Viernes, «día caluroso iba con pantalones shorts y una camiseta de tirantes ».
Quede con Tom para el asqueroso proyecto, habíamos quedado en la biblioteca de la universidad a las cuatro y ya eran y media. Mis amigos y yo habíamos planeado una cena para esa noche y no estaba dispuesta a esperar ni un solo minuto más a ese imbécil. Cogí mi móvil y me levante mientras que hablaba con mis amigos por este.
—Listilla— escuche, no me hacía falta mirar, sabía que era el.
—Llegas MUY tarde—le dije mientras nos sentábamos en una mesa.
—Hola a ti también, si estoy muy bien gracias ¿y tú?—
Le mire levantando una ceja, algo muy típico en mí.
—Bien, vamos a empezar esto, que he quedado y aun me tengo que arreglar. —
—Uyy la listilla tiene una cita— que pesado era con lo de listilla ¡dios!
— ¿Celoso?— le pregunte aunque no fuera una cita.
— ¿Debería?— preguntó.
—No, ya que tú y yo no tenemos nada—
—Aun...— dijo sonriente.
— ¡¿Pero tú quien te crees?! Que te quede claro que yo no soy como esas zorras que te besan el culo. ¡Tú y yo no vas a ser ni amigos! — deje claro alzado un poco la voz ya que el tema empezaba a aburrirme.
—Shhh— dijo la bibliotecaria. Le pedí perdón haciendo pequeño gesto con la mano. Ella asintió aceptando mis disculpas.
— Sabes eres imposible, yo haré el proyecto sola. Adiós— dije y me levante.
El me cogió del brazo y tiró para que me acercara. Tenía mucha más fuerza que yo podía moverme de un lado a otro sin hacer ningún esfuerzo. Tiro un poco más y así me sentó en su regazo. Con su otra mano me acarició la mejilla y giró un poco mi cara para que le mirara.
—Eyy, no te enfades. ¿Tanto te molesta que yo tenga una pequeña esperanza de que algún día estemos juntos?— me dijo mirándome directamente a los ojos, sus palabras rozaban mi piel formando acaricias inigualable.
No sabía que responder, ¿me molestaba? si, no, puede... Suspire profundamente.
—Es que no lo entiendo, ¿porque a mí?, ¿porque me haces tanto caso a mi?, ¿o es que eres así con todas?—
—No, solo soy así contigo...no sé porque, sé que soy un poco pesado pero eres como un maldito imán del que no puedo deshacerme y tampoco quiero...— dijo mirándome a los labios, y de nuevo a los ojos. Lo dijo con tanta ternura que me dejó un poco tonta. Me apretó un poco más hacia él y... esa era mi perdición.
"KATE JOHNSON ¿ESTÁS TONTA?" pensé. Agite mi cabeza y me levante de su regazo de un salto.
—Lo siento, pero yo no soy así, no es tan fácil. Por tanto me voy a volver a despedir de ti con un simple "adiós" y voy a irme para arreglarme y salir con mis amigos. Adiós. — dije y salí de la biblioteca. El salió corriendo detrás de mí, me giré a ver que era lo que quería.
—Está bien, pero ya que hoy no puedes ¿te gustaría cenar conmigo mañana?— dijo.
Yo sonreí, ¿por qué no?, si total antes o después me convencería.
—Bien— dije y me dirigí de nuevo a mi dormitorio.