Hijas de la oscuridad

Capitulo 20: Problemas

-¿No vendrás a ver la batalla?-Preguntó Alex a Kara. Que estaba sentada en la sala comun de Gryffindor mirando hacia afuera por la ventana, era un dia maravilloso. Llevaban ya una semana entrenando. Alex le habia contado a Kara que Samantha era una poderosa bruja, de las mejores de Ilvermorny, y que los entrenamientos eran por turno, así que aun no habia visto el poder de Emma Pavlovic o el de Prieto, nadie sabía como peleaba nadie, excepto los maestros.

-No quiero-Dijo Kara sin mirar a su hermana, desde que perdió sus poderes estaba distante con todos.

-¿Lista?-Salió Maggie del dormitorio de prefecta de Alex, que era sólo para Alex pero, bueno, era de las dos. -¿No vienes Kara?-Preguntó obteniendo un movimiento de cabeza negativo por parte de Alex quien salió de Gryffindor sin mirarlas. -Kara, comprendo que hayas perdido tu "kriptonianidad" pero es suficiente, tu actitud va a acabar con Alex y Lena, ¿Acaso has visto cómo está Lena porque ni siquiera le hablas? -Preguntó Maggie.

-Tu no entiendes-Susurró Kara.

-No, no somos kriptonianos como para entender lo que te pasa, quizá yo soy algo tosca y fria contigo, pero amo a Alex y ella es tu familia, al igual que Lena, Lena perdió todo hace muy poco y la tratas asi... A mi puedes ignorarme si quieres pero no lastimes a quienes te aman-Dijo Maggie para salir tras Alex.

El campo de Quidditch sería el escenario para las batallas, estaba lleno, de espectadores de las tres escuelas. Loa de Ilvermorny, que habían perdido el primer asalto de las diademas, habia representantes de cada casa, que tambien eran 4, los de Castelobruxo a excepcion de Pantera Negra que fue enviado de vuelta a Brasil. Y por supuesto, todo Hogwarts mirando desde las gradas. Prieto era un niño prometedor para Castelobruxo, y Natasha era una joven muy astuta de Ilvermorny. Lena llegó caminando entre su nostalgia porque Kara estaba cerrada en sí misma , vio que Diana estaba sentada en una de las graderias y se acercó. La relación habia mejorado mucho, no tanto como para ser madre e hija, pero lo suficiente como para ser una buena maestra y alumna, y aun no habian conversado del tema, Diana sabia que Lena sabia, y Lena sabía tambien que Diana estaba totalmente enterada.

-¿Puedo sentarme?-Preguntó Lena a Diana y ella se rodó para hacerle espacio.

-¿Como estas?-Preguntó Diana a la jovencita su rostro fue suficiente -¿Kara aun no te habla? - Lena lo confirmó con un movimiento de cabeza -Dale un poco de tiempo-Dijo.

-Sé cuan duro puede ser perder lo que eres, pero me duele que se encierre en sí misma y no se deje ayudar de las personas que la amamos-Comenzó a decir Lena tratando de evitar las lágrimas -No entiendo porque a veces la gente no quiere enfrentar la realidad, prefieren huir y encerrarse. Alejarse de todo -Lanzó directamente al corazon de Diana.

-¿Y ahora no sólo se trata de Kara cierto?-Dijo Diana con la voz quebrada mientras Lena la miró, directamente a sus ojos, con las esmeraldas quebrantadas por las lagrimas. Nadie estaba cerca oyendolas, la gradería era zona vip para competidores y ninguno estaba demasiado cerca para romper el momento.

-¿Porque no viniste en cuanto te enteraste, mamá?-Preguntó Lena en un sollozo hecha un mar de lágrimas.

-Lena...Yo..-

-¡Hola señorita Prince!-Exclamó Maggie sentandose al lado de ambas, junto a Alex, que Lena rapidamente se secó las lágrimas.

-¿Lena, estas bien?-Pregunto Alex notando sus ojos llorosos -¿Es por Kara?- Lena asintió

-¿Me disculpan un momento?-Dijo Lena levantandose y saliendo de las graderias para entrar al castillo. Diana exhaló con tristeza, no sabía como decirle a su hijaque estaba aterrorizada de regresar en cuanto supo que estaba viva. Lena corria por los pasillos de Hogwarts desconsolada, el colegio estaba vacío, el enfrentamiento iba a empezar en breve, todos estaban emocionados por verlo, y ella sólo podia pensar en Diana y Kara, las dos mujeres mas importantes en su vida hasta ahora y en cómo la estaban haciendo sufrir, corrió por un pasillo sin mirar adelante y se tropezó con alguien, tumbabdo el cuerpo y cayendole encima.