Enséñame El Mundo «Gochi» [Completa]

Cual peluche

Estuve dos días convaleciente. Si miraba el camino o la carretera sentía mareos y tenía arcadas, el estómago me dolía y tuve un poco de fiebre.

Goku me mandó de vuelta a la cabina de descanso para que no viera el camino. Estuve acostada todo ese tiempo, también dormí bastante.

No al grado de, como un perro lazarillo, estar junto a mí midiendo mi temperatura corporal, pero Goku estuvo de cierta forma preocupado por mi estado de salud.
En la última tienda de autoservicio que pasamos compró agua mineral y unas pastillas para el dolor. Me las dio.
Claro, acabé vomitando las pastillas una hora después y Goku tuvo que volver a cargarme, pero estuve agradecida infinitamente con sus intentos.

Pronto descubrí que además de mi malestar por comer lácteos, sufría por la altitud en la que estábamos.
Cada vez más estábamos lejos del mar.

Desperté de mi sueño, o más bien pesadilla ya que soñé con mis compañeros de escuela, y por la ventanilla apenas entraba luz, tras incorporarme y asomar, encontré el cielo totalmente oscurecido y a Goku conduciendo. Lo miré por el espejo retrovisor, tenía ojeras.
Hice cálculos rápidos y me di cuenta de que él había conducido casi un día completo sin descansar, sin contar lo del día anterior.

—Goku ¿No crees que debes dormir? —Dije. Estirando una mano para agarrar una de las puntas de su cabello.

—No —Bostezó, me produjo un bostezo. Volvimos a bostezar— Debo reponer los días perdidos.

Torcí los labios y miré el reloj de la radio. Eran las 11:11PM.

—¡Oye hombre trabajador! —Levanté la voz lo más que pude y sujeté nuevamente su cabello. Un quejido se escuchó de sus labios cerrados— Creo que ya estamos al día en cuanto al viaje. Pero no podremos llegar si te duermes y nos accidentamos.

Me miró por el rabillo del ojo y sin pensarlo demasiado, frenó. Estacionando el camión con todo y caja a un lado del camino, en una especie de pendiente que sólo subiendo encontrabas árboles.

Le pedí que me sacara de la cabina, yo dormiría en los asientos y él en el colchón donde yo estaba.
Las palabras volvieron a ausentarse de parte de él, supongo que estaba cansado.

—Buenas noches, Goku —Le dije por la ventanilla mientras lo veía con los brazos cruzados debajo su cabeza.

Asintió.

—Descansa —Respondió.

Mis mejillas comenzaron a arder, mordí las uñas de mis dedos índice y corazón y me recosté en los dos asientos. El de copiloto y conductor.

Intenté dormir.

Eran las dos de la mañana cuando sentí frío. Los cristales estaban abajo y el frío penetraba violentamente. Mis dientes castañeaban.
Me hice un ovillo para entrar en calor y fue en vano.

Revisé mi mochila, localizada debajo de mi asiento y saqué múltiples prendas con la intención de cubrirme con ellas. Igual fue en vano.
No podría dormir así.

Quité las llaves del encendedor y bajé del trailer.
Inhalé fuerte y reuní todo mi coraje ante lo que estaba a punto de hacer.
Las puertas de la cabina estaban abiertas, como si yo fuera a encerrar a Goku ahí.

Subí y a gatas, me deslicé por sobre el cuerpo de Goku. Estaba caliente, como mis mejillas en ese instante.
Él dormía plácidamente, por su masa muscular y tamaño supongo que no sufría el frío como yo, aunque sólo usara su camiseta. Parecía oso hibernando.

Debido al tamaño reducido me tuve que poner a horcajadas sobre su cintura, cuando lo hice un sonido extraño se produjo en su garganta. Como el que hizo cuando estuvo a punto de besarme.
Golpeé sus mejillas y se despertó, al verme sobre sí, por inercia o instinto me sujetó por la cintura y rápidamente me movió hacia más arriba, sobre su abdomen.

—¿Qué haces? No hagas eso —Se quejó tras bostezar de nuevo.

—Tengo frío —Dije abrazándome a mi misma.

—Tápate con la capa de tu tío —Respondió para fastidiar.

Fruncí el entrecejo y rió levemente.
Como si le gustara molestarme.

—Quiero dormir contigo.

—Estás loca.

—No me niegues las cosas, siempre acabas cediendo. Así que dame espacio o duermo aquí, sobre ti —Para fastidiarlo di un saltito.

Hizo ese sonido de nuevo.

—No hagas eso —Regañó. Se mordió el labio inferior.

Suspiró y se acomodó de forma que me deslizara junto a él.
Dió una vuelta y quedó mirando a una de las paredes, yo igual. Quedamos espalda contra espalda.
Sólo necesitaba un poco de su calor para dormir tranquila.

°°°

Ojalá hubiese sido así.
Ya la luna comenzaba a descender y yo aún seguía despierta, con las mejillas al rojo vivo por estar tan cerca de Goku. Me arrepentí de esa decisión precipitada que tomé.

Tenía las manos cruzadas sobre mi pecho, no podía cambiar de posición o lo despertaría. Y si lo hacía me regañaría.

Cerré los ojos y traté de no pensar en nada para conciliar el sueño.

En ese momento escuché una gran exhalación de su parte, seguido de un movimiento de sus manos y piernas.
Girando sobre su costado para quedar su pecho en mi espalda.
Quedé paralizada, no pude moverme ni reaccionar, tampoco quise hablarle.

Aún estaba dormido, o eso me pareció.
Se aferró a mi cuerpo, enterrando un brazo debajo de mi costado y colocando uno sobre el otro, abrazándome por la cintura.
Sentí su rostro enterrarse en la parte trasera de mi cuello y su cálido aliento.
Me apretó hacia él, pegando más nuestros cuerpos.

Se sintió cómodo con esa posición y tras susurrar mi nombre sus movimientos se detuvieron por completo.

Temblé, oír mi nombre de esa forma me produjo escalofríos.

Me pasaron varias cosas en ese instante. Lo más importante no pude moverme, se sentía bien.
Demasiado. Lo segundo, sí, entré en calor. Sin embargo no era un calor producido por compartirlo, sino uno que surgió en mi interior, no supe si en mi pecho o abajo de mi estómago.

Me sentí incómoda. Con ganas de algo pero no supe qué.
Tan solo cerré mis ojos y dormí, sintiéndome como un peluche.