2

1.9K 50 0
                                        

Eun Ah se quedó de piedra al abrir los ojos y encontrarse a Taec allí con la mirada oscurecida observándola atentamente, recorriendo su cuerpo. Un segundo después el se había percatado que ella se había despertado y el color se le subió al rostro. Ella puso de pie lo más rápido que pudo y se acomodó el cabello con las manos.

-¿Q... Que estás haciendo aquí?- preguntó avergonzada.

-Yo... Yo... mmmm, sólo buscaba un lugar dónde relajarme un poco.- dijo desde su asiento. Estaba consciente de que si me movía tan siquiera un poco ella notaría la protuberancia en sus pantalones; pero ¡Dios!, que incómodo se sentía.

-¿Relajarte? ¿Así es como te relajas? ¿Espiando a las personas mientras duermen? – preguntó Eun Ah con algo de impaciencia. – Dime, ¿acaso eres... un pervertido?- dijo entre cerrando los ojos.

-¿QUE? ¡Ya! Como puedes decir esas co...- justo en ese instante los ojos de ella se agrandaron de sorpresa y sus mejillas se sonrojaron. Entonces Taec se dio cuenta de su gran error, el segundo del día y el milésimo con ella. Se había puesto de pie.

Justo en ese instante la puerta de la pequeña habitación se abrió. Eun Ah cerró los ojos y se dio vuelta, dirigiéndose a la puerta hasta chocar con alguien y dejando caer el libro que tenía en las manos..

-¡Hyung,  aquí est... ¡Oh!¿ Eun Ah-shi, tú? ¿Sucede algo?- preguntó otro de los modelos, Wooyoung, mirando a Taec y a la chica.

-¿Eh? No, nada. Yo... con permiso.- dijo entre cortada intentando salir de la habitación cuando la puerta se abrió completamente y una mano hizo a un lado a Wooyoung. Ella levantó el rostro y abrió los ojos con el calor golpeándole el rostro. El chico se hizo a un lado y sin decir palabra la dejo pasar.

Ella atravesó el umbral de la puerta y salió sin decir una palabra.

Todo había sucedido tan rápido. Taec seguía plantado en su lugar, sólo había alcanzado a coger un cojín para cubrir su excitación con las miradas de sus dos compañeros puestas en él.

-Vamos Wooyoung, busquemos al fotógrafo para que nos indique el concepto de la sesión. – Dijo Nichkhun, sacando al chico de la habitación con cara de perplejidad. - ¿Estás bien?- preguntó a Taec que sólo pudo asentir con la cabeza. – No puedes hacer la sesión en ese "estado", es mejor que busques la manera de ... desahogarte. Usa la ducha; te compraré algo de tiempo.- dijo antes de cerrar la puerta tras de si.

....

No sabía si reír, llorar o ponerse a gritar.

Eun Ah llevaba más de 16 horas sin dormir, preparando todo para esa sesión de fotos y lo último que necesitaba era que ese chico la perturbara tanto como lo había hecho hacía unos minutos. Se sentía acalorada y avergonzada.

Había sido la primera en llegar al estudio a las 3 de la mañana para comenzar a preparar el set y sólo había podido dormir 30 minutos en su departamento  antes de que la editora la llamara para decirle que la necesitaba en el lugar a la voz de ya, pues el fotógrafo había "olvidado" convenientemente que debía volar  para otra sesión y sólo podría hacer las fotos en la madrugada antes de irse al aeropuerto.

Se había esforzado mucho en hacer su trabajo a pesar del cansancio que tenía, habían tenido que mover toda la agenda para sacar la producción del día y cuando se había dado cuenta ya eran las 5:30 y todo estaba listo. Los modelos estaban terminando de arreglarse y ella había pensado en aprovechar  el tiempo buscando un rinconcito para descansar. Cuándo encontró la habitación de espera para el staff, le pareció caída del cielo.

Había intentado leer un poco, siempre llevaba un libro con ella pero el sueño la había vencido casi de inmediato. Un segundo... ¿dónde estaba el libro? ¿Acaso?... ¡Rayos! Lo había dejado en la habitación y no quería regresar allí, no sabía si él aún se encontraba ahí, pero no creía poder enfrentarlo así; con el pulso acelerado y las mejillas sonrosadas.

Aún estando dormida se había sentido observada y poco a poco había abierto los ojos. Por un segundo no supo qué hacer, él estaba allí mismo, en la habitación sentado cerca de ella observándola con una intensidad que le erizaba la piel y a la vez le hacía sentirse especial. Pero era justamente eso lo que la asustaba; el hecho de que le gustaba ver esa mirada en sus ojos.

Lo había visto recorrerla lenta y posesivamente con la mirada, deteniéndose de vez en cuando como si le costara continuar, como si quisiera imprimir su imagen en su memoria, vio como su respiración se agitaba levemente. Ella lo sabía, sabía que deseaba a ese hombre, lo había sabido desde la primera vez que se vieron y justamente era esa la misma razón por la cual no podía dejarse llevar y se esforzaba hasta el límite por mantenerse alejada de él; Taec también la deseaba; la escena en la habitación lo había dejado bastante claro y el hecho de que hubiera visto su erección bajo el pantalón sólo sirvió para ponerla aún más nerviosa.

Pero, como podía decirle que quería estar con él, probar su labios, sentir su aliento sobre su piel, sus manos en su cuerpo, besar su cuello, sentirlo por completo, que la sedujera con la misma intensidad y pasión que había visto en su mirada minutos atrás, cuando la realidad era que ella no  sabía quién era él y no podía recordar quién había sido ella en el pasado.

Enamorándote nuevamenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora