N U E V E.

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Maratón 3/3

Capítulo nueve: Un día fatídico y una sorpresa amarga.

Pov Charles.

28 de abril del 2011, Londres.

— ¡Profesor! ¿Puede ayudarme con este problema? —preguntó la chica de cabello rizado. El joven la miró un momento y asintió.

—Ya voy Melody. —Le respondió y quitó su mano del teléfono, para continuar la conversación con su padrastro. — Ya terminó el tiempo en la empresa, no puedo volver a trabajar ahí y lo sabes. Estoy ocupado en mi trabajo y no tengo clones para trabajar en dos lugares completamente distintos. Sabes que Mariano es un buen candidato para ser jefe de la empresa y, además, es parte de la familia —el hombre al otro lado de la línea no dejaba de insistir en que volviese a tomar el control de su empresa, pero el joven no iba a volver, y tenía varias razones para ello;

Primera; la secretaria había empezado a coquetearle a pesar de sus continuos rechazos. Segunda; los accionistas querían que pasara más tiempo en la empresa y él tenía obligaciones en el colegio. Tercera; uno de los accionistas quería que se comprometiera con su hija a pesar de que él ya le había comentado que iba a casarse. Cuarta; estaba llegando la temporada de exámenes en el colegio y no iba a tener tiempo para dos empleos. Y, por última, la quinta; por su buen rendimiento -según su padrastro-, su madre y esposo querían que se hiciera cargo de la empresa formalmente, lo que implicaba dejar su empleo como profesor y volverse empresario.

Ya él se había negado un centenar de veces y aquel hombre le seguía insistiendo. Él le había propuesto poner a su primo Mariano como jefe -temporal o no- de la empresa, pero el esposo de su progenitora no quería a su primo, lo quería a él al mando y él no accedería a dejar de ser profesor. Le había propuesto poner a su otro primo, Christián, y él tampoco accedió. Ya no tenía más opciones, pero aún así, no accedería a los deseos de su padrastro.

—Charles, piénsalo bien. Te llevas bien con los empleados y accionistas. Durante el tiempo que estuviste al mando lograste subir el número de ventas, y también te llevas bien con Rodrigo, ¡Rodrigo! Ese hombre es un grano en el culo y tú lograste llevarte bien con él —el hombre seguía buscando los inexistentes pros para que él accediera y olvidaba los contras que él tenía.

—Sabes muy bien que no voy a aceptar ese puesto y sabes las razones del por qué. No sé para qué siguen insistiendo tú y mi madre cuando ya rechacé el puesto —habló completamente irritado con esa conversación.

—Hablaremos más tarde. Te dejaré seguir con tu clase y esperaré que lo pienses mejor para esta tarde —finalizó el hombre y, con un suspiro derrotado, cortó la llamada.

El joven frotó su cien aún irritado y se acercó a la chica que lo había llamado antes.

— ¿En qué necesitas ayuda, Mel? —inquirió el joven, tratando de no descargar su frustración con una niña de dieciséis años. La de cabello rojizo y rizado lo miró sonriente a la vez que mordía su labio inferior.

—Es que no entendí esta parte —respondió fingiendo un puchero y señaló el problema.

—Considera el resto como un nuevo dividendo y repite los primeros tres pasos. —Aclaró el joven y esperó a que ella resolviera el problema para revisarlo — Listo, anotaré tu participación. —comentó antes de alejarse y sentarse en la silla detrás del escritorio. — Bueno chicos, entreguen los cuadernos para poder resolver el problema en el pizarrón. —Los chicos se quejaron y bufaron ante el pedido del joven, pero se limitaron a entregar sus cuadernos y volver a sus puestos. — Bien, comencemos —se levantó de su asiento y se detuvo junto al pizarrón para empezar a resolver el problema.

She is the FriendDonde viven las historias. Descúbrelo ahora