Enséñame El Mundo «Gochi» [Completa]

Esto apesta

El camión de Goku resultó ser uno de mudanzas. En la caja, en grande, encerrado en un círculo negro estaba el logo del kanji de la tortuga. La empresa para la que trabajaba Goku.

Después de revisar varias veces el interior, además de muebles grandes como sofás y colchones. Encontré una estufa eléctrica, la cual, a través de un cable se conectaba al encendedor de cigarrillos que estaba en la parte inferior de la radio. Al hacerlo, noté que Goku  había cambiado su posición de dormir.

Chupaba su dedo como un bebé.
Con esa apariencia pareciera que dentro de él, no existiera nada amargado.

Con la estufa y una pequeña sartén que estaba debajo del asiento. Cociné los huevos y las salchichas. El cable era bastante largo, así que pude hacerlo fuera del tráiler.
Cuando estaba completamente concentrada en mover el guiso con una vara de madera que encontré por ahí, escuché la voz de Goku. Haciendo que mi cuerpo se estremeciera y sintiera mis mejillas arder dolorosamente.

—Buenos días —Dijo.

Su voz aún estaba adormilada, pero ya se oía normal. Es decir, había despertado casi por completo de su resaca.
No respondí de inmediato, me preguntaba si recordaba lo de la noche anterior.
Sin embargo, lo sentí acercarse, y en ese entonces recordé que estaba de espaldas a él, mi retaguardia estaba a su vista. Fue como si de nuevo lo sintiera agarrándome en esa zona y rápidamente me puse de pie y volteé para quedar de frente.

—¡Buenos días! —Salude con nerviosismo.

No pasó desapercibido, llevó su mano tras su cabeza y se rascó la nuca.

—¿Dónde compraste eso? —Señaló la sartén con el guiso.

Le expliqué la mayoría, omitiendo ciertos detalles irrelevantes y después de unos minutos de procesar, accedió a desayunar conmigo.
Antes de que pudiera acabar mi comida, habló, después de tanto tiempo y el apetito se me esfumó. Igual que mis ganas de hablar.

—Milk —Me llamó, pegó su vista a la mía y mi corazón comenzó a palpitar mientras me perdía en sus ojos— ¿Qué hice anoche?

Su tono de voz no era ni grave ni agudo, era como si fuera una caja de melodías, cada vez escuchaba un tono distinto en sus palabras.
Miré mis manos y jugué con mis dedos, mis mejillas se encendieron otra vez e intenté articular palabra sin  conseguirlo.

Volvió a repetir mi nombre y me sentí derretir como chocolate en desierto.
Tal vez comencé a temblar, pues sujetó mis hombros y me hizo mirarlo de nuevo.
Reaccioné, el hedor a alcohol me hizo hacerlo.
Lo alejé.

—Nos pusiste en ridículo con un montón de extraños —Dije con firmeza.

—¿Te hice algo? —Preguntó, con quizá, un poco de temor.

Negué con la cabeza. Después de todo sabía de lo que él mismo era capaz.
Bajó la vista y se tomó el cabello.

—Gracias por todo, entonces —Respondió.

Incliné mi cabeza y torso, era la primera vez que un agradecimiento surgía de sus labios.
Limpió sus manos en su pantalón y se levantó con prisa.

—¡¿A dónde cacahuates vas?! —La vergüenza se me había esfumado por completo al parecer.

Cuando lo vi caminar hacia el camión corrí hasta posicionarme delante de él e impedirle el paso con mis pequeñas manos colocadas en su cálido pecho.  Levanté la vista con tal de fulminarlo con la misma.

—Si no te has dado cuenta, ya perdimos dos días de viaje —Levantó dos de sus dedos para regañarme. Goku energúmeno había regresado.

—Chupa esto.

Maldije internamente cuando lo noté mirarme extraño, había mal pensado, y yo también pues mis mejillas ardieron. Golpeé su hombro para sacarlo de su subconsciente y tomó la mitad de limón que le extendía con la mano.

—¿Para qué? —Cuestionó tras observar el cítrico.

—Para tu resaca, si no te has dado cuenta, ayer bebiste como perro con sed y aún no estás del todo bien —Esta vez fui yo quien lo regañé— Además, apestas más de lo normal. En la ciudad encontré una lavandería, vamos y ahí haré que huelas bien.

Tomé su muñeca y lo conduje hacia el camino de la ciudad.
Aplicó fuerza y no pude moverlo ni un centímetro. De nuevo se negaba a mi petición.

Clavé mis uñas en su muñeca y volví a amenazarlo, ya era hora de que se aseara. Además, yo tenía las llaves del tráiler.

De camino a la ciudad tenía una cara de fastidio que únicamente me enfurecía y la mitad de limón en la mano. Lo amenacé de nuevo para que lo chupara.

¿Quién lo diría?
Cuando se lo llevó a la boca, fue él quien hizo una mueca y no el limón.

°°°

Mordí mi labio inferior al momento que depositaba cierta cantidad de líquido detergente en una taza dosificadora. Miraba de reojo a Goku, era muy temprano y además día hábil como para que hubiese gente en la lavandería.

Así que, al no tener nadie, Goku se había quitado su sudadera, camisa y la camiseta debajo de esta. Tenía el torso desnudo.
Sólo a él se le ocurre hacer un viaje de dos semanas con una única prenda de ropa.

Y vaya torso que tenía.
Nunca había separado tanto en el cuerpo del sexo opuesto, pero, en esta ocasión me sentía diferente.

Yo a mi vez había llevado la ropa sucia que tenía. Procurando que Goku, quién estaba sentado en una banca observándome, no viera mi ropa interior con estampados de gatitos, perritos y ositos.

Vertí el detergente a la lavadora junto con la ropa y me senté a un lado de Goku a esperar.

Tenía los brazos cruzados, no le apetecía la idea de andar así. Cualquiera podría entrar, verlo y embobarse como yo.

Suspiré con pesadez y lo llamé por su nombre.
Cuando su atención vino sobre mí le extendí una botella de agua purificada y mientras bebía, hablé.

—Creo que iniciamos mal desde que nos conocimos, si no quieres hablar no te obligaré a hacerlo —Dije al momento que jugaba con un mechón de mi cabello— Pero mi fuerte no es discutir por tonterías.

Supongo que lo consideró.
Me extendió una mano en señal de hacer las pases, iniciaríamos de nuevo. Volví a observar su pecho, sintiendo desde sus pectorales hasta su cabellera extraña. Estreché su mano con una sonrisa y volví a sonrojarme.

Dijo la noche previa que yo lo atraía físicamente. ¿Él me atraía a mí