Final del camino

872 114 32
                                    

Y el momento esperado por fin llegó. Arribamos a la ciudad alrededor de las tres de la tarde. En la entrada había una fila de altos faroles cuyos postes estaban adornados para las fechas.
Ni siquiera cruzamos la entrada por completo, pues el destino estaba a una vuelta hacia la derecha, unas bodegas enormes, donde un hombre con una gorra de béisbol esperaba. El lugar estaba desierto a excepción del sujeto.

El tráiler se remolcó con la parte trasera mirando a la entrada de una de las bodegas. Goku bajó y saludó al tipo, me dijo que esperara en el asiento y mientras estaba ahí. Recordé  todo el tiempo en el que había estado con Goku, más que divertido, todo era una maravilla a comparación de lo que fui, era como si todo lo vivido fuera un sueño y solo mi estadía en la carretera fuera la realidad.

Salí de mis pensamientos cuando el cristal de la ventana fue golpeada por Goku, tenía las llaves en las manos y una mirada enojada. Bajé con la misma expresión.

—Baja tus cosas, el tráiler se quedará aquí hasta después de navidad. No trabajan por las fechas —Se quejó, ahora comprendía el por qué de su mal humor.

Sonreí y salté hacia abajo. Por fin dejaríamos el vehículo por varios días. Sujeté mi mochila y Goku se dirigió a la cabina donde dormíamos. Agarró de forma rápida todas sus cosas, que por cierto eran muy pocas, y cerró todo con llave.

—Bien ¿A dónde vamos? —Me preguntó con una sonrisa burlona, como si conociera el lugar.

—Tengo hambre —Dije después de fulminarlo con la mirada.

Enarcó una ceja, habíamos comido hacía menos de una hora. Pero vaya que yo tenía hambre.
Asintió titubeante.

—Bien, conozco un lugar de comida rápida ¿Te gustan las hamburguesas?

—¿Es broma? —Ironicé y acabó riendo.

Jaló la mochila de mi espalda, su intención era cargarla él mismo como todo un caballero. Una mirada de pánico se formó en mi cara, si abría la bolsa frontal sería mi fin. Al pasarla tras su espalda sonidos de vidrios chocando entre sí sonaron, lo suficiente fuerte como para que él escuchara.

—Oye, Milk ¿Qué traes aquí que suena? —Sacudió la mochila una vez más y me mordí el labio. Sentí la sangre congelarse en mis venas.

—Una mujer carga el doble de cosas que un hombre. Tengo higiene personal, Goku —Respondí en tono bromista. Riendo levemente.

—Creo que me hago una idea —Comentó y un rubor se formó en sus mejillas. Suspiré.

Comenzó a caminar y yo a su lado. El contraste en la altura era demasiado espeluznante, supuse que aún me faltaban algunos centímetros para crecer o que Goku era demasiado alto.
En cualquier caso, saltar hasta el restaurante fue placentero.

°°°

Comencé a reír hasta que las costillas me dolieron y tuve que retorcerme sobre el abdomen.
Sí me miraba en un espejo seguramente ttendría la cara roja y las mejillas blancas. Sí, solía pasarme.
Me apoyé en un basurero que estaba fuera del local y sin querer toqué la arena repleta de cenizas y colillas de cigarro. Hice una mueca de asco y cuando ví a Goku salir reí de nuevo.

—Milk, no puedo creer que me usaras para eso —Su tono estaba más que enojado, amargado.

Aún llevaba mi mochila en su espalda, pero tenía la expresión más seria de mundo.

Mientras comíamos nos hizo falta un paquete más de salsa catsup, así que acudí a la barra de servicio para buscar una. La chica que me lo ofreció me preguntó si Goku era mi hermano.

Desde que pedimos las hamburguesas, la mujer no dejaba de ver a Goku, y bueno, no sentí celos, sino unas ganas inmensas de hacer sentir mal a la chica.
Sonreí y le dije que sí con un expresión infantil. Tomó un bolígrafo de su oreja y apuntó un número telefónico en una servilleta. Me dijo que si podía dárselo para que la llamara, asentí.

Una vez sentada en la mesa, coloqué una papa frita en mi boca y le pedí entre dientes a Goku que la comiera de mi boca. Algo así como el típico chocar con ambos extremos del espagueti.
No se negó, y cuando comprobé que la joven nos miraba, besé a Goku de la forma más sensual que se me ocurrió.

O la chica pensó en incesto o estaba tan decepcionada que bufó molesta y se alejó de la barra. Reí y Goku lo notó.

—Entonces ¿Preferirías a esa tipa antes que a mí? —Fingí limpiarme lágrimas y acabó encogiéndose de hombros. Sujetó mi mejilla.

—No, Milk —Fue lo único que dijo.

Caminó adelantándose a mí, en dirección a un barrio algo lujoso donde habían distintos hostales, moteles y hoteles.
Entró a uno de varios piso y para nada mal. Muy iluminado y con un toque cálido.
Se dirigió a la recepción y pidió una habitación. Le ofrecieron una de dos camas o una de una cama grande, el chico que nos atendió me miró y no me pasó por alto a pesar de que no me veía a través de la isla de mármol.

Me sonrojé, Goku lo notó y asentó los billetes.

—De una sola cama, por favor —Dijo de forma firme.

Me sentí realmente orgullosa de mí, como una adulta.
Aunque fue una actitud que no duró por mucho, pues cuando llegamos a la habitación lo primero que hice fue saltar en la cama.

Enséñame El Mundo «Gochi» [Completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora