Maratón 2/8.
Capítulo veintidós: Remordimientos.
Pov Grisselle.
Se levantó con el pie izquierdo, el dolor le cabeza se hizo presente al instante, recordando que quizá había bebido demás la noche anterior. Definitivamente no le sentaba bien beber, menos aun cuando lo tengo al pelinegro tan cerca de ella, ni siquiera recordaba cómo había terminado dormida en el sofá o cuándo se había quedado dormida.
La verdad es que desde la llegada del pelinegro todo había cambiado y le dolía un poco, principalmente por el hecho de enterarse de que era el primo de su prometido, y que aún sentía algo por ella.
No podía negar que aún quizá sentía algo por el pelinegro, algo que no la dejaba en paz, algo que no la dejaba seguir adelante. Aveces pensaba que el castaño sería más feliz con otra persona, pero eso también le dolía al imaginarlo, pero aún así, imaginarse a su ex amor con otra persona, con otra chica, también le molestaba en cierta manera.
—Griss. —La voz del pelinegro la sorprendió por un instante, y lo miró confusa. — Ve a sentarte en el comedor, iré a buscar a los chicos —habló poco después el joven, dedicándole una pequeña sonrisa ladeada.Ella asintió y el pelinegro partió en rumbo a las escaleras, para luego perderse de su vista. Así que, con pereza, caminó hacia el comedor y se sentó en una de las tantas sillas vacías que rodeaban la mesa, ésta ya había sido ordenada, probablemente por el joven. El dolor de cabeza volvió a hacer acto de presencia y no dudó en ir a la cocina a tomar algo para la migraña, poco después se encontraba sentada nuevamente, sin saber qué hacer durante el tiempo que esperaría a los demás.
Luego de un rato, su amiga y el pelinegro bajaron, pero no vio a su prometido seguirlos detrás.
—Tardaron mucho, ¿Qué tanto hacían? —inquirió con curiosidad, acomodándose en el asiento. La pelinegra la miró como si entendiera de alguna manera la razón por la que había hecho la pregunta, pero realmente no había sido por celos que la había hecho.
—Esperábamos a Charles, que ya debe estar por bajar —respondió el pelinegro desde la cocina, sorprendiéndola. No recordaba en qué momento se había apartado, y tal parecía que su amiga estaba igual de sorprendida.
—Ya estoy aquí —habló su prometido al llegar a la mesa y sentarse delante suyo. Le dedicó una radiante sonrisa, la cual ella correspondió al instante.
— ¿Alguien recuerda lo que sucedió ayer? Sólo puedo recordar algunos fragmentos —se interesó en preguntar la pelinegra. Intentó recordar algo de la noche anterior, pero sólo eran pequeñas partes borrosas, así que miró a los demás que estaban en la mesa, a la espera de una respuesta.
—Yo no puedo recordar mucho, al igual que tú solo recuerdo algunas cosas sin relevancia —respondió luego de un momento, al notar que ninguno había hablado. Hizo una mueca con molestia por no recordar nada.
Definitivamente no volvería a beber de aquella forma, detestaba no recordar nada.
—Yo solo recuerdo hasta que ustedes se subieron a la mesa para cantar, luego de ahí todo es demasiado borroso —comentó su prometido, enlazando sus manos. Ella quiso por un momento que una de las suyas reemplazara una de las del castaño durante aquella acción.
Notó que su amiga pensaba algo, pues miraba interrogativa al castaño, como si no pudiera creerle del todo lo que había dicho. Eso provocó que también se sintiera interesada en saber qué había pasado con ellos dos.
—Yo sí recuerdo todo, bueno, hasta que me quedé dormido —habló el pelinegro, volviendo a sorprenderla. Llevaba algunos cubiertos y platos entre sus manos. Al llegar a la mesa, procedió a poner cada cosa en su respectivo lugar.
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She is the Friend
RomanceUna amistad con poco equilibrio. Una fiesta de celebración. Un beso confuso. Un viaje de separación. 11 años después, vuelven a encontrarse. Él, es el prometido. Ella, es la dama de honor. El destino no sólo los sorprende a ellos... A los que los ro...