Y me odiaba, me odiaba por amarla, por no poder superarla, por no poder sacarla de mi mente y sobre todo por querer que aquello terminara en un beso.
Llego a casa, Dorothea ya estaba ahí, la miro y sonrío.
-se supone que tu deberías estar esperándome en casa - dice ella divertida cuando la saludo.
Suelto una sonrisa – solo salí a caminar, hermosa – digo sobre sus labios.
¿Era justo? ¿Era justo estar profundamente enamorado de otra chica mientras tenías a una mujer espectacular a tu lado?
Flash back
-no puedo – dice ella mirando hacia otro lado
-mírame, Samantha ¡que me mires! – digo desesperado
-te dije que no te enamoraras de mi Bongiovi – dice ella, sé que está aguantando las ganas de llorar, lo sé porque la conozco a la perfección.
-¿es así de fácil? – pregunto con un nudo en la garganta.
Ella humedece sus labios. Aun sabiendo que está haciendo mierda mis sentimientos, deseo besar esos labios.
Me mira y sonríe – has encontrado a una buena chica, Jon. No la dejes por alguien como yo – dice cerrando su maleta
-dejaría todo por alguien como tu – respondo acercándome
-sólo déjame ir – dice volteando para no mirarme
Me acerco y su cuerpo se tensa, sé que no quiere irse entonces ¿Por qué lo hace?
-no nos hagas esto –susurro en su cuello mientras la aprieto contra mi cuerpo.
Ella voltea una lagrima ha caído por su mejilla – me asegurare de tener cada uno de tus álbum – dice dejando un beso en mi mejilla. No digo nada, sólo me aparto. – ya tengo cuatro después de todo – dice desde la puerta.
No la miro y sólo escucho cerrar la puerta de la habitación del hotel.
Fin Flash back
Llevaba un año saliendo con Dorothea cuando la volví a ver, la prensa no hablaba mucho de mi relación ni tenían fotos ya que quería asegurarme de hacer las cosas bien con ella y también quería estar seguro de mis sentimientos.
Pensé que aquella seria la última vez definitivamente y resulta que hoy, luego de seis años me la vuelvo a encontrar, y sigue causando los mismos estragos en todo mi cuerpo.Tres días desde aquella noche en el lago, intento no pensarla, no recordarla pero resulta estar cada vez más presente. Me odio y la odio por eso. ¿Por qué tenía que volver a encontrármela? ¿Por qué no podía olvidarla y ya?
-café, torta y panqueques – dicen por mi espalda.
No puedo evitar sonreir, volteo. Ella abre sus ojos al encontrarme ahí, abre su boca para decir algo pero de ella no sale nada.
-son cerca de la una, no crees que deberías pedir algún almuerzo – digo tomando un trago de mi malteada.
Ella sonríe - ¿y tú quien eres para decirme que debo y no debo pedir? – contesta divertida.
Río – le puede echar jarabe de frambuesa al último panqueque, por favor – le digo a la chica que la atiende.
Samantha muerde su labio evitando sonreír mientras la chica contesta con un "claro señor bon jovi"
ESTÁS LEYENDO
Una historia, muchas canciones
AcakJon y Samantha se conocieron cuando ambos tenían 19 años. Él con el sueño de ser cantante, ella con la idea de recorrer cada rincón del mundo. Samantha estuvo con él hasta que lanzo su primera canción, ya se había quedado demasiado tiempo junto a é...