128 5 0
                                        

Salimos por las puertas de la universidad, hasta llegar al aparcamiento. Mire a todos los coches imaginando cuál podría ser el de Tom, pare a verlos todos. El seguía andando, antes de perderlo de vista acelere mi paso para alcanzarlo.

- ¿Cuál es tu coche?-le pregunté.

- ¿Coche? ¿Creías que iríamos en coche?-

-Oh, no. Dime que no iremos en triciclo- dije graciosa.

-Ja, ja y ja. Eres muy, pero que muy graciosa. Prepárate listilla porque iremos en esa belleza. - dijo señalando con la cabeza una Harley Davidson espectacular, adoro las motos y esta era perfecta: Crema, granate y negra. Se veía el motor por completo y me moría por montar en aquel vehículo.

- ¿Te da miedo?- me pregunto con una sonrisa de lado.

Yo normalmente habría reaccionado e insultado aquella cara estúpida que puso, pero me controle.

- ¿Estás loco?, ¿cómo me va a dar miedo algo tan bonito?, ¡no puedo creer que tengas una moto y además una Harley Davidson! - dije encantada.

- Pues sube -me dijo y me dio un pequeño palmada en el culo. *¿PERO A ESTE NIÑATO QUE LE PASA POR LA CABEZA? ¿ESTA LOCO?* pensé. Me di la vuelta para verlo de frente, puse mis manos en sus hombros y con fuerza le di un rodillazo en sus partes bajas. Oh si, se lo merecía.

-Diooos, ¡¿estás loca?!- me pregunto dolorido, su postura era igual a la de un viejecillo agachado, formando 90 grados con su cuerpo. Yo como si no hubiera pasado nada me subí a la moto.

-Antes me has preguntado a ver si era capaz de matarte, ahora ves que sí. Esto ha sido una simple advertencia, te dije que no era como las demás, a mí ni me toques sin permiso. - le aconseje muy segura de mi misma.

-Bien, veo que eres una chica dura - dijo mientras se recuperaba de aquel rodillazo más rápido de lo que pensaba. - ¿sabes? estas muy sexy en mi moto. - dijo con una pequeña sonrisa.

Yo no quise hacerle mucho caso y mire al frente, esperando que él se sentase detrás de mí.

- ¿No pensarás ir delante, verdad? -

- Claro que sí- le respondí.

El me miro un par de segundos, con una expresión dudosa pero enseguida la cambio por otra cara mostrando acuerdo con mi decisión, se sentó detrás de mí, puso las llaves y poso sus manos encima de los míos para arrancar. Sentía como aquel motor rugía con fuerza, estaba nerviosa y eufórica a la vez.

Salimos del campus y todo parecía diferente. Si, ese camino lo había hecho muchas veces para volver a mi ciudad, pero en aquella moto todo era más fluido, bonito, suave... me sentía en el paraíso.

Gire mi cabeza un poco para poder ver a Tom que estaba concentrado en la carretera, estaba muy guapo, esa noche tenía puesta una camisa, una cazadora negra y unos pantalones lisos que le sentaban como un guante. Me fije en su pelo y se movía hacia atrás por la velocidad en la que íbamos. Quería plantarle un beso en la mejilla, pero no lo hice no quería provocar un accidente. Jas. Al cabo de unos minutos, llegamos al puerto y el empezó a disminuir la velocidad.

-Jo ¿ya?- le pregunte con un tono de niña pequeña.

El se río, y empezó a buscar un buen lugar donde dejar la moto. Lo aparcó y nos bajamos de aquella belleza, me coloque la falda y lo mire, me había enamorado, sí lo admito me volví profunda y claramente loca por aquel regalo de dios, ¡la moto más bonita que había visto en mi vida!

-Te lo ruego, no me separes de ella, es sublime -

-Lo siento preciosa pero tenemos que ir a cenar-

- ¿sabes? El hecho de que tengas una moto es un punto a tu favor, adoro las motos me pierdo por ellas. -

Los dos nos quedamos mirándola como bobos por unos minutos, seguido nos dimos la vuelta para ir a cenar.

-Tranquila haré que te olvides de ella durante esta noche- dijo chocando su ombro contra el mío burlándose.

-Bieeen, te has puesto un gran reto, eres todo un aventurero- le dije con un tono burlón siguiendole.

El me cogió desde detrás, por la cintura, así abrazándome ligeramente a él, mientras que yo me reía.

- Eres muy mala conmigo, pero me gusta esa forma en la que me picas y huyes de mí, te hace más interesante- me susurro al oído.

-Eso es lo que quiero- le respondí de la misma manera, mientras que abrazaba sus brazos y los apretaba mas contra mí.

Nos esperaba una buena noche.


Amor A MomentosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora