Él es Vegeta

856 114 68
                                    

Cuando desperté estaba del lado contrario al cual dormí. En cuanto me di cuenta de ello desperté enseguida y me senté de forma brusca.
Suspiré con las mejillas rojas al notar que Goku ya no estaba a mi lado y que en ambas puertas de la cabina entraba la luz del día.

No tuve noción del momento en el que Goku se fue de mi lado, tampoco supe cuánto tiempo dormí con el rostro en su pecho. Sólo rogaba que no hiciera algún tipo de bromas al respecto ni que lo interpretara de otra forma.

—Milk —Lo escuché detrás de mí.

Estaba distraída así que grité cuando giré para verle la cara.
Levantó una ceja y posterior a eso colocó ojitos rasgados.

—¡Hola Goku! —Dije. Al hacerlo noté humo surgir de mi boca, la temperatura había bajado al parecer.
Me cubrí hasta la nariz.

¿En qué momento agarré una sábana?
Mirando con atención noté que tenía la sudadera naranja de Goku.
Con razón olía tan bien.
Y él frente a mí, se había vuelto a colocar su chaqueta de cuero.
Lo escuché exhalar.

—Sólo tengo una pregunta qué hacerte —Comentó con una sonrisa.

—Dime —Respondí de la misma forma.

Sacó una mano de detrás de su espalda, lo que vi me hizo querer lanzarle algo a la cara.

—¿Eres copa A? —Preguntó aguantando una risa mientras sostenía uno de mis sujetadores, era de color rosa mexicano.

—¡Pervertido! —Grité. Comenzó a reír, le arrebaté la ropa interior de la mano y la oculté de su vista— Me falta poco para la B.

Para empezar, fue mi culpa que viera mi ropa. La noche anterior cuando saqué la ropa para cubrirme del frío olvidé volver a guardarla.
Sujetó mi muñeca. Temblé cuando lo hizo.

—Colócate mi sudadera, tengo que mostrarte algo.

Dudé pero no me detuve. Me coloqué la sudadera, me quedaba extremadamente grande, si me ponía de pie me llegaría hasta la rodilla. No tenía zapatos.
Volvió a extenderme la mano y me hizo bajar, su sonrisa volvió a aparecer cuando me vio de pies a cabeza con su ropa, ignoro lo que habrá pasado por la pequeña nuez que tenía en su cráneo.

Al salir el suelo estaba frío, estaba sobre aguanieve. El rostro se me iluminó y acabé por gritar de la emoción. Ante mis ojos se elevaba un terreno entre blanco y marrón.
Jamás había visto la nieve en mi vida, eso era lo más parecido.

Sin siquiera pensarlo me tiré a los brazos de Goku y me sostuve con las piernas en su cintura. Me cargó como a un koala.

—Gracias —Le susurré con los ojos cerrados.

No respondió, se limitó a sujetar mi cabeza e intentar bajarme. No hice caso.
La madrugada había caído ese fenómeno atmosférico.

Era hermoso.

°°°

Después de una hora de jugar con el aguanieve, y con eso me refiero a lanzarle un poco a Goku, volvimos a subir al camión. Íbamos bajando la montaña y el agua ya casi había desaparecido del camino. Era hora de descender de altitud.

Estiré mis piernas bostezando y extendí las manos. Aún no me había quitado la prenda de Goku.
Este me miró, de nuevo, rodando los ojos cuando me acomodé en el asiento. Lo estaba mal inquietando.

—¡Me aburrooooo! —Exclamé alargando más la O. Molestando a mi acompañante, adoraba hacerlo.

—¿Qué quieres que haga? —Preguntó fastidiado.

Y aunque quería hacerlo hablar sobre la fotografía de la otra vez. Opté por una mejor idea.

—Quiero conducir —Junté las manos en modo de súplica.

—Ni siquiera llegas a los pedales. Y hablando de eso ¿Cómo condujiste la otra vez?

No respondí. Seguí suplicando para que me dejaras conducir al menos unos metros.
Como dije, a pesar de que quería ahorcarme, no se negaba ante lo que pedía.
Sin embargo, cuando se detuvo el tráiler, no bajó de su asiento.
Palmeó sus muslos.

Me sonrojé de nuevo, tragué grueso, había llegado muy lejos.

—Tú conduces —Dijo— Yo aceleró, freno y cambio las velocidades.

Asentí temerosa y me moví a gatas en los asientos para llegar hasta él.
Una vez que estuve cerca deslicé mis piernas sobre su regazo.
Me senté, sentía su respiración en mi cuello, estaba temblando.

Debo aprender a callar.

Sentí sus piernas debajo de mí hacer los cambios de velocidades y pisar el acelerador. Esa sensación que tuve la noche anterior volvió a mí.
Me sentía inquieta.

Para distraerme apreté mi agarre en el volante y comencé a avanzar.
Sentada sobre Goku el camino se veía a la perfección por el parabrisas.

Supongo que ambos estábamos de la misma forma por la posición en la que nos encontrábamos.
Pero no hubo algún cruce de palabra, ambos atendíamos nuestros asuntos y nos perdíamos en nuestras mentes.

El claxon de otro tráiler a nuestro lado nos hizo reaccionar.
Volteamos al mismo tiempo hacia nuestra izquierda que era donde el vehículo nos pasaba.

Un sujeto de cabello y ojos negros se encontraba en el asiento del conductor, estaba por hacerle una seña grosera a Goku cuando me vio sobre sus piernas.
El tipo abrió la boca hasta que la mandíbula casi se le disloca.

Escuché el rechinar de los dientes de Goku detrás mío y sus mejillas estaban rojas.

—Vegeta —Exclamó con un tono avergonzado.

Quién lo diría.

Enséñame El Mundo «Gochi» [Completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora