llena de nervios –. ¿No es obvio? Primero llego aquí, y me ocultan todo lo que tenga que ver con la vida de mi alumno...luego, mi jefe desaparece por días y regresa herido, e inmediatamente después yo sueño con que Stiles me asesina, y despierto con las manos llenas de lodo – su voz comenzó a debilitarse con cada palabra dicha –. ¡Esto es una completa locura, no sé qué está pasando conmigo! ¡Necesito respuestas!

La habitación quedó en completo silencio cuando sus palabras acabaron. Derek jadeaba por culpa de sus emociones, y Olivia sólo trataba de mantenerse tranquila.

¡Silencio!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora