Despertar

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Desperté mientras me estiraba sobre las sábanas crema del hotel. Ni siquiera recordaba el haber llegado ahí, además de que en lugar de estar desnuda, como recordé haber dormido, tenía una pijama delgada y corta con dibujos de fresas.
Fue inevitable notar los enormes ojos negros de Goku observarme cuando abrí mis párpados por completo. Estaba a mi lado, sobre su costado y con la cabeza recargada en su palma izquierda, en una especie de ángulo recto.

Él se había levantado antes y por tanto, me vio dormir esos minutos. Como si velara por mi sueño. Tenía una amplia sonrisa en sus labios, su expresión de inmediato me hizo recordar lo que había sucedido la noche anterior y me ruboricé, llevando una mano a mi cuello hasta sentir el collar que me regaló, como una manera de comprobar de que no fue un sueño.
Mi acción no pasó desapercibida y escuché una pequeña risa de su parte seguida de un suspiro.

—Creí que el tráiler no era un buen lugar para dormir, así que te traje aquí y como pude te vestí con la pijama —Mordió sus labios— Por cierto, tienes un sueño pesado, no despertaste con nada.

El calor en mi cara seguía incrementando, no me fue difícil visualizar a Goku bajándome de su transporte envuelta en una sábana, recorriendo el lobby hasta la habitación, conmigo desnuda. Después de eso, en el cuarto no quería ni imaginarme a qué se refería con no despertarme con nada.
Su expresión nuevamente cambió, esta vez por una seria. Se incorporó en la cama y otra sorpresa fue ver que no tenía camisa, más a abajo ya no quise indagar, quería evitarme un colapso.

—¿Cómo te sientes? —Preguntó al momento que me escaneaba con la mirada.

Hasta ese punto no había caído en cuenta del terrible dolor en mis extremidades, me sentía como si hubiese hecho uno de esos ejercicios que marcan en las clases de actividad física. Otro dolor no era en donde normalmente se dan, sino en otra zona peculiar.

—Me siento como si hubiese corrido un maratón —Respondí con veracidad y bajando la mirada.

—No lo dudo. Cuando terminemos de desayunar iremos a comprar unas pastillas —Dijo para después besar mi frente.

En ese momento se removió de su lugar y tras ponerse sobre mí me tomó entre sus brazos.
¿Qué si repetimos lo de la noche anterior?
Sí, hicimos de nuevo el amor, esta vez sobre la cama, puedo decir que lo disfruté más.

Cuando terminamos me cargó nuevamente como princesa, en dirección al cuarto de baño. No es necesario decir que ya tenía otro sonrojo, sin embargo a su lado me sentía segura, cuidada con un cariño especial.
Nos duchamos juntos, acabando en guerra, a veces de besos y otras de jabón.

Mientras nos alistábamos para bajar a desayunar seguíamos con bromas sin sentido, Goku me contaba varias anécdotas de cuando era niño y jugaba con su hermano, casi me hizo desear haber tenido un hermano también.

Al terminar desayunamos en el restaurante del hotel, obviamente Goku pagaba todo y de cierta forma me sentía aprovechada de ello. Pero eran momentos en los que en verdad, en verdad me divertía y me sentía feliz, segura.

Esa mañana, la primera del año, de 11 a una y media de la tarde, por un momento me hizo creer que el despertar de esa forma, todos los días, al lado de Goku era posible.

°°°

Justo como lo dijo, después de desayunar-almorzar, salimos del hotel en dirección a una farmacia para comprar unas píldoras para mi dolor de cuerpo. Goku usó ello como pretexto para también comprar artículos para él, cosas como un desodorante nuevo y alguna que otra comida chatarra para que pasara el rato.

El lugar olía a medicina, el color de las paredes era blanco, me hizo sentir asfixiada en un instante, así que para tranquilizarme y evitar que Goku me viera en ese estado, casi pálida, me dirigí a unos anaqueles fingiendo que veía lociones corporales.
Dentro del lugar había sólo una pareja más, los veía por mi campo visual. Sin necesidad de girar directamente.

Al momento en el que escuché las puertas abrirse y cerrarse, sentí las manos de Goku tomar de imprevisto mi cintura. Salté asustada. Sumergió su cara en mi cuello y besó delicadamente.

—¿Por qué estás muy tensa? —Preguntó e hice lo posible por no tragar.

Giré sobre mis talones y sujeté su mano derecha con la mía dedicándole una sonrisa, me guió hasta el mostrador junto a las cosas que él había dejado minutos antes y le habló a la empleada para pedir las píldoras.
Esta asintió y se dirigió a los almacenes para buscar.

Sobre nuestras cabezas, en una esquina de la tienda, estaba un televisor encendido transmitiendo un noticiero nacional vespertino, la atención de Goku se posó en él y me sentí relajada hasta el momento en el que una noticia me hizo estremecer.

Aún sigo pensando qué hubiese pasado si no hubiésemos estado en el momento equivocado, en el lugar equivocado.

*De nuevo solicitamos su ayuda a todos los televidentes —Decía la conductora del programa— Hace ya más de tres semanas que les trajimos la información de la desaparición de la hija del accionista de las empresas Fri-Pan. Chichi Gyumaō, cuyo paradero aún es desconocido. Si alguien conoce su ubicación actual le pedimos que informe de inmediato, ya que la salud mental e integridad de la joven puede estar comprometida*

Cerré los ojos y aspiré deseando que no fuera real, que todo fuese un sueño, que la empleada apareciera por arte de magia y distrajera a Goku de la atención al noticiero. Pero no fue así.

Al momento en el que yo igual miré el programa, de inmediato apareció una fotografía mía, una de las que me habían tomado recientemente para los carnets escolares, no llevaba el flequillo y tenía mis anteojos. Sin embargo mi rostro no se ocultaba con nada.

La mano de Goku que hasta el momento estuvo entrelazada con la mía se apartó de golpe.
No me dirigió la vista, la sección de comerciales comenzó.

—Aquí está —Me asustó la empleada quién recién aparecía con una caja. Sacándome del letargo.

Goku desvió la vista del televisor y la bajó, dudando en si pagar o no.
Yo subí una mano al pecho y respiré hondo.

Quizás era hora de dejar de huir.

Enséñame El Mundo «Gochi» [Completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora