She is the Friend

O C H O.

Maratón 2/3

Capítulo ocho: Su relación con ella.

Pov Charles.

9 años después...

16 de enero del 2009, Londres.

Aquel chico de 16 años se había convertido en un hombre. A sus 25 años estaba por heredar la empresa de su padrastro. Luego de llegar a Londres su madre conoció a un hombre. Salieron y poco antes de comprometerse, su madre se lo presentó. Durante la cena en la que su madre los presentaría, él le pidió matrimonio y ella aceptó.

Ese día su padrastro le heredaría su empresa, ya que no tenía hijos de sangre. El joven había pasado la universidad con honores, y ya podría poner en práctica todo lo que aprendió. Pero él no lo podía dirigir esa empresa, ya que él quería ser profesor y no empresario, había estudiado para ser profesor, y eso sería. No permitiría que arruinaran su sueño otra vez.

Entró a la empresa y se adentró en el ascensor, no sin antes saludar a la amable recepcionista. Al llegar al último piso, fue a la oficina de Thomas, su padrastro.

—Llegas a tiempo, Charles. Empecemos cuanto antes —lo apresuró el hombre que se encontraba sentado en un sillón de cuero negro. Sus ojos grises estaban cubiertos por unos lentes, su cabello cobrizo tenía algunas canas, su piel morena tenía algunas arrugas.

...

—Bien, ya es toda tuya. Iré a disfrutar mis merecidas vacaciones con tu madre en Miami. —Informó y el castaño asintió. — Oh, y dentro de poco habrá una reunión, no es nada grave. Es para firmar unos documentos con Jhon. La nueva secretaria vendrá dentro de poco —avisó y desapareció de la vista del castaño.

El joven fue a la sala de juntas, y entró. Era el primero, y se sentó al final. Poco después llegaron los que firmarían los documentos.

—Jhon, Tadeo. Es un placer —sonrió y los saludó con un apretón de manos a cada uno.

Jhon era el dueño de una empresa asociada, y Tadeo era su secretario. Los minutos pasaron y hablaron sobre el documento que iban a firmar, pero la nueva secretaria del joven aún no llegaba. Hasta que la puerta se abrió y entró una castaña con la respiración agitada. Parecía que había corrido un maratón.

El joven, en lugar de reclamar su falta, le ofreció un poco de agua y la animó a sentarse junto a él, para seguir con la reunión. La castaña lo miró sorprendida pero no dijo nada, y le obedeció.

Al terminar, se despidió de los dos hombres y se volteó a mirar a la hermosa mujer que sería su secretaria. El rizado cabello cabello de la joven le llegaba hasta los pechos, sus ojos negros demostraban cansancio, su piel bronceada era hermosa a simple vista, y tenía un hermoso cuerpo.

—Soy Charles Russell, el nuevo jefe temporal —se presentó para no ser descortés. La joven lo miró y asintió con una pequeña sonrisa.

—Clara Vermont, la nueva secretaria —se presentó y él le tendió su mano, la cual ella aceptó un poco dudosa.

—Es un placer, señorita Vermont —el sonido de su nombre saliendo de la boca del joven provocó un sonrojo en sus mejillas. El castaño sonrió y salió, para ir a su oficina temporal.

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Al día siguiente fue a su trabajo, no en la empresa, si no al colegio en el que trabajaría. Se adentró y caminó hasta la sala de profesores.