*Espero que esta novela os guste.*
Le mire con cara de odio, pero en el fondo le agradecí que se disculpado.
— Me llamo Tom, ¿y tú?—
me levanté yo sola gruñendo todo lo que estaba pensando, sin querer responderle. El también se levantó y me fije en él, no me había dado cuenta de que me estaba mirando y me sobresalte un poco, el hecho una pequeña sonrisa a la que yo respondí una mueca asqueada. Una de las populares descerebradas se nos acercó, cogió el brazo de Tom y dijo:
— Querido, ¿qué haces con esta?, ¿te está molestando?—
El se quedo un par de segundos mirándome con la misma sonrisa de antes.
— No para nada— al decir eso me miro a los ojos, algo que me incomodo, esos ojos verdes me miraban fijamente e intimidaba un poco. Por eso deje de mirarle cogí mis libros del suelo y me fui de ahí con una marcha un tanto rápida, pero sin correr. En ese momento encontré a mis amigos a un par de metros enfrente de mí, y decidí anda un poco más despacio. Me di cuenta de que todos los que estaban en aquel pasillo incluidos mis amigos me miraban. Sospeche que no me miraban a mi, si no lo que tenía a mis espaldas, me gire y así era, era Tom estaba detrás de mí, tenía la respiración un tanto agitada, ¿vendría a por mí?
— ¡Ey tu!—
— ¿Yo?—le respondí
— Si tu, no me has dicho tu nombre—
Me dijo acercándose cada vez más mí. Yo notaba que todos nos estaban mirando y eso me ponía muy nerviosa, odio sentirme observada.
— ¿Ta... tan importante es?—le dije mientras miraba a mi alrededor.
—Sí, no todos los días me choco con una chica tan guapa. —
Esas palabras me hicieron dirigir mi mirada a él, otra vez sonrió un poco.
—Pues me alegro por ti, pero no, no te voy a decir mi nombre— le dije un poco borde.
Me gire para irme y así terminar la conversación. Pero el me agarro del brazo y tiro para que me acercara a él. Me volví a encontrar con esos preciosos ojos, pero no por mucho tiempo, aparte mi mirada y la dirigí al suelo.
— ¿Sabes que antes o después lo sabré verdad ?—me dijo mientras que tiraba un poco más para que estuviéramos bien cerca. Detrás de él vi como la rubia de antes nos miraba, la verdad es que una parte de mi "la mala" le besaría a Tom para ver la cara de tonta que se le quedaría a aquella bruja. Pero la otra parte de mi "la lógica" no lo iba a hacer. Hice caso a "la lógica" me aparté de él y puse una mano él su pecho para que no se acercara.
—Sí, soy consciente de ello, pero yo seguiré sin decirte mi nombre por el simple hecho de que eres un popular imbécil, descerebrado y un tanto baboso y no te hace falta saber mi nombre. — le dije dejando todo claro y me fui definitivamente de ahí, dejándolo con la boca abierta.
Supongo que no se esperaba que una señorita de un metro sesenta y siete (casi setenta) le dijera a un guapísimo chico de uno noventa todo eso y a la cara.
Llegue donde mis amigos y todos nos sentamos en una mesa que teníamos justo al lado. Todos me miraban en silencio, hasta que Joseph rompió el silencio aplaudiendo.
—Chica, que huevos tiene, ¡Dios mío!— le mire y eche una pequeña risa, mis amigos me miraron sorprendidos, pero al final acabaron riéndose a carcajadas. Algunos se levantaron e imitado lo que había ocurrido, con un todo de como de comedia que nos hacía muchísima gracia a todos los demás, acabamos llorando de la risa como siempre.
Me quedé un poco pensativa, y les pregunta a mis amigos quien era ese chico al que había insultado con tanta elegancia. Marie me lo contó:
—Tom Mccarthy, es nuevo y claro como está bueno pues es un popular...- los chicos se quejaron y las chicas nos reímos, acariciando sus espaldas como para consolarlos.-...en fin como te decia, su padre tiene dinero, es dueño de una gran compañía y como trabaja aquí Tom se ha mudado con el.
Dicen que es un tanto playboy, pero solo las vuelve locas, no se suele acostar con ellas, ni sale con ellas...
*Microondas* pense.
Yo escuche cada palabra que me decia ya que era posible que después me sirviera.
Seguimos hablando un poco más hasta que llegó la hora de tener que entrar a las clases. Yo fui la última en entrar en la clase de Economia, toda la sala estaba llena no encontraba ninguna silla, hasta que mire atrás. Tom estaba sentado y justo a su lado vi un asiento vacío, junto a la ventana. Note el calor en mis mejillas pero enseguida me arme de valor y me senté en aquel sitio.
Sabía que él me estaba mirando, pero no quise hacerle caso, cogí mis apuntes y un bolígrafo de mi mochila. Intente escuchar lo que decía el profesor, pero él empezó a hablar. *Ni le escuches*pense, le ignore y volví a intentar escuchar la clase, el no me dejaba en paz, literalmente hablaba solo ya que yo no pensaba responderle y entrar en su juego.
...
Hasta que me arte.— ¿Te callaras algún día?—
— Por fin me hablas, por un momento pensé que te habías quedado muda y no podría volver a escuchar la persona más directa y sincera que conozco...— dijo.
—No me conoces— le respondí muerta de la vergüenza, agachando un poco la cabeza para que no viera lo roja que estaba, pero como siemore sobando firme y segura.
—Tienes razón, ahí me has pillado...—dijo apartando su mirada de mi y acomodándose en su silla.—Pero mira listilla, se te ha escapado una cosa... —
— ¡¿Listilla?!—grite un poco, así llamando la atención de los que teníamos alrededor, y me mandaron callar.
—Si—dijo riéndose— Se te ha pasado que yo voy a estar insistiendo hasta conocerte, hasta conocer todos tus apellido o...hasta la marca de tu ropa interior...— me dijo con una sonrisa un tanto divertida, ¡no!, más que divertida era pervertida. Le miré con mi peor cara, quise matarlo con la mirada pero viendo que no soy SuperWoman, volví a dirigir mi atención a lo que escribían en la pizarra. El seguía hablando solo pero esta vez no me digne a hacerle caso.
Terminamos las clases y sin ni siquiera meter mi libro en mi mochila salí rápidamente por la puerta, casi corriendo. Sabía que él empezaría una conversación conmigo y era lo último que quería. Podemos decir que huía de él.
Yo...no ... Joder, yo no era de esas pero era él, él, que me ponia tan isterica.