19°

40 4 0
                                    

-Tom-

— ¿Llegamos?— pregunto con un tono un tanto asustado, no es que me da miedo, lo que ocurre es que nos invitó una amiga de los muchachos y... Me ocultan todo lo que tiene que ver con ella, no me dicen su nombre, edad, de que la conocen... nada de nada.

—SIP, aquí es — responden al unisonó. Están inquietos, dudosos, no sé lo que traman y no me gusta ni un pelo.

Nos acercamos a la entrada y unas puertas corredizas se abren automáticamente delante de nosotros, Víctor y Sebastián se ponen en una posición como "kung fu panda " y pienso que estos chicos jamás cambiaran. Nos acercamos al mostrador y sin decir ni una sola palabra, la recepcionista nos manda a donde tenemos que ir El pasillo derecho todo recto y os encontraréis con una gran puerta verde fluorescente dice con una voz de pito bastante irritante y despreocupada que quiero dejar de escuchar. Seguimos sus pasos y empujo aquella enorme puerta que daña mis ojos por su brillo. Entramos y es un lugar gigante, con columnas enormes desde el suelo hasta el techo y otras cuantos escondites. Enfrente de nosotras hay tres mujeres bastante atractivas envueltas en un traje sexy como de látex, a su derecha hay un hombre demasiado grande y musculoso para mi gusto, parece el de seguridad de cualquier discoteca.

Es cuando escuchó el ruido de un arma al cual le han quitando el seguro, alguien se acerca con pasos firmes y delicados, sospecho que es una mujer, sospecho que es la misteriosa amiga de los muchachos ya que tragan duro al escuchar cómo se acerca.

La espero bonita con unas buenas curvas, por el simple hecho de que últimamente los chicos se juntan con mujeres así, del montón.

Por fin la veo y rompe todas mi expectativas, es... es simplemente despampanante, me está volviendo loco con solo verla un par de segundos, y eso no me gusta, solo le permito a una persona que me haga sentirme así.

Revuelvo mi cabeza para no pensar en... En ella.

—Listos para morder el polvo — dice retadora con una voz realmente dulce, mientras nos lanza nuestros trajes de combate.

— ¿Presentaciones?—Pide Scott ante su impaciente amiga.

—Ups, tienes razón, Sandra, Reggina, Megan y Henry mi guarda espaldas chicas ellos son Sebastián, Víctor...—

— ¿Y tú, quien eres?— la interrumpo impacientemente por saber cómo se llama la preciosidad que tengo enfrente.

—Por dios, esto va a salir mal, muy mal — susurra Scott no muy bajo.

—Pues yo soy...— comienza acercándose a mí con toda seguridad.

—Que no lo diga, que no lo diga, que no lo diga...— repiten los chicos apretando los ojos con fuerza y rogándole a dios que no ocurra... Eso que no quiere que ocurra.

—...soy tu mayor pesadilla — dice muy arrogante. Esta tan cerca de mí que su aliento golpea mi cara, es notablemente más baja que yo pero esta de puntillas para poder encararme.

La miro y es aun más hermosa de cerca. Tiene una piel blanca pero no demasiado, sus ojos son marrones pero de cerca noto como tienen un tono caramelo y brillan como locos, sus pestañas son muy lardas y están ligeramente maquilladas. Su pelo es castaño natural y ondulado, pero en las puntas su cabello toma una forma rizada.

Sus labios un tanto gruesos estos estirados por la sonrisa arrogante que tiene dibujada en ellas.

—Pagaras por pronunciar esas palabras, arrogante — le digo de la misma manera que ella.

—Jajaja, ya veremos —

Pienso: ¡Me pone!

•••

-Katy-

Amo este juego, siento la adrenalina en mí al escuchar cada disparo en mi dirección, las cuales puedo esquivar con facilidad ya que se jugar.

Llevamos dos horas jugando y estamos apuntó de terminar ya que solo quedamos tres jugadores.

*Bang-bang*

Vale, lo que escuchó me demuestra que Henry está eliminado. Quedamos Tomas y yo.

Me asomo a la esquina de mi escondite para poder verle, y esta a unos metros de mí. No pierde el tiempo y dispara, pero logro esquivar las balas volviendo a mi seguro escondite.

Escucho como corre hacia mí, eso me hace respirar con fuerza, armarme de valor y dando un simple paso encararlo. Disparo cuando lo veo y milésimas de segundos después de pintarlo noto como algo me da en el pecho, ¡PINTURA, LA CONCHA DE SU MADRE, ME HA ALCANZADO! exclamó mentalmente.

— Gane — dice con un tono un tanto estúpido. No me gusta que me hable así, así hablo yo y solamente yo.

— ¡No, yo te he disparado antes!— digo con un tono notablemente molesto.

—No— insiste frunciendo ligeramente el ceño.

Al parecer es tan competitivo como yo.

Lo agarro de la muñeca y le llevó arrastras hasta la cabina de seguridad, donde graban todo lo que ocurre en esa habitación. Aparto al hombre que está en el ordenador y tecleo en él para poder ver las últimas grabaciones.

+Replay+

Es cuando se ve claramente que las balas le alcanzaron ante a él.

~Todo sin soltar la mano de Tomas. ~

—Ves, ♪ganeee ganeee ♪— digo canturreando y al mismo tiempo soltando su mano para hacer un bailecillo de la victoria.

Es cuando me doy cuenta de que los demás participantes están ahí mirando cómo me contoneo me paró en seco y recuerdo que aun no tengo la banderilla del equipo contrario. Salgo de cabina y poco después vuelvo con la banderita. Todos los de mi equipo bailamos ridículamente riéndonos de los adversarios.

— ¿Os ha gustado?, si es que yo cumplo con mis promesas, dije que perderías y así ha sido — Mi tono de voz sigue siendo seguro y arrogante, para que les moles un poco más la derrota.

—Revancha, exijo una revancha — dice Sebastián, tiene el ceño fruncido, nunca le gusto perder, es un muy mal perdedor.

—No, déjalas, ellas ganaran a este juego, pero hay otro en el que no podremos perder — dice con su voz ronca y provocativa Tomas.

Me acerco unos pasos a él y pongo mis manos en mis caderas mientras que alzo mi barbilla.

—Sorpréndeme — digo retadora.

El me agarra de la parte baja de mi espalda sin llegar a mi culo y me atrae a él sin ninguna dificultad, tiene fuerza. Mi cara definitivamente muestra sorpresa aunque yo no quiera mostrar nada más que frialdad y chulería.

—Juguemos a robar corazones — noto como mi corazón se ha paralizado al oír esas palabras en un hermoso susurro, noto como un escalofrío corre por todo mi cuerpo y intento mantener mi auto control lo cual me está costando.


Amor A MomentosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora