-¿palomitas? – le digo a Dorothea cuando caminamos por aquella feria.
Han pasado algunos días desde que no veo a Samantha, y creo, no, estoy seguro que así debe ser.
-sabes que no me gustan dulces, Jon – contesta mientras toma mi brazo y apoya su cabeza en mi hombro para seguir caminando.
Sonrío recordando la severa adicción que Samantha si tiene con las palomitas dulces.
-Una palomita salada, la más grande – dice un tipo por mi espalda.
Volteo sólo por curiosidad. Gran error.
-No, Daniel, me gustan dulces – dice ella como si fuera una niña pequeña.
-Preciosa, ya las pedí salada – responde Daniel abrazandola.
Ella suspira y acepta las palomitas.
Cualquiera que conociera a Samantha sabría que odia las palomitas saladas, que siempre las prefiere dulces aunque aquello le provoque un coma diabético.
Sonreí negando con mi cabeza para seguir nuestro camino con Dorothea.
-¿Jon? – dice Dorothea cuando paramos frente a un puesto de apuntarle al blanco.
-Dime, preciosa – contesto concentrándome en achuntarle al blanco.
-ella no es la chica de la otra vez, ¿Samantha? – pregunta riendo.
Volteo a ver a qué se refería.
Ahí estaba ella, imitando a un mimo de la feria mientras reía. Con Dorothea llevándome de la mano hacia ella nos acercamos a donde se encontraba.
La observo, adoraba el hecho de que nunca la importara lo que pensaran lo demás. Que fuera capaz de ser tan niña como una mujer madura.
El tipo que hacía de mimo la toma por la cintura para fingir bailar. Ella sólo acepta y le sigue el juego. La hace girar y su gorra cae pero a ella no le importa nada, sólo baila y disfruta mientras la gente alrededor mira, ríe y aplaude. A un lado un sonriente pero avergonzado y apartado Daniel la observa.
-que chica más agradable – dice Dorothea. – seguramente tenerla como novia debe ser un chiste
-sólo un poco – contesta un divertido Daniel.
-¿eres el novio? – dice Dorothea sorprendida.
-si – contesta sonriente.
-oh mi esposo canto con ella, es una chica multifacética al parecer
Daniel sonríe. – así parece
¿Por qué no me miraba con odio después de saber todo lo que pasa entre Samantha y yo? ¿Por qué la sigue mirando con amor? ¿Por qué me sonríe cortes?
Samantha regresa feliz y sonriente, era como si hacer aquellas cosas la llenaran de energía positiva
-por cierto soy Daniel – dice estirando su mano para saludar a mi esposa.
Samantha se encuentra conmigo y sólo abre sus ojos para luego ver las manos de nuestras parejas estrecharse.
-podríamos pasar el rato juntos ¿no crees? – dice Dorothea.
Miro a Samantha y luego a Dorothea esto no estaba bien.
-ems... no creo que ellos quieran – digo un tanto nervioso.
-sí, Daniel, además ellos andan en una cita también – dice Samantha dirigiéndose a Daniel.
-no, que dices. Siempre es bueno hacer nuevas amistades – finaliza Dorothea.
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Una historia, muchas canciones
RandomJon y Samantha se conocieron cuando ambos tenían 19 años. Él con el sueño de ser cantante, ella con la idea de recorrer cada rincón del mundo. Samantha estuvo con él hasta que lanzo su primera canción, ya se había quedado demasiado tiempo junto a é...