Capítulo 10: Sentimientos encontrados

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En una hermosa noche se puede ver a un rubio y una pelinegra que iban caminando, hablando de temas triviales, estos era Hyodo Issei o mejor conocido como Soujiro Pendragon y al lado de él iba una hermosa mujer identificada como Tsubaki Shinra.

-Bien que te parece si vamos a cenar –Dijo el rubio a lo que la pelinegra asintió con un poco de nerviosismo ya que ella no sabía cómo comportase porque nunca ha tenido una cita.

-Tranquila no tienes que estar tan rígida sola mente tienes que ser tu misma y disfrutar la noche –Recomendó el rubio al ver a la pelinegra que estaba muy nerviosa.

-Es que no cómo comportarme en estas circunstancias ya que nunca he tenido una cita pienso que la puedo estropear o avergonzarte –Declaro la pelinegra avergonzada y un poco triste.

El rubio se detuvo de inmediato ya que iban pasando por un bello parque de una de las ciudad de Japón y se pone al frente de la pelinegra que se puso nerviosa ante el acto tan repentino.

-Escúchame –Fue lo único que dijo el rubio con voz firme a lo que la pelinegra se estremecido ante el tono de la voz.

-Eres una mujer hermosa y encantadora eso nadie lo puede negar –Dijo el rubio con una sonrisa.

La pelinegra al escucharlo se sonrojo bastante ya que al escucharlo pudo notar el cariño en las palabras y la sonrisa del rubio la sonrojaba aún más.

-Nunca me vas a avergonzar y nunca me voy a sentir avergonzado de tenerte a mi lado –Dijo el rubio a lo que la pelinegra sonrojo tanto que todo su rostro estaba rojo pero tenía una sonrisa en su rostro que no pasó desapercibida por el rubio pensando que lucía encantadora.

La pelinegra estaba real mente feliz que el rubio pensara de esa manera de ella.

-Me gusta más verte con esa sonrisa en tu rostro que te hace lucir encantadora que con esa mirada triste que tenía antes así que por favor no la cambien que me canta verte sonreír –Dijo el pelinegro asiendo que la pelinegra haga todo su esfuerzo por no desmayarse de la vergüenza que tenía al escuchar las palabras del rubio aunque la una gran sonrisa se formó en su rostro de lo feliz que estaba.

Bien, así me gusta, que te parece si nos vamos ya –Comento el rubio al ver la pelinegra tenía una sonrisa y cuando esta escucho la recomendación ella acepto gustosa mente ya que quería pasar el mayor tiempo posible con él.

Cuando llegaron al restaurante fueron a su mesa que tenía un hermosa vista de toda la hermosa cuidad nocturna que estaba bañada de las luces de la misma asiendo que la vista sea maravillosa.

-Que hermosa vista –Dijo la pelinegra con asombro de la vista que tenía.

-Pero hay algo más hermosa que la vista –Dijo el rubio de manera tranquila llamando la atención de la pelinegra que lo vuelve a ver.

-¿Qué es? –Pregunto con interés la pelinegra.

-Bueno, la estoy viendo ahora mismo –Dijo el rubio con una sonrisa mientras que no le quitaba la mirada a ella, que cuando entendió se sonrojo furiosa mente.

El rubio al verla de esa manera sola mente sonríe al verla así como le gustaba verla sonrojada y más aún al saber que ella es tan seria en todo lo que hace.

Por parte de la pelinegra estaba muy nerviosa, ella no sabía cómo el rubio puede ponerla de esa manera, como cada palabra que decía le afectaba tanto y principal mente no sabía cómo el rubio pasaba su defensa de esa manera.

Después de esa conversación se dispusieron a pedir y cenar de manera tranquila mientras hablaban de temas triviales y disfrutaban la compañía del otro principal mente la pelinegra que desde que el castaño se fue siempre se ha sentido sola, por lo menos hasta ahora ya que el rubio por algún motivo le recordaba a su castaño haciéndola sentir tranquila y cómoda con su presencia.

El Nuevo Dios DragónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora