10°

119 3 0
                                    

Bien, ya era por la tarde y había quedado con Tom para conocer a su hermana pequeña, lo admito estaba muy nerviosa, ¿ y si le caía mal?, ¿ y si no era lo que esperaba?... puff demasiadas dudas rondaban mi cabeza.

Decidí llamar a Scot, el siempre me ayudaba y me apoyaba, lo cual era lo único que necesitaba en ese momento.

—Diga me—

—Me— respondí.

— Katy,¿que tal?— jejeje, que me reconociera por haber dicho aquella tontería me encanto.

—Nerviosa...—

Le explique todo lo que había ocurrido entre risas ya que me hacían gracia los ruidos extraños que hacia mi amigo por la sorpresa mientras le contaba lo ocurrido.

...

— ¿Y?— pregunto el.

— ¿Como que y?—

—Después quedaréis para ya sabes... terminar lo empezado. —

— ¡Scot! — dije quejándome, aunque lo que dijo posiblemente ocurriera.

Solté una risilla nerviosa.

Llamaron a la puerta, seria Tom.

—Scot ya ha llegado, te quiero, adiós. — le colgué antes de que dijera ninguna barbaridad, sabia que lo haría.

—Buenas preciosa- me saludo Tom dándome un pequeño beso en la mejilla.- ¿ya estás?— me pregunto.

—Sí, solo tengo que arreglarme un poco, ¿podrás esperar?— la vedad es que me tenía que arreglar mucho, llevaba puesto el pijama, tenía el pelo recogido por una goma con un moño bastante revuelta y además iba descalza; el asintió y entro en el dormitorio detrás de mí. El estaba bien arreglado lo cual me comprometía a mi a estar a la misma altura. Usaba una camisa negra y un pantalón del mismo color un cinturón marrón que destacaba y americana en mano

Me metí en el baño con un par de cosas en mano y comencé una batalla contra mi imagen desastrosa, me pinte un poco los labios, me quite la goma que tenia sujetando mi cabello y lo removí un poco, pero sin pasarme. Me puse un vestido gris ceñido corto pero con manga tres cuartos y un escote sin exceso, unos zapatos de tacón negros y tras un poco de maquillaje muy natural salí del baño. Tom estaba de pie dándome la espalda.

—Vamos— le dije.

El se giro y sus ojos se quedaron como platos al verme.

— ¿Que, demasiado arreglada?— dije dudando por mi aspecto.

— ¡Noo!, estas preciosa. — dijo ¿sorprendido?

—Gracias— respondí un tanto tímida.

Cogí mi bolso y me mire por última vez en el espejo. Iba bien.

Tom me cogió de la mano y salimos de la habitación. El tiro y provocando que yo medio cayera sobre él. Me planto un gran beso en los labios, yo acaricie su mejilla y me aparte, ¿es que acaso todos nuestros besos serian así?...bueno si era asi tampoco era para quejarse.

Él me sonrió y por fin nos fuimos.

— ¿En moto?—le pregunte con ganas de volver a montar en su Harley Davidson.

—No, hoy iremos en coche— dijo. Yo puse pucheritos ¡yo quería ir en la moto!, pero bueno, llegamos hasta su coche un "Mustang" negro, era bonito, deportivo, me gustaba, parecía caro.

Llegamos al restaurante de su tío, yo estaba muy nerviosa no sabía qué hacer... Tom me abrió la puerta para salir por la puerta * todo un caballero* pensé, me cogió de la mano y llegamos a recepción. En ese momento oí como alguien corría hacia nosotros, algo o alguien se lanzo a mí y me abrazo con fuerza, yo me gire como pude. Y vi a una niña adorable de unos siete años.

—Hola novia de Tom— dijo con una sonrisa. Yo me reí con timidez y mire a Tom.

—Oye pequeña hablamos de esto antes ¿verdad?—

—Siiiii, que pesadito, ¿a ti también te trata como si fueras una niña pequeña?— me pregunto ella.

