Volví a casa caminando, iba lento mientras dejaba que la lluvia me dejara aun más mojado de lo que ya estaba. La gente voltea al verme, y ninguno se acercaba, quizás porque veían mis ojos rojos por llorar, porque veían mi rostro dolido y porque seguramente era visible de que llevaba un corazón roto junto a mí.
Llegue a casa buscando una botella de vodka para dejarme caer en el sofá. Tome mi celular y llame a Richie.
-se casara, sin importarle ni en lo más mínimo mis sentimientos, sin importarle si rompía mi corazón nuevamente o no – digo tomando un sorbo de la botella mientras Richie y los chicos están junto a mí en el salón.
-Ya basta de eso –se levanta Richie quitándome la botella.
-¿por qué? ¿Por qué cuando nos enamoramos profundamente de una mujer ella sólo nos rompe el corazón?
-porque el amor duele, amigo – contesta David - y el que diga que no es así está equivocado. Todo siempre duele ya sea bueno o malo...
-me dijo que debía detenerla – lloro – y cuando lo hice ya era tarde, muy tarde. Si tan sólo hubiera corrido tras de ella, si la hubiera obligado a mirarme y decirme te amo. Pero no, siempre la deje ir, creyendo que era lo mejor...
-Vamos, amigo, sabes que lo hiciste porque creías que era lo que ella quería – dice Tico - Samantha siempre ha sido una chica de espíritu libre y siempre hablaba de todos los lugares que quería conocer...
-Ella la última vez fue a buscarme – me tiro en el sofá – y yo iba saliendo junto a Dorothea. ¡¿Por qué?! – Digo furioso – que le he hecho al destino para siempre jugarme en contra.
Richie se sienta a mi lado – se acabo, Jon. Llora lo que tengas que llorar pero no podrás seguir cuestionándote todo lo que paso y pensar en el que "qué hubiera pasado si..." Samantha es una gran chica y tú ya no puedes hacer nada, si decide casarse o no, será su decisión. Tú ya has sido lo suficientemente valiente y hombre como para correr tras ella y decirle todo, ya no puedes hacer nada...
***
Día tres, comenzaba la cuenta regresiva para que Samantha se casara.Mi cabeza duele y mis ojos están rojos de tanto llorar. Todo estaba en sus manos. Yo ya no podía hacer nada.
Fui al estudio y me dispuse a escribir y tocar mi guitarra. Prepararíamos un nuevo Show, me encargaría de aquello. Si no iba a tener el amor de Samantha al menos tendría el amor que una canción y una guitarra pueden darle a un músico. Siempre es bueno pasar las penas de amor con música y amigos.
Luego de pasar toda la mañana en el estudio junto a los chicos, fui por algo de comer a una cafetería, los chicos querían acompañarme pero les dije que estaría bien, que no se preocuparan. Por alguna razón me encontraba más tranquilo. Al menos sabia que esta vez si había corrido por ella, que si hice el intento de detenerla y que la próxima vez que nos encontremos ella no podrá reclamarme el no haber sido valiente como para detenerla.
Volteo con mi café en mano encontrándome frente a frente con Samantha y Daniel. Un nudo en mi garganta se posa de inmediato pero finjo que todo está bien.
-Chicos – digo sonriendo falsamente para pasar por su lado para dirigirme a mi mesa.
Volteo y Samantha me estaba mirando fijamente con ojos tristes. Toda esta en tus manos, cariño. Pensé.
Se sientan en la mesa que está a mi espalda. Odiaba el que estuvieran todas las mesas ocupadas en ese instante.
-Pensé que habías dejado de fumar – escucho decir a Daniel.
-los malos hábitos vuelven – responde ella.
Sonrío al escuchar que comienza a sonar Last Cigarette. El destino suele ser cruel, estaba seguro de aquello.
-sabes que me molesta el olor a cigarrillo, cariño – dice él algo molesto. – además es por tu bien
Escucho una leve carcajada por parte de ella. – No me digas cariño – dice ella
-creí que...
-no – lo interrumpe -sabes que no me gustan que me digas así. No tú – susurra tan despacio que sólo yo la escucho por estar atrás de ella.
Sonrío por aquello.
El suspira – ¿por qué nunca dejas que te digan cariño? – pregunta él.
Por mí, idiota. Pensé. Soy el único que tiene permitido hablarle así, eso y porque su papá le decía "cariño" cuando pequeña.
Flash Back
-oh cariño – digo acercándola a mi cuando he llegado al hospital corriendo. Se separa rápidamente al oírme decir aquello. Era primera vez que le decía así.
La miro extrañado. Pero ella a los segundos vuelve a acercarse a mí y a abrazarme fuertemente.
-No debía irse, no ahora – susurra.
-lo sé – la aprieto contra mi – lo sé, cariño pero seguramente siempre estará junto a ti.
-¿jon? – dice escondida en mi pecho
-dime
-papá era el único que me decía así
Abro mi boca levemente. – yo... lo sien...
-no – me interrumpe ella – suena bien al salir de tus labios – sonrío por su confesión apretándola aun más contra mí.
Fin Flash Back
Ella no le responde pero comienza a tatarear mi canción –lats cigarrete, lats cigarrete – dice.
-¿sabes cuál es mi punto débil? – le pregunta de pronto.
Sonrío, yo si se cual es.
-¿por qué preguntas? – dice el extrañado.
-nos casaremos en dos días, sólo quiero saber – dice ella.
-es por tu abdomen, en tus costillas, subiendo hasta tus pechos –contesta él confiado.
Río negando con mi cabeza. Él no es para ti, cariño. Pienso.
Samantha no dice nada, volteo cuando escucho a Daniel levantarse y ver que se dirige hacia el baño.
-Es por tu cuello – susurro en su oído – justo en el costado – paso lentamente mis dedos por su piel. Ella se estremece - one told me, she told me. Your love's like one last cigarrete, last cigarrete. I will sabor it the last cigarrete. Take t in and hold your breath, hope it never ends – susurro provocando que mi respiración y palabras reboten en su cuello. Me levanto y salgo caminando.
Volteo desde la puerta. Llevo el cigarro que he tomado de su mano y que ella no ha sido capaz de quitármelo pues se ha quedado petrificada ante mi roce y cercanía, lo llevo a mi boca para fumar de él sin quitarle la vista de encima
-one I can't forget the last cigarette. Right there at my fingertips, got your taste still on my lips. Right or wrong , last cigarette – digo lentamente para que ella pueda leer mis labios
>uno no pude olvidar el ultimo cigarro. Allí mismo en mis manos tengo tu sabor en mis labios, bien o mal, último cigarro<
Samantha sólo me observa, yo sonrío y me marcho de aquel lugar. Con su cigarrillo entre mis labios, saboreando el sabor de sus labios en aquel ultimo cigarrillo.
No la iba a presionar pero me iba a asegurar de que se diera cuenta que la única persona que necesita junto a ella, era yo.
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Claramente nadie la conoce mejor que Jon.
Si a mí me hacen eso... ¡Dios! mi cabeza seria un líos total, ¡la persona con la que me voy a casar no sabe nada de mi!
Nos estamos acercando al final...
Ah chicas he publicado un one shot que se llama "Living in sin/One shot" por si quieren ir a leerlo también :D Eso.¡Gracias!
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Una historia, muchas canciones
RandomJon y Samantha se conocieron cuando ambos tenían 19 años. Él con el sueño de ser cantante, ella con la idea de recorrer cada rincón del mundo. Samantha estuvo con él hasta que lanzo su primera canción, ya se había quedado demasiado tiempo junto a é...