— ¡Alis eres una niña!— dijo su hermano regañandola, yo me reí con fuerza.

— ¡Nooo, ya tengo siete años!- levantado siete dedos de sus manos - ¡ SOY TODA UNA MUJER!— dijo molesta esta vez.

— ¿Ah sí?— le dijo Tom mientras que la cogía y se la llevaba como un saco de patatas. La pequeña reía y pataleaba a la vez, yo los miraba con ternura. Llegamos a una mesa donde había un grupo de adultos.

—Alis, ¿es así como saludas a los invitados?— dijo una mujer.

—Mamaaa, ha sido Tom dice que soy una niña, pero no lo soy, ¿a que no?, ¡dile que soy una mujer!— le ordeno.

—Tom...— rogo la señora de aspecto amable y recatado.

—Disculpa mama. — dijo dejando a la pequeña en el suelo y seguido dándole un beso en la frente a su madre. Yo me quede atrás mirándolos a todos, pasando desapercibida. Tom me miro y se percato de mi presencia.

—Perdón- dijo acercándose a mí y sujetándome por la cintura- Ella es Katy...—

—Querido ya sabemos quién es, no hablas de otra cosa...— dijo una mujer de edad madura.* supuse que sería la abuela*

—No sabía que venía toda tu familia...— le susurré a Tom nerviosa, el sonrió.

—Tranquila— me dijo.

—Bueno, pero ella no os conoce. — dijo él.

Todos se levantaron como si fuera alguien importante de verdad. Y fueron diciendo su nombre y que eran de Tom.* La madre: Virginia, El padre: Derek, El tío: Paul "al cual conocía más o menos por culpa de Tom...", La abuela: Katherine, El abuelo: Robert y la hermana pequeña: Alis.* Repetí en mi cabeza.

Todos nos sentamos y miramos la carta para pedir algo, todos hablaban de nombres muy extraños en francés *yo no tengo ni idea de francés, si me dijeran que era chino igual hasta me lo creía*. Yo miraba la carta buscando algo que pudieran entender, los mire a todos.

— ¿Y tu Katy que vas a pedir?— me pregunto Derek.

— No lo sé, la verdad es que yo soy una chica de hamburguesas, patatas y de vez en cuando alguna ensalada. Digamos que soy una chica "Mc Donals"...lo siento— dije un poco avergonzada.

—Tom esta chica me gusta, no como las otras estiradas esas que nos presentaste. No, esta chica es la mejor sin duda, no le da ningún trabajo al chef— dijo Paul. Todos nos reímos, la verdad es que a mí me rugían las tripas sabiendo que iba a venir aquí no había comido nada.

— Bien tío, pues dos hamburguesas, para ella y para mi. — dijo Tom sonriente.

— Yo también quiero— dijo Alis.

— ¿Venir a ayudarme en la cocina chicos?

—Claro— dije sin pensarlo y me levante. Tom y Alis hicieron lo mismo y nos dirigimos a la cocina junto a Paul.

Era la cocina más grande que había visto en mi vida. Increíble. Estaba vacía supongo que les abrían dado el día libre ya que el restaurante estaba acerrado.

—Bien Katy y Tom, vosotros haréis el postre y Alis y yo aremos las hamburguesas — dijo Paul, todos asentimos desacuerdos con la propuesta.

Tenía ganas de tomar el pelo a Tom, me quería reír de el y con el chocolate que usamos para los postres funcionaria...

Manche mi dedo índice con un poco de chocolate y sabiendo que Tom era el único que me miraba, chupe con todo el cuidado y la sensualidad que pude. Le mire y se mordía el labio inferior con fuerza por la rabia, me moría de risa por dentro imaginároslo totalmente rojo pegando golpes en la mesa sin saber qué hacer, conteniendo las gana de hacerme el amor ahí mismo. Solté una risilla picarona. El juego acababa de empezar.

Guuue gente darle a la estrellita pliiis!!! ♥♥♥


Amor A MomentosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora